Si pensamos en regiones del mundo que se sitúen a la cabeza de la transición energética global, seguramente los países nórdicos no sean la primera opción que se nos ocurra.

Por lo general, este conjunto de pequeños países pacíficos del noroeste de Europa —Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia—, no son conocidos por marcar las tendencias a escala internacional, tal vez debido a su carácter culturalmente humilde.

Su PIB se sitúa muy por debajo del de Estados Unidos, China y la Unión Europa (en conjunto), y estas naciones amantes de la paz rara vez, o nunca, son motivo de perturbación en el epicentro de la política mundial. Sin embargo, su perfil relativamente bajo oculta un legado de innovación puntera y una longeva y entusiasta apuesta por las energías renovables, un compromiso que les ha llevado a asumir un importante papel como embajadores en la transición mundial hacia la energía verde.

Según los últimos datos, los cinco países nórdicos se encuentran entre los 10 primeros del mundo en lo que respecta a la generación de energía renovable como porcentaje de la producción total de energía:

  • Islandia (1.º puesto: 86,87 %)
  • Noruega (2.º puesto: 71,56 %)
  • Suecia (3.er puesto: 50,92 %)
  • Dinamarca (6.º puesto: 39,25 %)
  • Finlandia (9.º puesto: 34,61 %)[1]

Aunque hay factores subyacentes que explican los perfiles energéticos similares de estas naciones septentrionales, las diferencias sutiles entre ellas también resultan igual de reveladoras. Así pues, ¿qué es lo que hace que estos países marquen el ritmo en el camino hacia las cero emisiones netas de carbono? ¿Es realmente todo tan verde como aparenta ser a primera vista?

Las energías renovables impulsan una matriz energética diversificada

Noruega: es el mayor productor de hidroelectricidad de Europa, puesto que dispone de nada menos que una capacidad instalada de 33 GW. El fácil acceso a energía hidroeléctrica limpia y barata ha hecho posible que Noruega se convierta en un abanderado mundial de los vehículos eléctricos (VE). En 2023, alrededor del 82,4 % de las ventas de coches nuevos del país fueron vehículos eléctricos[2], lo que eclipsa la cuota mundial de VE nuevos, que fue de tan solo un 15,8 %.[3] Aunque la mayor parte de la electricidad del país proviene de la energía hidroeléctrica, Noruega es al mismo tiempo uno de los mayores productores de petróleo y gas natural del mundo. Gracias a su ubicación en la plataforma continental, representa alrededor del 2 % de la producción de crudo y el 3 % de la producción de gas natural a nivel mundial. Los ingresos son un incentivo importante: juntos, el petróleo y el gas fueron responsables de alrededor de una quinta parte del PIB del país en 2021[4].

Suecia: debido a que sus recursos energéticos en forma de combustibles fósiles son mínimos, depende en gran medida del petróleo y el gas natural importados para su consumo de energía. No obstante, tres cuartas partes de la producción nacional de electricidad de Suecia proceden de la energía nuclear e hidroeléctrica. Gracias a su vasto paisaje abierto y su baja densidad de población, los parques eólicos también contribuyen significativamente a la cuota de producción eléctrica, con un porcentaje del 16 %. Al disponer de electricidad abundante y a un precio asequible, es habitual que Suecia ocupe el primer puesto como exportador neto de energía de Europa. Solo en el segundo semestre de 2022 vendió 17 TWh de electricidad, y sus mayores clientes fueron Finlandia, Dinamarca y la Unión Europea.[5]

Dinamarca: rodeado casi en su totalidad por mar, no es de extrañar que el país dependa en gran medida de la energía eólica marina. A este respecto, ha logrado marcar varios puntos de referencia importantes: en 1978, se convirtió en el primer país en instalar una turbina de varios megavatios y, en 1991, fue el primero en abrir un parque eólico marino, en Vindeby. La energía eólica y la energía solar representan la mitad de la electricidad que se genera en Dinamarca, mientras que un 20 % lo representan la biomasa y los biocombustibles, y el resto corresponde a los combustibles fósiles.[6] Todavía depende del carbón, el petróleo y el gas para alrededor del 50 % de su consumo de energía, pero el hecho de que culturalmente sea un país receptivo a las leyes ecológicas podría hacer que esto cambie muy pronto. Para 2030, tiene previsto triplicar la producción de energía renovable hasta alcanzar los 104 TWh, lo que supondría una reducción del 70 % de las emisiones de carbono. Como parte de esta estrategia, el Gobierno tiene la intención de desarrollar entre 4 y 6 GW de capacidad de electrólisis para la producción de hidrógeno verde.

