Lidiar con la sequía

Los niveles récord de sequía están trastocando las sociedades y economías de todo el mundo. Se necesitan con urgencia respuestas estratégicas para asumir el control de la situación. Mientras que fenómenos meteorológicos sobrecogedores como huracanes y tsunamis ocupan titulares en todo el mundo, la sequía suele tener un perfil más bajo. Pero, como dejó claro el año pasado un informe de las Naciones Unidas (ONU), se trata de un problema grave y urgente.
En el informe Retrato global de la sequía de 2023, de la Convención de Lucha contra la Desertificación (CLD) de las Naciones Unidas, se hace hincapié en la “devastación silenciosa” que puede causar la sequía[1].
Según los datos de 101 países, el informe indica que 1840 millones de personas viven en zonas afectadas por la sequía, y el 4,7 % de ellas se encuentran en situación de sequía intensa o incluso extrema. Entre 2022 y 2023, algunos de los países que declararon situaciones de emergencia debido a la sequía fueron Estados Unidos, India, China e Indonesia. Y en muchas partes del mundo, el problema está empeorando. En 2022, Europa vivió su verano más caluroso. Como resultado, el área del continente afectada por la sequía fue la más grande registrada con más de 630 000 km2, en comparación con la media anual de 167 000 km2 observada entre el 2000 y 2022[2]. Mientras tanto, en algunas regiones de China, se espera que la duración de las sequías moderadas, graves y excepcionales se duplique a finales de este siglo, y se espera que la sequía se intensifique más del 80 %.[3]
El informe evidencia que el impacto de la sequía va mucho más allá de la inmediata falta de agua, envolviendo a comunidades y ecosistemas en una “red omnipresente de destrucción interconectada”. Las repercusiones de la sequía, que van desde la escasez de alimentos hasta el incremento de los precios y la interrupción del transporte marítimo, contribuyen a que las pérdidas económicas mundiales se calculen en miles de millones de dólares anuales[4]. La sequía también puede contribuir a problemas como los conflictos y las migraciones forzosas, que a su vez provocan más trastornos y sufrimiento. Según palabras de Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la CLD, la sequía “causa estragos de manera silenciosa en el único planeta habitable que conocemos, con consecuencias de gran alcance para los ecosistemas, las economías y las vidas humanas” [5]. Comprender y abordar este problema es claramente una prioridad global urgente.
Niveles récord
En muchas partes del mundo, las sequías recientes han alcanzado niveles récord. En febrero de 2024, Cataluña se enfrentó a la “peor sequía jamás registrada”[6]. Más de seis millones de catalanes de 200 ciudades y pueblos se vieron afectados, y se prohibió a los residentes lavar sus coches y llenar las piscinas vacías[7]. Las sequías de principios de año también afectaron a muchas otras partes de la región mediterránea, con restricciones en el uso del agua en lugares como el sur de España y Sicilia para hacer frente a la reducción de la disponibilidad. En Marruecos, se impuso una prohibición sobre el uso de agua para limpiar carreteras, regar parques y algunas áreas agrícolas. Según un estudio de la Comisión Europea, el nivel de agua de los embalses del país se encuentra en unos niveles peligrosamente bajos, y el embalse medio está lleno a menos de una cuarta parte de su capacidad.[8]
Mientras tanto, el norte de Kenia, Etiopía y Somalia están sufriendo actualmente la sequía más grave de la historia, que ha acabado con la vida de nueve millones de cabezas de ganado y ha puesto a cuatro millones de personas en una situación de inseguridad alimentaria aguda. El efecto ha sido situar a África Oriental “al borde de una catástrofe humanitaria”, declaró un representante del Comité Internacional de Rescate al periódico The Times, con millones de personas que se enfrentan a consecuencias como la desnutrición, los desplazamientos y la escasez de agua.[9].
