Debido al impacto global de la pandemia de la COVID-19, el mundo se detuvo, las sociedades se confinaron, los proyectos se congelaron y el crecimiento financiero se estancó. Por lo tanto, sería lógico suponer que 2020 y gran parte de 2021 fueron un periodo perdido para muchos sectores de la economía, especialmente para aquellos que consumen mucho capital, como la energía renovable.

Sin embargo, en algunos rincones de la industria, esto no es en absoluto cierto. Pese a la intrincada relación de la humanidad con el mundo natural, los últimos 18 meses han sido testigos de una notable duplicación del potencial de energía eólica a escala global.

Las nuevas instalaciones de energía eólica han alcanzado máximos históricos y los gobiernos e inversores se han unido para hacer que el viento sople más fuerte. El sector ha demostrado ser una verdadera fuerza de la naturaleza: implacable, indestructible y capaz de estimular el entusiasmo en todo el mundo.

Los titulares proporcionan esperanza para cualquier persona apasionada del viento, ya sea desde una perspectiva medioambiental o económica.[1]

  • A nivel mundial, en 2020 la industria instaló una capacidad eólica récord de 93 GW, que llevó el total hasta los 743 GW.
  • Las nuevas instalaciones terrestres fueron responsables de 86,9 GW, mientras que el mercado eólico en alta mar contribuyó con 6,1 GW.
  • Los cinco principales mercados para las nuevas instalaciones en 2020 fueron China, Estados Unidos, Brasil, Países Bajos y Alemania, que en conjunto abarcaron el 80,6 % del total global.
  • Dentro de la UE, las energías renovables generaron por primera vez más electricidad que los combustibles fósiles, gracias a los 14,7 GW de nuevas plantas que se unieron a las redes energéticas.
  • Tras el desplome general de la inversión en la generación de energía, la financiación eólica marina se cuadruplicó entre los primeros semestres de 2019 y 2020, hasta alcanzar los 35 000 millones de USD.
  • El argumento comercial para la energía eólica se volvió indiscutible, con investigaciones que muestran que cada dólar invertido en energía eólica cosecha una rentabilidad entre 3 y 7 veces superior.[2]

No se preocupe: si aún no se siente sorprendido por la energía eólica, pronto lo estará.

Un soplo de aire fresco para un mundo que necesita energía

Los nuevos 93 GW de instalaciones eólicas en 2020 representaron un notable crecimiento interanual del 53 %.[3]

Los lugares más destacados de este periodo de intensa actividad incluyen China y EE. UU., que fortalecieron su posición de líderes en el mercado, aumentando su cuota combinada en un 15 % y concentrando entre ambos más de tres cuartas partes de todas las instalaciones globales. Asia-Pacífico, Norteamérica y Latinoamérica también experimentaron un crecimiento eólico récord, ya que añadieron 74 GW de capacidad eólica terrestre, un 76 % más que en 2019. Del mismo modo, África y Oriente Medio sumaron 8,2 GW de nuevas instalaciones terrestres en 2020, manteniendo sus trayectorias ascendentes desde el año anterior, a pesar de las restricciones de la COVID-19. En las subastas en el segundo semestre de 2020 se concedieron casi 30 GW de nueva capacidad de energía eólica, una cifra superior a los 28 GW del mismo periodo de 2019.

Las turbinas no solo lograron inversores en tierra firme. Los proyectos en alta mar también aumentaron, con la puesta en marcha de 6,1 GW de nueva energía eólica offshore a lo largo del pasado año. Resultó ser el segundo año con un crecimiento más rápido en alta mar y China se adjudicó la mitad de esta nueva actividad.

En el mercado europeo, los Países Bajos lideraron el camino, seguidos de Bélgica, Reino Unido, Alemania y Portugal. La capacidad marítima global alcanzó los 35 GW, o casi el 5 % del mercado eólico total. En 2020, se concedió solo 1 GW de capacidad eólica en alta mar a través de subastas en todo el mundo, pero se anunciaron más de 7 GW de nuevas licitaciones, lo que indica que se avecina un crecimiento más rápido.

2021 podría ser un punto de inflexión para la crisis medioambiental. A finales de octubre, el Reino Unido organizó la conferencia sobre el cambio climático de la COP26 de la ONU.