Finlandia: dado que carece de yacimientos propios de petróleo y gas natural, Finlandia cubre más de un tercio de sus necesidades energéticas con combustibles fósiles importados, sobre todo para la industria y el transporte.[7] La demanda energética restante se cubre en gran medida con energía nuclear, combustibles derivados de la madera y la quema de turba. En términos de producción, los biocombustibles y los biorresiduos (54 %) y la energía nuclear (34 %) son el sostén principal. Las fuentes de energía renovables, principalmente la hidroeléctrica, representan más de la mitad de la producción de electricidad, mientras que la energía nuclear aporta otro tercio. Finlandia aspira a alcanzar la neutralidad en carbono antes que sus vecinos, en 2035, un objetivo que depende, en gran parte, de que realice una buena gestión de sus enormes extensiones de bosques, los cuales actúan como sumideros de carbono naturales para el CO2.

Islandia: repleto de sus famosos géiseres calientes y volcanes activos, el país está a la vanguardia en el uso de energía geotérmica para la producción de electricidad y la calefacción. Más de una cuarta parte de la producción eléctrica del país se obtiene de la energía geotérmica, el resto, de la hidroeléctrica.[8] Para la calefacción, se emplea la energía geotérmica en un 90 %, por lo que la dependencia de Islandia de los combustibles fósiles es mínima. El objetivo del país es alcanzar la neutralidad en carbono para 2040, para ello, pretende acelerar su transición hacia las cero emisiones netas mediante la ampliación de las tecnologías de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS) y la adopción de formas de transporte más limpias.

Si bien cada país nórdico se está labrando su propio camino para promover las energías renovables en la combinación energética sostenible, hay algunas estrategias generales comunes a todos ellos.

Enfoque coordinado en aras de la revolución de las energías renovables

En 2019, Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia firmaron una Declaración conjunta sobre la Neutralidad en Carbono en los Países Nórdicos[9] (DNCN). La DNCN estableció formalmente oportunidades de colaboración para descarbonizar el mercado de la energía, además de presentar medidas para la mitigación del cambio climático en diversos sectores.

En dicha declaración se definió a los países nórdicos como líderes potenciales en energía verde a nivel mundial. Se destacaron los altos niveles de protección medioambiental de estos países, junto con sus amplios programas públicos y privados de investigación e inversión en bioeconomía.

El acuerdo trató de aprovechar las soluciones tecnológicas pioneras, las políticas progresistas y los regímenes de financiación maduros de estos países para demostrar a qué debería aspirar un sistema energético transformador.

Algunos de los objetivos específicos que se marcaron son:

  • Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Ampliar la producción de energía renovable.
  • Electrificar el sector del transporte.
  • Fomentar la financiación ecológica, las adquisiciones ecológicas y la inversión de impacto.
  • Desarrollar y poner en práctica más tecnologías de captura, uso y almacenamiento de carbono.
  • Abogar por que los consumidores tomen decisiones teniendo en cuenta los efectos en el cambio climático.

Por otro lado, la investigación Nordic Clean Energy Scenarios (NCES), encargada como instrumento complementario de la DNCN, elaboró diversos escenarios hipotéticos detallados con el fin de establecer las prioridades de estos países con respecto a las energías renovables. De esta manera, se fijó un recorrido audaz hacia las energías renovables de aquí a 2030.