La selva amazónica también está sufriendo su peor sequía de la historia. Un informe de la Comisión Europea del año pasado reveló que la falta de lluvia, combinada con una serie de olas de calor y temperaturas superiores a la media, estaba contribuyendo a efectos como bajos caudales fluviales y estrés de la vegetación, lo que a su vez perjudicaba a los medios de vida locales y ponía en peligro la biodiversidad[10]. Además de las malas cosechas, el bajo nivel del agua dificulta la navegación de las embarcaciones, lo que puede aislar a las comunidades de bienes y servicios esenciales para su subsistencia y perturbar la economía local.[11].
Impacto del cambio climático
En estos y en otros lugares, cada vez hay más evidencias de que el cambio climático está contribuyendo a sequías históricamente graves. Un estudio realizado en 2022 por el grupo internacional de científicos World Weather Attribution (WWA) concluyó que el cambio climático provocado por el ser humano ha hecho que las condiciones de sequía observadas en muchas partes del hemisferio norte, incluido el verano más caluroso de Europa, sean al menos 20 veces más probables[12]. En 2023, dos estudios llegaron a conclusiones comparables sobre otras partes del mundo. Los científicos de la WWA afirman que el cambio climático ha multiplicado por 100 la probabilidad de que se produzcan fenómenos como la actual sequía en África Oriental, y lo califican de “estimación conservadora”. Y este año, ese mismo grupo dijo que el cambio climático era el “principal impulsor” de la excepcional sequía sufrida en la cuenca del Amazonas. Aunque el fenómeno meteorológico de El Niño también está contribuyendo a la sequía en la región, los investigadores dijeron que la gravedad de las condiciones actuales está “en gran medida impulsada por el cambio climático”.

Crédito de la imagen: © worldweatherattribution
En cuanto al impacto del cambio climático en la sequía, la WWA afirma que, si bien una sequía meteorológica se caracteriza por la escasez de precipitaciones, la definición de sequía agrícola también tiene en cuenta el impacto del aumento de la evapotranspiración, es decir, la combinación de la evaporación del agua y la transpiración de las plantas debido al aumento de las temperaturas.
Una mayor evapotranspiración debida al calentamiento global puede desempeñar un papel importante en la intensificación de los efectos de la sequía.
En el caso del Amazonas, la WWA concluyó que el cambio climático producido por el ser humano aumentaba 10 veces la probabilidad de una sequía meteorológica, al tiempo que aumentaba la probabilidad de una sequía agrícola unas 30 veces[13].
El grupo también advierte de que dichos fenómenos serán aún más habituales a menos que el mundo tome medidas para abordar el cambio climático. En un mundo en el que la temperatura sea 2 °C superior respecto a los niveles preindustriales, un fenómeno de este tipo sería hasta cuatro veces más probable en el caso de una sequía agrícola, y hasta en tres veces más probable en el caso de una sequía meteorológica.
Las conclusiones a las que ha llegado la WWA están en consonancia con las de otras investigaciones, que muestran un consenso cada vez más amplio en torno a la idea de que el cambio climático está contribuyendo a aumentar los problemas de sequía. Un estudio realizado en EE. UU. el año pasado, dirigido por la NASA, halló que tanto las sequías importantes como los periodos de lluvia excesiva habían aumentado en consonancia con las temperaturas globales[14]. Por ejemplo, entre 2015 y 2021, se produjeron fenómenos extremos de humedad y sequía cuatro veces al año, en comparación con tres al año en los 13 años anteriores. El estudio concluía que “la intensidad total de los fenómenos extremos estaba estrechamente relacionada con la temperatura media mundial… lo que sugiere que el calentamiento continuado del planeta provocará sequías y precipitaciones pluviales más frecuentes, más intensas o más prolongadas en el tiempo”. La NASA explica que los hallazgos tienen sentido porque el aire más caliente hace que se evapore más humedad de la superficie de la Tierra durante los episodios secos; y el aire caliente también puede retener más humedad para provocar nevadas y precipitaciones intensas.
