La desertificación de nuestro planeta está empeorando. Invade lenta y tal vez inevitablemente más comunidades, amenaza cada vez más a la producción de alimentos y daña más potencial agrícola. Es posible que no ocupe titulares con el mismo impacto dramático que las inundaciones, los incendios forestales o el aumento de los niveles del mar, pero no nos dejemos llevar por la ilusión: la desertificación es uno de los peligros ambientales más graves a los que se enfrenta nuestra sociedad y la vida en la Tierra.

Entonces, ¿qué es exactamente la desertificación? Esencialmente, se trata de la degradación de la tierra en áreas hiperáridas, áridas, semiáridas y subhúmedas secas, que se conocen en conjunto como tierras áridas. Esto puede ocurrir como resultado de muchos factores, incluidas las actividades humanas y el clima. Actualmente, las tierras áridas cubren algo más del 46 % del área terrestre y son el hogar de alrededor de 3000 millones de personas.[1]

El daño causado por la desertificación es el resultado de dos procesos separados, pero vinculados: el primero es el proceso de expansión de los desiertos existentes para invadir nuevas áreas; el segundo, más rápido y creado por el hombre, es la pérdida de fertilidad y resiliencia del suelo causada por la actividad humana y el cambio climático acelerado, que convierte lo que una vez fueron zonas fértiles en desiertos.

Los desiertos existentes en África y Asia se están expandiendo. Las zonas templadas del sur de Europa, especialmente España, Italia, Grecia, Portugal, Bulgaria y Rumanía[2], se están volviendo áridas a medida que aumentan las temperaturas y disminuyen las lluvias. La ONU estima que cinco mil millones de hectáreas de suelo han sido degradadas por la actividad humana[3]. Y, sin un esfuerzo concertado, esta cifra solo aumentará.

El Índice de Aridez (IA) de un área está definido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como la relación entre la lluvia media que recibe durante un año y la posible evapotranspiración, la cantidad de agua que perderá en la evaporación[4]. Un IA inferior a 0,65 significa que un área se designa como tierra árida. Según lo bajo que sea, será subhúmeda seca, semiárida, árida o hiperárida.

Como el IA es una relación, hay dos factores que pueden reducirlo: la disminución de las lluvias y la degradación del suelo. A medida que el suelo se degrada, se daña su capacidad para retener agua, aumentando así la cantidad que pierde al aire.

¿Cuál es la principal causa de esta creciente amenaza? El cambio climático. La cantidad total de lluvias globales se ha incrementado en el último siglo, pero al mismo tiempo, el aumento de las temperaturas ha dado lugar a una mayor evaporación[5]. Debido a causas locales y a la actividad humana directa que disminuye la capacidad de la tierra para retener el agua, el IA del mundo está en una tendencia a la baja.

Limpiar una zona para el ganado, la agricultura o el desarrollo, especialmente si se talan árboles, significa que el suelo ya no está unido a las raíces de las plantas. Se separa, cediendo su hidratación al sol. Un exceso incontrolado de animales de pastoreo en la tierra despejada, con pezuñas que rompen el suelo y apetitos que matan las plantas restantes, dañará aún más las cualidades de retención de agua de la tierra.

Construir o pavimentar tierras interrumpe el drenaje y evita que el agua se escape del subsuelo. Los monocultivos individuales y el uso excesivo de herbicida, dejar el suelo desnudo después de las cosechas y limpiar los cultivos agrícolas con fuego, exacerban la mala retención de agua del suelo.

Además de la pérdida inmediata de capacidad agrícola y hábitat de vida silvestre, la pérdida de tierra en el desierto exacerba aún más los impulsores generales del cambio climático, entrando en un círculo vicioso de pérdida ambiental. A medida que la arena se apropia del suelo plantado fértil, la capacidad de esa área para absorber el carbono disminuye. El carbono secuestrado almacenado en plantas descompuestas se libera más rápidamente a medida que el suelo se seca y no hay una nueva planta para absorberlo, lo que resulta en un doble golpe para el clima.

Todos estos factores y actividades han dejado a nuestro planeta con un problema: las grandes áreas de tierra de las que dependen las personas y los animales para su alimentación y sus medios de vida se están volviendo inviables. Por sí solas, no se recuperarán, ya que las nuevas plantas no pueden afianzarse en el terreno árido. Si queremos evitar que este problema se convierta en un desastre, debemos tomar medidas.

¿Una lección de China?