La investigación señalaba que, para que los países nórdicos logren alcanzar la neutralidad en carbono, la tasa de reducción de las emisiones tendría que multiplicarse por cinco con respecto a la década anterior. Asimismo, admitía que esto supone un reto considerable y que, para lograrse, se tendría que “alcanzar un equilibrio entre lo que puede ser rentable y lo que es aceptable desde un punto de vista político, social y medioambiental”.[10]

En los distintos escenarios propuestos en la NCES, las emisiones de CO2 disminuirán en un 95 % para mediados de siglo, en parte gracias a la aceleración de la investigación en torno a las energías renovables. Para ello, es fundamental que se amplíe la producción de energía eólica, aprovechando el gran potencial sin explotar de los países nórdicos, respaldada por la flexibilidad que ofrece la energía hidroeléctrica. En todos los escenarios, el porcentaje que representan los combustibles fósiles en el suministro de energía primaria total del conjunto de países pasa del 42 % en 2020 a entre un 6 y un 9 % en 2050.

Para esa última fecha, el escenario denominado “Nordic Powerhouse” de la NCES sugiere que los países nórdicos podrían generar más de 900 TWh de energía limpia al año. La energía hidroeléctrica y la eólica marina aportarían cada una alrededor de 300 TWh de ese total; la eólica terrestre, más de 150 TWh; la nuclear, 100 TWh, y la solar, en torno a 50 TWh. En todos los escenarios propuestos en la investigación, la electrificación de los usuarios finales es fundamental, sobre todo, cobra especial importancia la electrificación de fábricas, hogares, centros de datos, vehículos y los combustibles de conversión de electricidad en otro producto, también conocidos como combustibles de energía-a-X.

En el documento de investigación se ofrecen varias recomendaciones clave para impulsar la demanda de electricidad: incentivar las compras de vehículos eléctricos e implementar una amplia infraestructura de carga; sustituir las calderas de combustibles fósiles por calefacciones eléctricas domésticas y bombas de calor; y legislar el uso económico del calor residual de la industria y los centros de datos.

La conclusión principal a la que llega la investigación NCES es que los países nórdicos son más fuertes cuando trabajan unidos. De hecho, cualquier diferencia en las capacidades energéticas nacionales es una posible baza. Por ejemplo, conforme aumente la energía eólica generada en el conjunto de países nórdicos, las redes de transporte de energía eléctrica y los interconectores de Dinamarca y Suecia permitirán exportar la electricidad de Escandinavia a la Europa continental. Por su parte, Noruega está preparada para reforzar la seguridad energética de la región con sus arraigadas inversiones en el activo renovable más emblemático de los países nórdicos: la hidroelectricidad.

El paisaje natural contribuye a conformar el mercado de las renovables

En 2020, la energía hidroeléctrica representaba más de la mitad de toda la electricidad generada en los países nórdicos (unos 250 TWh de un total de 430 TWh). Y, actualmente, la energía nuclear y la eólica terrestre son las únicas otras dos fuentes de energía significativas, con unos 80 TWh y 50 TWh, respectivamente.

Teniendo en cuenta que, a nivel mundial, la hidroelectricidad solo representa el 17 % de la producción eléctrica[11], ¿a qué se debe la preponderancia de esta fuente de energía en esta parte del mundo?

La respuesta reside en el paisaje. La topografía de Noruega, Suecia e Islandia, en particular, la conforman innumerables cascadas, fiordos y ríos, lo cual brinda oportunidades irresistibles para la producción de hidroelectricidad.

Si bien Suecia puede afirmar legítimamente que es el centro neurálgico de la energía hidroeléctrica, puesto que cuenta con 1800 centrales hidroeléctricas que generan casi la mitad de la electricidad del país, el epicentro de la energía hidroeléctrica como tal es Noruega, ya que con 1700 centrales hidroeléctricas produce al menos el 90 % de la electricidad del país.[12]

Noruega ya es un exportador neto de energía, como lo demuestra el hecho de que en el año 2020 vendiera un 87 % de la energía generada al extranjero[13], una tendencia que podría ir en aumento a medida que Europa se vaya desvinculando del suministro de gas ruso, que atraviesa momentos delicados desde el punto de vista político. La amplia red de más de 1000 depósitos del país permite almacenar su riqueza hidroeléctrica para utilizarla en el momento oportuno. Se cree que, en cualquier momento, los depósitos noruegos almacenarán alrededor de la mitad de la energía hidroeléctrica total de Europa. Pese a ello, algunos de sus clientes más fiables son locales, ya que gracias a la red eléctrica común de los países nórdicos, la hidroelectricidad sirve para complementar otras fuentes de energía menos predecibles, como la eólica o la solar, en los países vecinos.