De diversas maneras, los efectos de la sequía pueden por sí mismos empeorar la situación. La Oficina Meteorológica de Reino Unido destaca cómo, a medida que el suelo se seca debido al aumento de la evaporación, el aire por encima de él puede calentarse aún más, lo que provoca una mayor evaporación[15]. El grupo de expertos estadounidense C2ES señala que el cambio climático también está alterando el calendario de disponibilidad del agua. El aumento de las temperaturas en invierno está provocando que caigan menos precipitaciones en forma de nieve en el hemisferio norte, lo que puede ser un problema, aunque se produzca el consiguiente aumento de las precipitaciones. Muchos sistemas de abastecimiento de agua dependen del deshielo de la nieve en primavera, por lo que el aumento de las temperaturas puede alterar el equilibrio actual. Es más, según el C2ES, la nieve actúa como superficie reflectante, por lo que una menor cantidad de nieve en el suelo provocará un aumento de las temperaturas de la superficie terrestre, lo que agravará aún más los problemas de sequía.
Aunque el impacto del cambio climático en la sequía es complejo, no hay duda de que está agravando el problema. El sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (GIECC) afirma que existe un alto grado de confianza en que, a lo largo del siglo XXI, “la superficie total de tierra que sufrirá sequía aumente y las sequías sean más frecuentes y graves”.[16] Según la NASA, en escenarios de emisiones elevadas, “las zonas propensas a la sequía podrían entrar en periodos de megasequía persistente”. La agencia añade que en muchas zonas el riesgo de suelos secos podría aumentar, y algunos lugares podrían experimentar “incendios forestales más frecuentes y graves”.[17]
Impacto del empeoramiento de las sequías
La sequía puede tener una amplia gama de efectos devastadores. Cuando se reduce el suministro de agua, se limita la capacidad de los hogares para usarla con fines como beber, cocinar, regar las plantas y limpiar. Además, puede tener un notable efecto negativo en sectores como la agricultura, la energía y el transporte, así como crear problemas de salud pública[18]. El Centro nacional de mitigación de los efectos de la sequía de la Universidad de Nebraska compara la cadena de consecuencias directas e indirectas de la sequía con el efecto dominó. Por ejemplo, si las cosechas de maíz de un agricultor decaen, puede que no tenga dinero suficiente para comprar un tractor nuevo a un concesionario, el cual, a su vez, vería mermados sus ingresos. Si un número suficiente de agricultores pierden sus cosechas de maíz, el concesionario podría no ser capaz de mantener al mismo número de empleados o incluso podría tener que cerrar, lo que tendría consecuencias adicionales en la comunidad.[19]
Efectos económicos
La sequía también tiene un gran impacto económico. Según la NASA, las inundaciones y las sequías representan más del 20 % de las pérdidas económicas causadas por los fenómenos meteorológicos extremos en EE. UU. cada año.[20] Uno de los sectores más afectados es la agricultura. De acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) del gobierno de los EE. UU., las principales consecuencias son la pérdida de cosechas y pastos. Desde 1980, EE. UU. ha sufrido 26 sequías en las que los costes totales por daños fueron de al menos 1000 millones de USD, lo que en conjunto supuso para el país un coste de al menos 249 000 millones de USD (en precios de 2020).[21] Solo en el estado de California, una sequía costó directamente al sector agrícola unos 1100 millones de USD y casi 8750 empleos a tiempo completo y a tiempo parcial, según un análisis dirigido por investigadores de la Universidad de California[22]. En 2023, se calculó que las condiciones de sequía en varios estados del sur y medio oeste de EE. UU. tenían un coste de 14 500 millones de USD.[23]
El impacto directo de la sequía en la agricultura puede dar lugar a una serie de efectos indirectos, incluida la reducción del suministro a las empresas de procesamiento de alimentos y una menor demanda de insumos como fertilizantes y mano de obra agrícola. Los costes de las pérdidas a veces repercuten en los consumidores a través del aumento de los precios, o pueden mitigarse a través de programas de asistencia gubernamental.
Como destaca la NOAA, muchos otros sectores industriales también sufren los graves efectos de la sequía. Los fabricantes utilizan el agua para fines como la fabricación, el procesamiento, el lavado y la refrigeración[24]. El agua también se utiliza en la producción de todo tipo de energía. Por ejemplo, la producción de energía hidroeléctrica es más eficiente con niveles de agua más altos, mientras que la generación de energía térmica (incluidas las centrales de carbón y gas) requiere grandes cantidades de agua para generar vapor y para refrigerar.