La historia de la región china de Ningxia Hui demuestra los peligros de la desertificación[6]. Ningxia, rodeada casi por completo por los vastos desiertos de Tenggeli, Wulanbu y Maowusu, es un oasis de pastizales, históricamente pastados por el ganado y con algunas zonas de vinicultura. La tierra proporciona alimentos, ingresos de exportación y medios de vida para las personas que viven allí.

Alrededor de principios del siglo XXI, quedó claro que los campos verdes de Ningxia estaban en peligro de desaparecer por completo.

En el punto más alto de la arena en 2010, la desertificación impactó el 55 % de la zona, casi 3 millones de hectáreas de tierra.

La agricultura se vio gravemente afectada y el río Amarillo se contaminó con lodo del suelo perjudicado, lo que redujo la calidad del agua río abajo y aumentó el riesgo de inundaciones.

Las devastadoras tormentas de arena arrasaron en el norte de China, causando millones de dólares en daños a las propiedades y los cultivos, ya que no había nada que se interpusiera en el camino del viento.

El Banco Mundial estimó que tres millones de personas sufrieron directamente la pérdida de calidad de la tierra[7]. Los efectos económicos fueron tan severos que más del 80 % de las personas en situación de pobreza en China estaban en Ningxia.

Inestabilidad política

El desierto de Tengger, en la región autónoma de Ningxia Hui, al noroeste de China. (Crédito de la fotografía: © IC)

La desertificación no solo es un problema para nuestro ecosistema, sino también un problema político y empresarial apremiante.

Alrededor de dos mil millones de personas viven en áreas en riesgo de desertificación. Si no se toma ninguna medida, 50 millones podrían ser desplazados por la degradación del suelo de aquí a 2030[8], dentro de solo ocho años. La tierra que se ha convertido en desierto es mucho menos capaz de sustentar la agricultura.

Las personas que dependían de ella se encuentran en la pobreza, son víctimas de la inseguridad alimentaria y no pueden tomar medidas para mejorar sus circunstancias por sí solas.

Finalmente, su posición se vuelve imposible, la tierra pobre requiere más recursos de los que pueden permitirse y deben migrar para sobrevivir.

Estas personas no son inmigrantes económicos por elección, sino “refugiados ambientales”, huyendo de un desastre provocado por el hombre sobre el que no tienen control. Hasta ahora, el resto del mundo ha sido capaz de absorber movimientos relativamente grandes de personas, pero si la desertificación continúa, comenzará a haber tensiones. Sin una acción eficaz y rápida, la situación parece ser desalentadora, pero el ingenio humano se está aplicando con éxito.

La solución en Ningxia

En un proyecto respaldado por la ONU y el Banco Mundial entre 2012 y 2020, las áreas clave de Ningxia Hui se protegieron mediante la plantación de pastos y arbustos autóctonos diversificados en patrones diseñados para maximizar su efecto en el suelo, respaldados por estructuras de gestión del agua ecológicamente responsables. El pastoreo se limitó a proteger el desarrollo sin dañar el negocio agrícola local.

La degradación del suelo se detuvo rápidamente y se ha invertido en muchas áreas, con decenas de miles de hectáreas que parecían avanzar de forma irreversible hacia la hiperaridez registrando mejoras. El Banco Mundial ha calculado que solo las mejoras en la calidad del agua del río Amarillo han ahorrado al Gobierno chino más de 200 millones de USD en costes de limpieza[9], mucho más que lo gastado en el proyecto.

Granjeros en Ningxia Hui plantan pastos para estabilizar la arena. (Crédito de la fotografía: © Banco Mundial).

Los cambios en los métodos agrícolas, los planes de plantación respetuosos con el suelo y la gestión del agua han logrado que Ningxia Hui pasase de ser una región al borde de un desastre a convertirse en un ejemplo de esperanza. Estudios posteriores han demostrado que la tierra recuperada en Ningxia es sostenible[10] y la tendencia hacia la desertificación se ha revertido[11]. ¿Cómo se puede exportar el mismo éxito a otras regiones?

Asociarse es vital para el éxito

En el pasado, los problemas causados por la desertificación se consideraban en gran medida una preocupación solo para ONG, organizaciones benéficas y gobiernos. Sin embargo, el sector privado está reconociendo cada vez más la amenaza de la desertificación, y cómo puede desempeñar un papel en la búsqueda de soluciones.