Una de las razones de la popularidad de la hidroelectricidad es la solidez de su infraestructura. En todos los países nórdicos, hay varias centrales que siguen generando electricidad verde a pesar de tener casi un siglo de antigüedad. Por otro lado, la energía hidroeléctrica también es versátil, ya que es una de las únicas fuentes de energía renovable que se pueden regular fácilmente, debido a que sus generadores son capaces de sincronizar sin esfuerzo la oferta con la demanda.

La producción de energía hidroeléctrica continuará creciendo en los países nórdicos durante las próximas décadas, aun así, se espera que su cuota en la combinación energética de los países septentrionales disminuya para 2050 de aproximadamente el 56 % actual a solo el 25 %.[14] El motivo de esta reducción es que se espera que se produzca un rápido crecimiento de otra una fuente de energía verde competidora: el viento.

El viento encamina las energías renovables de los países nórdicos en una nueva dirección…

A medida que el precio de la tecnología de turbinas siga bajando en las próximas décadas, se espera que la energía eólica pase a ser una fuerza dominante del conjunto de energías renovables de los países nórdicos. Según algunas estimaciones, la capacidad eólica marina de estos países alcanzará los 7 GW en 2030, antes de dispararse hasta los 65 GW en 2050.[15]

Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia están unidas en esta carrera hacia la energía eólica, tanto terrestre como marina.

En cuanto a la eólica terrestre, Suecia tiene previsto instalar 30 GW de energía procedente de nuevas turbinas de aquí a finales de la década y aumentar las exportaciones de energía proporcionalmente. Del mismo modo, Finlandia espera aumentar su capacidad eólica terrestre de 5 GW a 20 GW para la misma fecha. Asimismo, para 2030 Dinamarca ampliará su capacidad eólica terrestre en 11,5 GW.[16] Noruega, por su parte, superó finalmente el umbral de los 5 GW de eólica terrestre en 2022, lo que representa que ha triplicado su capacidad en tan solo tres años.[17]

Por otro lado, Dinamarca y Noruega también ambicionan conquistar muy pronto el mercado de la energía eólica marina.

Gracias a su fácil acceso al Mar del Norte y al Mar Báltico, y a su dinámico entorno de investigación y desarrollo, Dinamarca ya se encuentra entre los cinco principales mercados europeos de energía eólica marina. También es uno de los principales países exportadores de tecnología para la energía eólica, un mercado que, en 2020, alcanzó un valor de 7000 millones de dólares y supuso la creación de cientos de puestos de trabajo.[18] Su objetivo ahora es convertirse no solo en un líder en energía eólica marina a escala europea, sino también a escala mundial.

De aquí a 2030, la capacidad eólica marina de Dinamarca aumentará exponencialmente de 2,3 GW a 12,9 GW. La razón detrás estos planes tan ambiciosos son los acuerdos internacionales que ha suscrito. Dinamarca es signataria de la Declaración de Esbjerg, junto con Alemania, los Países Bajos y Bélgica, con la que pretenden alcanzar entre todos 150 GW de energía eólica marina para 2050, y de la Declaración de Marienborg, mediante la cual ocho países del Mar Báltico se han comprometido a instalar casi 20 GW de nueva capacidad de eólica marina para 2030.

Para no quedarse atrás, en mayo de 2022, Noruega se embarcó en una importante iniciativa para impulsar la energía eólica marina, al anunciar su objetivo de alcanzar 30 GW de capacidad de eólica marina para 2040, aproximadamente la misma cantidad de electricidad que el país produce actualmente al año.[19]

Dada su amplia experiencia en alta mar en las industrias del petróleo y el gas, Noruega espera que la energía eólica marina se convierta en uno de sus principales exportaciones de energía, que, con el tiempo, llegue a alcanzar un valor de 12 900 millones de euros anuales para mediados de siglo.[20]

De manera significativa, Noruega es pionera en el mercado de la energía eólica marina “flotante”. Las plataformas flotantes se utilizan cuando la profundidad del mar impide que se construyan cimientos fijos. El prototipo de turbina flotante desarrollado por Noruega sirvió de modelo para la instalación del parque eólico Hywind frente a la costa de Escocia, que tras su puesta en funcionamiento en 2017 se convirtió en el primer parque eólico comercial de turbinas flotantes del mundo. Y en agosto del año pasado, entró en funcionamiento el primer parque eólico flotante de Noruega, el Hywind Tampen, de 88 MW.