Efectos como estos pueden tener un gran impacto en las economías nacionales. La Comisión Europea afirma que la sequía tiene actualmente un coste anual de 9000 millones de euros para los Estados miembros de la UE y el Reino Unido, de los cuales España, Italia y Francia superan los 1000 millones de euros cada uno[25]. Por lo general, el impacto es peor en los países más pobres. Según un análisis del Banco Mundial, los efectos adversos de un golpe de sequía “se concentran en gran medida en los países en desarrollo”[26]. En los países con rentas bajas y medias, la sequía extrema reduce el crecimiento en unos 0,85 puntos porcentuales, mientras que en los países con rentas altas lo hace en “algo menos de la mitad del impacto que tiene en los países en desarrollo”.[27] El desplome del kuacha zambiano hasta un mínimo histórico este año en medio de una sequía intensa es una clara indicación de la posibilidad de que las sequías causen graves consecuencias económicas.[28]
Impacto en la salud, la sociedad y el medioambiente
En África Oriental, la devastación económica continua tras años de sequía también está provocando problemas sociales y de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el impacto de los desastres climáticos, junto con los conflictos, ha provocado niveles extremadamente altos de hambre y grandes desplazamientos de personas que abandonan sus hogares en busca de alimentos y agua. Más de 45 millones de personas están experimentando altos niveles de inseguridad alimentaria, con un aumento del hambre en Sudán, el norte de Etiopía y Sudán del Sur. La OMS prevé que 10,8 millones de niños menores de cinco años sufran desnutrición aguda para junio de 2024, y afirma que un “aumento” de los brotes de enfermedades como el cólera, la malaria y el sarampión puede estar directamente relacionado con fenómenos climáticos extremos y conflictos.
Al referirse al impacto en la salud de la sequía, la OMS explica que el desplazamiento a gran escala suele ir acompañado de un empeoramiento de la higiene y el saneamiento, y añade que las deficiencias nutricionales pueden hacer que las personas sean más vulnerables a las enfermedades, especialmente los niños.[29]
Los problemas de salud debidos a la sequía también pueden ser un problema en los países más ricos. En los EE. UU., los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) afirman que la sequía tiene muchas y amplias implicaciones para la salud, como el aumento de la contaminación del agua, el impacto en la salud del ganado y la dificultad de la higiene[30].
Además de en la salud humana, la sequía también puede tener importantes repercusiones en el medio ambiente y la biodiversidad por una amplia gama de efectos, como la destrucción de hábitats, las migraciones o el aumento de enfermedades[31][32].
Abordar los riesgos y el impacto de la sequía
Trabajar para combatir el cambio climático en general ayudará a abordar el problema de la sequía. Pero, del mismo modo, una acción bien enfocada puede ayudar a los países a prepararse y hacer frente a las sequías con mayor eficacia cuando se produzcan. La Convención de Lucha contra la Desertificación de las Naciones Unidas insta a los países a adoptar enfoques “proactivos, coordinados y holísticos” para gestionar los riesgos de la sequía. Aunque para hacer frente a la sequía muchos países recurren únicamente a la gestión de crisis, el organismo afirma que la intervención temprana es fundamental para mitigar y abordar los impactos. La Convención está colaborando con 70 países para implementar metodologías “inteligentes para abordar la sequía”, como sistemas de vigilancia y alerta temprana, evaluaciones de la vulnerabilidad y el impacto, y una serie de medidas de mitigación.[33]
Un conjunto de recursos proporcionados por la CLD de las Naciones Unidas ofrece soluciones en cada una de estas categorías para que los países las pongan en práctica. Por ejemplo, para la vigilancia y la alerta temprana, la plataforma Digital Earth Africa proporciona datos climáticos detallados para ayudar a los responsables de la toma de decisiones a gestionar cuestiones como el uso del suelo, la agricultura y la erosión costera, así como las inundaciones y la sequía[34]. Esto incluye la iniciativa Water Observations from Space (Observaciones del Agua desde el Espacio) en todo el continente africano, que utiliza imágenes de satélite recogidas durante décadas para mostrar los cambios en la disponibilidad de agua a lo largo del tiempo. Los funcionarios de Tanzania han utilizado estos y otros datos de Digital Earth Africa para supervisar los niveles de agua en el lago Sulunga a fin de ayudar a desarrollar políticas para proteger el lago y las comunidades que dependen de él.[35]

Los países están aplicando una amplia variedad de estrategias prácticas para mitigar el impacto de la sequía. Según la CLD, entre ellas se encuentran la exploración de cultivos tolerantes a la sequía, el desarrollo de sistemas de regadío sostenibles y la puesta en marcha de iniciativas para la captación de agua. En países como Kenia[36] y Esuatini[37], por ejemplo, algunas comunidades rurales están construyendo presas de arena. La técnica consiste en construir un muro de hormigón que atraviese los ríos arenosos que fluyen en épocas de lluvia. Los sedimentos se acumulan detrás del muro, almacenando agua a la que se puede acceder durante la estación seca a través de pozos poco profundos o cavando agujeros río arriba. La presa de arena también eleva el nivel freático de la zona circundante, lo que mejora el suelo para los cultivos y el pastoreo[38].