La COP26, considerada como la última oportunidad para un esfuerzo global coordinado con el fin de contrarrestar el calentamiento global, vio como líderes de todo el mundo esbozaban nuevos compromisos para dejar de depender de los combustibles fósiles y lograr el objetivo de cero emisiones netas para 2050.

En la COP26 en Glasgow, Escocia, el primer ministro británico Boris Johnson presentó un plan de inversión en energía renovable como parte de la iniciativa nacional Iniciativa verde limpia (Clean Green Initiative, CGI), un programa de 3000 millones de GBP (unos 4100 millones de USD) diseñado para atraer inversiones públicas y privadas globales en “infraestructura sostenible de calidad”.

Con tanto en juego, hay cierta duda de que se pueda lograr un objetivo así.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), los planes actuales para reducir las emisiones de carbono mundiales no alcanzarán los objetivos necesarios para llegar a las cero emisiones netas.[4] La AIE estima que será necesaria una inversión adicional de 4 billones de USD para alcanzar el cero neto.

Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, ha advertido de que los planes de recuperación pospandemia de los gobiernos siguen poniendo demasiado énfasis en el carbón.[5] Entre los países del G20, por cada 1 USD per cápita destinado a la energía limpia en los paquetes de recuperación de la COVID, se gastan 1,05 USD per cápita para apoyar a las industrias de combustibles fósiles.[6]

Simultáneamente, los desafíos duales acechan en el horizonte.

Aunque China se ha comprometido a poner fin a las inversiones en centrales eléctricas de carbón en el extranjero, actualmente sigue construyendo nuevas centrales eléctricas de carbón en el país.[7]

Por otro lado, la energía eólica está afrontando contratiempos legislativos, tanto en Oriente como en Occidente, con el fin de la tarifa de alimentación en China y la eliminación gradual del crédito fiscal de producción en Estados Unidos.

Se prevé que el consumo energético mundial se duplique para 2050, así que se está agotando el tiempo para alejarse del borde del abismo medioambiental.[8]

El sector está preparado para cinco años revolucionarios

A pesar de estos desafíos, las perspectivas del mercado para la energía eólica siguen siendo extremadamente optimistas. De hecho, Ben Backwell, director del Consejo Mundial de Energía Eólica (GWEC), afirma que la sociedad podría recordar 2021 como “el año en que el mundo finalmente dio una vuelta de tuerca decisiva en la confrontación de la crisis climática y adoptó un camino definitivo basado en la acción colectiva”.[9]

Ben Backwell, CEO de GWEC

¿Por qué el optimismo?

El GWEC prevé más de 469 GW de nueva capacidad eólica en los próximos cinco años, es decir, aproximadamente 94 GW al año entre 2021 y 2025. Esto incluye una media de 79,8 GW de nueva capacidad eólica terrestre cada año (total: 399 GW). Durante ese mismo periodo se espera que la tasa de nuevas instalaciones en alta mar se cuadruplique (total: 70 GW), lo que impulsaría la cuota de mercado offshore del 6,5 % actual al 21 % para 2025.

Esto sería impresionante, pero no llega a los 180 GW al año en nuevas instalaciones que se estima que se necesitan para cumplir los objetivos de calentamiento global del IPCC.

Aun así, cuando se trata del peligro existencial del cambio climático, vemos que la necesidad genera acción.

La UE, por ejemplo, pretende dar luz verde a 30 GW de nuevas turbinas al año entre 2021 y 2030, parte de su paquete Fit-For-55[10], cuyo objetivo es reducir las emisiones en todo el continente en un 55 % hasta el final de la década.[11]

Sin duda, Europa se está moviendo en la dirección correcta. En 2020 se confirmaron 43 000 millones de EUR de nuevas inversiones en parques eólicos, que comprenden 17 000 millones de EUR para instalaciones terrestres (13 GW) y otros 26 000 millones de EUR para instalaciones en alta mar (7 GW). Esto supone un aumento del 70 % en la inversión con respecto al año anterior e incluye la financiación de dos importantes proyectos marítimos que ya se están construyendo: Hollandse Kust Zuid, en los Países Bajos, y Dogger Bank, en el Reino Unido.