La alteración de los mercados, las cadenas de suministro y la fuerza laboral son problemas en términos puramente financieros, además de sociales, y cualquier empresa que planee su futuro hará todo lo posible para evitarlos. Por lo tanto, trabajar para prevenir el cambio climático y preservar el suelo es positivo para el negocio, en lugar de un extra opcional. La clave para ayudar al planeta reside tanto en los balances corporativos como en las conciencias sociales de los empresarios.

La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación[12] es una declaración de intenciones destinada a liderar la lucha mundial contra la propagación de los desiertos existentes y la creación de nuevos debido a la creciente aridez de la tierra.

Establecida en 1994, reúne a 196 países y a la UE en una iniciativa conjunta para gestionar y restaurar la tierra del mundo. Esta década, 2021-30, es el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas[13], cuya principal preocupación es el impulso para detener e invertir el proceso de desertificación.

Los gobiernos, las ONG y, lo que es más importante, las empresas de todo el mundo son socios en el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.

El mejor ejemplo de los efectos de la campaña está a lo largo del camino del proyecto de la Gran Muralla Verde. Planificada como una línea de bosques de 8000 km a lo largo de la región de Sahel, en el norte de África, la Gran Muralla Verde actuará como un baluarte contra la expansión del desierto hacia el lado sur del Sahara, restaurará 100 millones de hectáreas de tierra degradada, secuestrará 250 millones de toneladas de carbono y creará 10 millones de empleos en áreas rurales[14].

Los proyectos de reforestación, como este, son clave en la lucha contra la deforestación y, en última instancia, la desertificación. Sin embargo, las agencias implicadas, como Tree Aid, una ONG internacional, saben que simplemente plantar árboles, sin más desarrollo o gestión, no logrará sus objetivos. Las raíces de los árboles son el factor único más importante para detener la degradación del suelo y, por lo tanto, la desertificación de una región. Desgraciadamente, no funcionan por sí solas y las especies de árboles no nativos invasivas pueden causar otros problemas, como especies de plagas importadas y nuevas enfermedades vegetales.

El proyecto de la Gran Muralla Verde. Crédito de la fotografía: © UNCCD

Para que la Gran Muralla Verde, y otras iniciativas de reforestación similares, sean más que un gesto simbólico, los programas deben adaptar sus planes a los sitios locales en los que trabajan, utilizando hierbas y plantas herbáceas autóctonas alrededor de los árboles. Esto garantiza que las plantas prosperarán, ya que son adecuadas para las condiciones locales, proporcionan hábitats para la vida silvestre existente y pastizales salvajes para el ganado en cantidades adecuadas, lo que fomenta un nuevo crecimiento.

Sin embargo, la solución sostenible no consiste solo en plantar árboles y plantas. Al mismo tiempo que se resuelven los problemas inmediatos, también hay que formar a las poblaciones locales para la atención y la gestión, difundir el conocimiento y la comprensión, así como mejorar las habilidades, la educación y las oportunidades.

En la Gran Muralla Verde, las empresas locales, establecidas por la gente local, y equipadas por los socios del programa, llevan a cabo el trabajo y se encargan de cuidar las plantas a medida que crecen. Tree Aid actúa como un conducto para el conocimiento adquirido por las empresas sobre el terreno, difundiendo buenas prácticas a sus otros socios, aumentando el éxito del proyecto y la prosperidad económica asociada gracias a que escucha a las personas a las que ayuda. Las comunidades agrícolas se benefician de las mejoras en su suelo y el acceso al agua. Los ingresos proporcionados por la capacidad de cultivar alimentos y mantener animales aumentan el poder de las personas más afectadas por la desertificación para combatirla.

El poder del sector privado

La gestión responsable del agua, el uso de dispositivos de eficiencia hídrica, como lavadoras y lavabos, el reciclaje y tratamiento de aguas residuales y la imposición de límites estrictos sobre la contaminación del río, junto con soluciones tecnológicas directas como la desalinización, pueden garantizar un suministro de agua más abundante, incluso en las áreas más áridas, sin ejercer presiones insostenibles en los ecosistemas locales[15].

Algunas partes del proceso requieren una mayor inversión en tecnología, y aquí es donde las empresas juegan un papel clave en áreas como la gestión del agua. Cuando el agua es escasa, ya sea por condiciones naturales, alteraciones recientes debidas al cambio climático o la incapacidad del suelo degradado para retener la humedad, esta debe importarse.