Otras estrategias se apoyan más en la innovación tecnológica, como la siembra de nubes, que consiste en inyectar desde aviones una sustancia como el yoduro de plata en las nubes existentes para favorecer que el agua se condense más fácilmente y aumenten las precipitaciones[39]. Aunque este método se probó por primera vez en la década de 1940, actualmente está generando un creciente interés entre los responsables políticos[40]. Los EAU llevan a cabo cientos de misiones de siembra de nubes cada año[41], afirmando que la técnica puede aumentar las precipitaciones hasta un 25 %, y varios estados de EE. UU. han ampliado sus programas en los últimos años.[42] Muchos científicos también investigan cómo diseñar cultivos resistentes a la sequía, como los de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido, que afirman que modificar genéticamente el arroz para que tolere mejor el agua salada podría permitir su cultivo en más lugares[43]. Una variedad de trigo más tolerante a la sequía, el HB4, ya ha sido aprobada para su comercialización y cultivo en Argentina y Brasil, con planes para una mayor expansión[44].
Respuestas holísticas
El informe Retrato global de la sequía de la CLD de las Naciones Unidas destaca estrategias como la restauración del paisaje, las prácticas agrícolas sostenibles y la gestión eficiente del agua como componentes esenciales de una respuesta eficaz[45]. Resulta evidente que hay muchos aspectos diferentes en la lucha contra la sequía, y que las acciones de los individuos, las comunidades, las instituciones y los gobiernos desempeñan un papel. Dada esta complejidad, el liderazgo a nivel local, nacional e internacional es esencial para aunar todos los elementos. La colaboración también es vital para fomentar el apoyo mutuo y generar impulso.
En este sentido, es alentador que en 2022 se formara la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía. Convocada conjuntamente por los presidentes de España y Senegal, la iniciativa incluye ahora a 36 países con circunstancias muy diversas, así como a 28 instituciones que brindan su apoyo. En 2023, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España y copresidente de la alianza, elogió los logros alcanzados por la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía en su primer año, entre los que se incluyen la obtención de apoyo político, el desarrollo de un marco compartido para nuevos proyectos, la aceleración del intercambio de conocimientos y el desarrollo de nuevos mecanismos de financiación[46].
Almar Water Solutions, parte de Jameel Environmental Services, se sitúa a la vanguardia de múltiples iniciativas en todo el mundo para mejorar la resistencia a la sequía de las comunidades locales. Fundada en 2016, la empresa gestiona una cartera de proyectos de infraestructuras para la gestión sostenible del agua en Europa, Oriente Medio, América Latina, África y la región Asia-Pacífico, lo que garantiza un acceso fiable al agua tanto en el sector municipal como en el industrial.
Su planta de ósmosis inversa de agua de mar Shuqaiq 3, en Arabia Saudí, fue nombrada “Desalinizadora del año” en los premios Global Water Awards 2023. Los trabajos de construcción de Shuqaiq 3 finalizaron en enero de 2023, en un tiempo récord, a pesar de las difíciles repercusiones de la COVID-19.