Una evaluación llevada a cabo por el Dirección de Recursos Hídricos y Energía de Noruega calculó la capacidad total del país para parques eólicos flotantes y fijos en 12 600 MW, lo que supondría una producción de entre 19 y 50 TWh al año, y equivaldría a un tercio de su consumo total de electricidad.[21]

La energía solar también tiene su momento de gloria

Aunque resulte sorprendente en una región poco conocida por su clima soleado, la energía solar también está en alza en los países nórdicos. A pesar de sus largos meses de invierno, Suecia y Finlandia, en particular, están avanzando a pasos agigantados hacia un futuro en el que se abastezcan con energía solar.

Suecia cuenta actualmente con 3,7 GW de energía solar, que se prevé que aumenten a 18 GW de aquí a 2030 (un aumento del 486 %), momento en que la cuota de la energía solar en el mercado energético sueco pasará del 1,4 % al 6 %. Por su parte, Finlandia tiene en estos momentos 1,1 GW de energía solar, que se prevé que aumenten a 9,6 GW para 2030 (un aumento del 856 %), lo que representará el 6,8 % del mercado energético finlandés, frente al 0,8 % actual.[22]

La energía solar la genera la luz, no el calor, por lo que el sur de Finlandia, con su sol de principios de primavera y finales de invierno, puede llegar a producir más energía solar que Europa Central en las épocas más soleadas del año.

“La ventaja de Finlandia es su baja temperatura atmosférica, que mejora la eficiencia de las celdas solares fotovoltaicas. Cuanto más frío hace, mejor funcionan los paneles solares. Además, los paneles son capaces de soportar la nieve si se instalan respetando las instrucciones. El sistema también puede acoplarse a la red eléctrica y los dispositivos son relativamente económicos y fáciles de instalar”, explica Antti Kosonen, profesor adjunto de la Universidad Tecnológica LUT de Finlandia.

Hay otros dos factores detrás del reciente auge de la energía solar en los países nórdicos: en primer lugar, el cambio gradual de pequeños sistemas instalados en tejados a las grandes granjas solares terrestres, lo que conlleva economías de escala; y, en segundo lugar, la caída continua del coste de la tecnología. Para 2030, se espera que el precio de los paneles fotovoltaicos se reduzca a la mitad desde los 0,2 USD/vatio actuales, siguiendo la tendencia de la década de 2010, cuando los costes de los paneles solares cayeron un 90 %.

Todo ello evidencia cómo, mientras el planeta afronta el desafío existencial que representa el cambio climático, este grupo de países septentrionales, por su parte, están apostando por una combinación energética totalmente moderna y sostenible.

Los recursos renovables se adaptan a las ambiciones de las personas

En muchos sentidos, los países nórdicos se encuentran en una posición privilegiada en el contexto de un mundo en el camino hacia la transición a las energías renovables. Gracias al viento abundante, a un paisaje geotérmico altamente activo y un entramado de vías fluviales propicio para la generación de hidroelectricidad, cuentan con un entorno hecho a medida para la transición ecológica.

Sin embargo, los países nórdicos tienen una ventaja que va más allá de lo topográfico o geológico: el ímpetu de las personas. Lo vemos en los regímenes legislativos receptivos a las energías renovables de Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia e Islandia; y en el espíritu de unidad que demuestran los acuerdos transfronterizos que han suscrito y la compatibilidad tecnológica cuidadosamente diseñada.

Puede que aún falte camino por recorrer para llegar a la autosuficiencia, pero con el baluarte de la energía hidroeléctrica noruega, reforzada por las crecientes industrias eólica y solar, se ha trazado un rumbo para reconfigurar los sistemas energéticos de los países nórdicos de una manera que va en consonancia con las prioridades climáticas mundiales.