A la cabeza de este incremento está el Reino Unido, con 13 000 millones de EUR del total de 43 000. Le siguen los Países Bajos, con 8000 millones de EUR, Francia con 6500 y Alemania con 4300.[12]

Los planes para un mayor despliegue de la energía eólica siguen aumentando. El gobierno británico ha reservado un fondo de 220 millones de USD para invertir en puertos eólicos marítimos alrededor de las aguas británicas, parte de una iniciativa para generar 1 GW de energía a partir de instalaciones flotantes para 2030.[13] El Reino Unido también está destinando 4100 millones de USD a la Iniciativa verde limpia (Clean Green Initiative), un plan destinado a ayudar a las naciones en desarrollo a establecer infraestructuras de energías renovables y perseguir el “crecimiento ecológico” después de la pandemia.[14] Las empresas de combustibles fósiles también se están dando cuenta del milagro del viento. El gigante del petróleo noruego Equinor ha presentado un avance de su nuevo diseño de plataforma eólica flotante: una base de turbina semisumergible con vigas de acero que conectan tres columnas de flotación.[15] El sistema tiene varias ventajas con respecto a los diseños de turbinas offshore estándar, ya que es menos propenso a la rotura y se ensambla más rápido. Estas nuevas turbinas permitirán la implementación de proyectos flotantes de gran envergadura en una sola fase y se incluirán en la propuesta de Equinor para la subasta del arrendamiento financiero de 6 hectáreas en alta mar de ScotWind.

Apostar por el futuro parece tener sentido a nivel empresarial. Un nuevo informe de la Plataforma Europea de Tecnología e Innovación en Energía Eólica (ETIPWind) declara que la electrificación es la forma más barata de descarbonizar la economía europea. Su investigación sugiere que para 2050 en torno al 75 % de las necesidades energéticas de Europa estarán satisfechas por la electricidad y que el viento contribuirá a dos tercios de ese total.[16]

Cada nueva turbina genera una actividad económica de aproximadamente 10 millones de EUR en Europa. Con el apoyo e incentivos adecuados, se cree que la industria podría crear 150 000 nuevos empleos para 2030.[17]

Una tecnología que reescribe las reglas

Un argumento común contra las energías renovables es el problema de la fluctuación del suministro: ¿qué ocurre, por ejemplo, cuando el viento no sopla con fuerza, pero nuestras fábricas y sistemas de transporte han de seguir en funcionamiento? De manera alentadora, durante 2020 y hasta 2021 los conceptos relacionados con el almacenamiento de baterías y la denominada tecnología “Power-to-X” continuaron progresando.

“Power-to-X” implica que el excedente de energía se desvía de la red durante períodos de sobresuministro y se transforma por electrólisis en hidrógeno para su uso final en diferentes sectores, por ejemplo, de energía a productos químicos, combustible o gas. En los últimos 12 meses se han logrado mayores progresos en tecnologías de reconversión como turbinas de gas, centrales de ciclo combinado, motores recíprocos y celdas de combustible.

Estos avances proporcionan un gran impulso a proyectos como el enorme parque eólico en alta mar NortH2 (una agrupación empresarial entre Equinor, Gasunie, Groningen Seaports, RWE y Shell Nederland), ubicado en la costa de los Países Bajos. El objetivo de NortH2 es generar 4 GW de hidrógeno verde para 2030 y, una década más tarde, llegar hasta los 10 GW.[18]

Por otra parte, a finales de 2021 está previsto que se ponga en marcha en un parque eólico terrestre de 200 MW en la provincia de Hebei, China, que utilizará la electrólisis para producir 10 MW de hidrógeno verde anualmente.

Más al sur, se espera que el enorme centro asiático de energía renovable, con 15 GW de energía eólica/solar, entre en funcionamiento en el oeste de Australia en 2027, llegando hasta los 26 GW de energía renovable con la producción de hidrógeno verde y amoníaco.

La tecnología de almacenamiento en baterías también sigue bajando de precio, con una caída de hasta el 90 % en la última década.

En Abdul Latif Jameel, sabemos que realizar grandes cambios requiere acciones atrevidas, por lo que financiamos la investigación sobre tecnología de baterías de vanguardia a través de nuestro negocio insignia de energías renovables Fotowatio Renewable Ventures (FRV), parte de Abdul Latif Jameel Energy.