Es una de las plantas de ósmosis inversa de agua de mar más grandes de Arabia Saudí, capaz de abastecer a unos dos millones de personas en las áreas de Asir y Jizan. La planta, que ya está produciendo agua a plena capacidad, produce 450 000 metros cúbicos de agua potable al día, lo que la convierte en un hito en la desalinización sostenible e innovadora.
En la vecina Baréin, Almar Water Solutions gestiona la planta de tratamiento de aguas residuales de última generación de 100 000 m3/día de Muharraq, que recicla las aguas residuales tratadas y las convierte en agua regenerada de alta calidad. La infraestructura de Muharraq incluye el primer conducto de alcantarillado de gravedad profunda de 16,5 km en la región del Golfo, así como una red de recolección de aguas residuales.

Mientras tanto, en Europa, otro socio de Abdul Latif Jameel es la empresa tecnológica española Datakorum, que ayuda a transformar el agua en datos inteligentes, lo que, en última instancia, contribuye a aumentar la eficiencia y a ahorrar recursos naturales vitales. En Abu Dabi, Datakorum está ayudando a impulsar la transformación digital de la infraestructura hídrica del emirato. En virtud de un contrato de cinco años, Datakorum proporcionará puertas de enlace 5G para garantizar una conectividad ininterrumpida entre los usuarios finales, los medidores de distribución y la infraestructura de medición hídrica avanzada.
Más recientemente, Antofagasta Minerals y un consorcio propiedad conjunta de Almar Water Solutions y Transelec anunciaron un acuerdo para poner en marcha un sistema de transporte de agua para la operación minera “Centinela”. La iniciativa, que representa una inversión de unos 1500 millones de USD, duplicará el suministro actual de agua de mar al mejorar el oleoducto existente y construir un segundo oleoducto para proporcionar agua de mar no desalinizada para ampliar las operaciones de Centinela, al norte de Chile.

Abdul Latif Jameel, durante su intervención en la COP28. Crédito de la fotografía © Community Jameel
“Iniciativas como esta y otras similares, que combinan la visión con la acción práctica, dan esperanzas de que el mundo pueda afrontar los retos de la sequía en las próximas décadas”, afirma Fady Jameel, vicepresidente de Abdul Latif Jameel.
“Ya sea por la experiencia directa o por las repercusiones relacionadas que tiene sobre las sociedades y la economía, la escasez de agua nos afectará a todos. La sequía en sí no conoce fronteras, por lo que es vital que los gobiernos, las empresas, los innovadores y las comunidades trabajen juntos para abordar los riesgos de la sequía y minimizar sus consecuencias para nuestro planeta y sus habitantes”.
[1] https://www.unccd.int/sites/default/files/2023-12/Global%20drought%20snapshot%202023.pdf
[2] https://www.eea.europa.eu/data-and-maps/data/data-viewers/drought-impact-on-ecosystems-in
[3] https://www.unccd.int/sites/default/files/2023-12/Global%20drought%20snapshot%202023.pdf
[4] https://www.unccd.int/sites/default/files/2023-12/Global%20drought%20snapshot%202023.pdf
[5] https://www.unccd.int/sites/default/files/2023-12/Global%20drought%20snapshot%202023.pdf
[6] https://www.aljazeera.com/news/2024/2/6/worst-drought-recorded-hits-spains-catalonia-sparking-fears-and-ingenuity
[7] https://www.bbc.co.uk/news/world-europe-68167942
[8] https://joint-research-centre.ec.europa.eu/jrc-news-and-updates/prolonged-drought-and-record-temperatures-have-critical-impact-mediterranean-2024-02-20_en
[9] https://www.thetimes.co.uk/article/kenyan-herders-on-the-edge-after-record-drought-tpchqwtvr