Abdul Latif Jameel también es un importante defensor de la economía ecológica, que aprovecha el poder del capital privado para promover la causa de las energías renovables en Oriente Medio y más allá. A través de Fotowatio Renewable Ventures (FRV), su negocio insignia de energías renovables, gestiona una cartera de proyectos de energía eólica, solar e híbrida y de almacenamiento de energía en toda Asia, Latinoamérica, Europa y Australia. Por otro lado, FRV-X, la sección de innovación de FRV, tiene como objetivo introducir el tipo de soluciones tecnológicas de nueva generación que podrían llegar a hacer realidad los ambiciosos objetivos climáticos acordados en la COP28.

En 2024, FRV entró en el mercado de las energías renovables de los países nórdicos mediante un acuerdo con la empresa finlandesa Will & Must. Los socios desarrollarán conjuntamente proyectos de energía solar fotovoltaicos con el objetivo de alcanzar una cartera de 600 MW en un plazo de tres años.

Fady Jameel
Fady Jameel
Presidente adjunto y vicepresidente
Abdul Latif Jameel
“En los países nórdicos vemos una reivindicación del poder conjunto que tienen los sectores público y privado a la hora de crear una combinación energética resiliente, adaptable y preparada para el futuro”, afirma Fady Jameel, presidente adjunto y vicepresidente de Abdul Latif Jameel internacional.
“Si buscamos ejemplos de mitigación de los efectos del cambio climático a escala global, los países nórdicos y su ‘carrera por las energías renovables’ representan en muchos sentidos un plan de acción a seguir. Juntos, demuestran que cuando los poderes de la esfera política, empresarial y comunitaria se aúnan en torno un objetivo común, se produce un cambio significativo”.

 

[1] https://wisevoter.com/country-rankings/renewable-energy-by-country/

[2] https://www.reuters.com/business/autos-transportation/tesla-extends-lead-norway-evs-take-record-82-market-share-2024-01-02/

[3] https://www.ev-volumes.com/

[4] https://www.eia.gov/international/analysis/country/NOR

[5] https://www.enappsys.com/sweden-remains-europes-largest-net-power-exporter/

[6] https://il.boell.org/en/2022/11/15/green-transition-nordic-countries-lessons-sustainable-development

[7] https://www.iea.org/countries/finland

[8] https://il.boell.org/en/2022/11/15/green-transition-nordic-countries-lessons-sustainable-development

[9] https://www.norden.org/en/declaration/declaration-nordic-carbon-neutrality

[10] https://pub.norden.org/nordicenergyresearch2021-01/nordicenergyresearch2021-01.pdf

[11] https://www.iea.org/reports/hydropower-special-market-report/executive-summary

[12] https://www.downing.co.uk/insights/the-nordics-a-renewable-energy-powerhouse

[13] https://www.iea.org/reports/norway-2022/executive-summary

[14] https://www.woodmac.com/news/opinion/abundant-low-cost-renewables-will-transform-nordic-power-markets/

[15] https://www.woodmac.com/news/opinion/abundant-low-cost-renewables-will-transform-nordic-power-markets/

[16] https://www.rystadenergy.com/news/finland-denmark-and-sweden-leading-on-the-green-revolution

[17] https://windeurope.org/newsroom/news/norway-needs-more-onshore-and-offshore-wind-to-keep-up-with-growing-energy-demand/

[18] https://il.boell.org/en/2022/11/15/green-transition-nordic-countries-lessons-sustainable-development

[19] https://il.boell.org/en/2022/11/15/green-transition-nordic-countries-lessons-sustainable-development

[20] https://www.regjeringen.no/contentassets/07635c56b2824103909fab5f31f81469/offshore-wind-opportunities-for-the-norwegian-industry.pdf

[21] https://www.en-former.com/en/norway-a-sustainable-northern-power-house/

[22] https://www.fortum.com/newsroom/forthedoers-blogsolar-power-accelerate-green-transition-nordics/solar-power-accelerate-green-transition-nordics