Las tuberías son una opción, pero son caras e inflexibles. En cambio, las plantas desalinizadoras llevan décadas creando agua pura y limpia para beber e irrigar y, especialmente gracias los recientes avances y la inversión en tecnologías de desalinización ecológicas, podrían ser una manera realmente ecológica de contribuir, incluso en pequeña escala, a la solución.

Shuqaiq 3 IWP, en la costa del Mar Rojo de la provincia saudí de Jizan, una inversión de 800 millones de USD que proporciona 450 m3 al día.

Me enorgullece decir que Abdul Latif Jameel ya es un actor importante en la industria de la desalinización que podría desempeñar un papel importante en los esfuerzos contra la desertificación. A través de nuestro negocio pionero de agua, Almar Water Solutions, parte de Abdul Latif Jameel Energy and Environmental Services, suministra agua potable pura a 3,5 millones de personas en todo el mundo[16], incluida su emblemática planta Shuqaiq 3, en Arabia Saudí.

El Laboratorio de Sistemas de Agua y Alimentos de Abdul Latif Jameel en el ITM (J-WAFS) también está llevando a cabo trabajos pioneros en esta área. Por ejemplo, un equipo de investigación financiado por J-WAFS en el Laboratorio Global de Ingeniería e Investigación (Global Engineering and Research, GEAR), dirigido por Amos Winter, profesor asociado en el Departamento de Ingeniería Mecánica, está utilizando un enfoque de ingeniería y diseño para diseñar tecnologías de irrigación por goteo eficientes que se utilizarán en el África subsahariana. Mientras tanto, otro equipo del J-WAFS, liderado por Stephen Graves, profesor de Ciencias de Gestión en la Sloan School of Management, y Bishwapriya Sanyal, profesor de Desarrollo y Planificación Urbana en el Departamento de Estudios Urbanos, ha estado investigando la tecnología de irrigación en Senegal y las barreras para la adopción desde una perspectiva de la cadena de suministro y la política. 

Del mismo modo, el problema de la desertificación es una de las áreas en las que se centra el Observatorio Jameel para la acción temprana en materia de seguridad alimentaria, que trabaja con una amplia gama de socios, incluidas comunidades de África Oriental, a fin de reunir datos, ciencia y práctica para una vida y un sustento seguros y resilientes en tierras áridas de todo el mundo

Esperanzas de futuro

En la actualidad, los desiertos del mundo siguen creciendo y el suelo sigue degradándose más rápido de lo que se está restaurando. La desertificación es un problema inminente que requiere una respuesta urgente.

Gracias al trabajo pionero en China y en otros lugares, combinado con el impulso internacional para abordar el problema, se puede vislumbrar una solución.

Se ha demostrado que la plantación autóctona; la gestión del suelo y el agua llevada a cabo por personas locales que cuidan de la tierra que les da vida, revierte los efectos de la mala gestión y el cambio climático anteriores. El proceso aporta ingresos e independencia a áreas que antes estaban abocadas, aparentemente de forma irreversible, hacia la pobreza.

La conciencia de este problema está aumentando, la comprensión está avanzando y la voluntad política está creciendo. Debemos trabajar juntos para construir sobre estas bases positivas, reuniendo el liderazgo, los recursos y las tecnologías para detener la propagación de la arena.

[1] https://www.ipcc.ch/srccl/chapter/chapter-3/

[2] https://op.europa.eu/webpub/eca/special-reports/desertification-33-2018/en/

[3] https://www.unccd.int/news-stories/press-releases/ibrahim-thiaw-re-appointed-unccd-executive-secretary

[4] https://www.fao.org/dryland-forestry/background/what-are-drylands/en/

[5] https://www.epa.gov/climate-indicators/climate-change-indicators-us-and-global-precipitation

[6] https://www.cn.undp.org/content/china/en/home/operations/projects/environment_and_energy/ningxia-anti-desertification-and-livelihood-improvement-.html

[7] https://www.worldbank.org/en/results/2021/07/26/halting-desertification-in-china

[8] https://www.nationalgeographic.com/environment/article/desertification

[9] https://www.worldbank.org/en/results/2021/07/26/halting-desertification-in-china

[10] https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0140196398903962

[11] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1674927814500020

[12] https://www.unccd.int/convention/overview

[13] https://www.decadeonrestoration.org/about-un-decade

[14] https://www.greatgreenwall.org/2030ambition

[15] https://alj.com/en/energy-and-environmental-services/water-environmental-solutions/

[16] https://almarwater.com/main-figures/