[10] https://joint-research-centre.ec.europa.eu/jrc-news-and-updates/record-temperatures-and-heatwaves-bring-unprecedented-drought-amazon-basin-2023-12-20_en
[11] https://www.bbc.co.uk/news/world-latin-america-67751685
[12] https://www.imperial.ac.uk/news/240391/droughts-northern-hemisphere-made-20-times/
[13] https://www.worldweatherattribution.org/climate-change-not-el-nino-main-driver-of-exceptional-drought-in-highly-vulnerable-amazon-river-basin/
[14] https://www.nasa.gov/centers-and-facilities/goddard/warming-makes-droughts-extreme-wet-events-more-frequent-intense/
[15] https://www.metoffice.gov.uk/research/climate/understanding-climate/uk-and-global-extreme-events-drought
[16] https://report.ipcc.ch/ar6/wg1/IPCC_AR6_WGI_FullReport.pdf
[17] https://climate.nasa.gov/news/3117/drought-makes-its-home-on-the-range/
[18] https://www.c2es.org/content/drought-and-climate-change/
[19] https://drought.unl.edu/Education/DroughtforKids/DroughtEffects.aspx
[20] https://www.nasa.gov/centers-and-facilities/goddard/warming-makes-droughts-extreme-wet-events-more-frequent-intense/
[21] https://www.drought.gov/news/high-cost-drought
[22] https://news.ucmerced.edu/news/2022/last-year’s-drought-cost-ag-industry-more-1-billion-thousands-jobs-new-analysis-shows
[23] https://www.climate.gov/news-features/blogs/beyond-data/2023-historic-year-us-billion-dollar-weather-and-climate-disasters
[24] https://www.drought.gov/sectors/manufacturing
[25] https://joint-research-centre.ec.europa.eu/system/files/2020-09/07_pesetaiv_droughts_sc_august2020_en.pdf
[26] https://documents.worldbank.org/en/publication/documents-reports/documentdetail/099640306142317412/idu03b9849a60d86404b600bc480bef6082a760a
[27] https://www.worldbank.org/en/news/immersive-story/2023/09/12/droughts-and-deficits-the-global-impacts
[28] https://www.reuters.com/markets/currencies/zambias-kwacha-hits-record-low-against-us-dollar-2024-05-08/
[29] https://www.who.int/emergencies/situations/drought-food-insecurity-greater-horn-of-africa
[30] https://www.cdc.gov/nceh/drought/implications.htm
[31] https://drought.unl.edu/Education/DroughtforKids/DroughtEffects.aspx
[32] https://www.ceh.ac.uk/news-and-media/blogs/impacts-drought-water-quality-and-wildlife
[33] https://www.unccd.int/land-and-life/drought/overview
[34] https://www.digitalearthafrica.org
[35] https://www.digitalearthafrica.org/why-digital-earth-africa/impact-stories/using-satellite-data-combat-drought-monitoring-lake-sulunga
[36] https://www.voanews.com/a/to-make-water-last-kenyans-build-sand-dams-/7541535.html
[37] https://unfccc.int/climate-action/momentum-for-change/activity-database/momentum-for-change-sand-dams-a-sustainable-solution-for-water-scarce-regions
[38] https://www.sanddamsworldwide.org.uk/what-is-a-sand-dam
[39] https://www.bbc.co.uk/news/science-environment-68839043
[40] https://thebulletin.org/2022/08/dodging-silver-bullets-how-cloud-seeding-could-go-wrong/
[41] https://english.alarabiya.net/News/gulf/2024/01/18/UAE-to-carry-out-hundreds-of-cloud-seeding-missions-in-2024-to-tackle-water-scarcity
[42] https://e360.yale.edu/features/can-cloud-seeding-help-quench-the-thirst-of-the-u.s.-west
[43] https://www.sheffield.ac.uk/news/genetically-modified-rice-could-be-key-tackling-food-shortages-caused-climate-change
[44] https://www.reuters.com/markets/commodities/argentinas-bioceres-expand-gmo-wheat-sales-via-seed-marketers-2023-05-11/
[45] https://www.unccd.int/sites/default/files/2023-12/Global%20drought%20snapshot%202023.pdf
[46] https://enb.iisd.org/events/awareness-action-united-drought-resilience-changing-climate-unccd-1dec2023