FRV-X, la rama de innovación de FRV, participa en dos proyectos revolucionarios de almacenamiento de energía en el Reino Unido en asociación con el desarrollador británico de energía renovable Harmony Energy: la planta Contego de 34 MW, que utiliza una serie de 28 baterías Tesla Megapack para lograr una capacidad de 68 MWh; y el desarrollo de 7,5 MW en Holes Bay, que proporciona capacidad para almacenar energía de fuentes renovables y ofrece flexibilidad en horas punta a la red nacional del Reino Unido. Además, recientemente los socios anunciaron planes para el mayor sistema de almacenamiento de energía de baterías (BESS) del Reino Unido en Clay Tye, Essex.

Felipe Hernández, director general de FRV-X, afirmó: “Estos proyectos subrayan nuestro compromiso con las energías renovables en el Reino Unido y nuestro apoyo continuo hacia la transición a un sistema de energía descarbonizado. En un futuro próximo, nuestro objetivo es seguir aumentando nuestra cartera de productos de almacenamiento de energía, no solo en el Reino Unido, sino también en todos los demás mercados en los que tenemos presencia”.

FRV también está detrás del proyecto híbrido de 5 MW de energía solar Dalby 1 y del sistema de almacenamiento de energía en baterías (BESS) en la región de Dalby, en Queensland, Australia, cuya finalización está prevista para diciembre de este año.

Estas actividades complementan otros proyectos de generación de energía verde de FRV, como el eólico híbrido Rarinco y el solar Punta del Viento 343 MW con 945 MWh/año en Chile, que abastecerán a unos 391 841 hogares cuando entren en funcionamiento en 2023, y que recientemente recibieron la aprobación para obtener la licencia ambiental.

Algunos de los avances más emocionantes en energía eólica podrían producirse en Arabia Saudí, el hogar de Abdul Latif Jameel, que este año fue destacado como como un “mercado a tener en cuenta” por GWEC.[19]

El GWEC sitúa a Arabia Saudí en el puesto 13.º a nivel mundial en términos de potencial de producción eólica terrestre. Las velocidades anuales de viento que se registran en tierra firme en los emplazamientos designados están entre 6 y 8 m/s y permanecen constantes durante la mayor parte del año. Si se explotan por completo, se cree que las energías renovables en Arabia Saudí podrían crear hasta 750 000 empleos para finales de la década.

El Programa nacional de energía renovable (National Renewable Energy Program, NREP) del país tiene como objetivo alcanzar 58,7 GW de energías renovables para 2030, con 16 GW procedentes del viento. La primera subasta eólica de Arabia Saudí dio como resultado el proyecto de 500 millones de USD de Dumat-al-Jandal, un parque eólico de 400 MW que comenzará a operar en el primer trimestre de 2022.

Por otra parte, Neom, una ciudad inteligente actualmente en construcción en la provincia de Tabuk, en Arabia Saudí, estará impulsada solo por energías renovables, lo que también ha validado el potencial de la energía eólica. Tras la primera fase, que se completará en 2025, Neom se posicionará como el mayor proyecto de hidrógeno verde del mundo, impulsado por 4 GW de energía eólica y solar.

Como podemos ver, todo es posible si el viento sopla a nuestro favor.

El viento promete una nueva dirección

Fady Jameel
Fady Jameel
Presidente adjunto y vicepresidente
Abdul Latif Jameel

Podría ser tentador creer que, al reducir el consumo de energía global, la COVID-19 frenó el cambio climático. Pero solo se trata de un respiro temporal. Como Fady Jameel, presidente adjunto y vicepresidente de Abdul Latif Jameel, comenta en su reciente artículo de Spotlight, el cambio climático no se detiene mientras el mundo lucha contra la COVID-19. Aunque las emisiones de carbono cayeron un 6 % en 2020, se espera que aumenten un 4 % en los países del G20 en 2021 a medida que la industria vuelva a activarse.[20] Varios países, entre ellos la India y China, están en camino de superar sus niveles de emisiones de 2019.

“Las cifras pueden variar de un año a otro, pero la realidad subyacente sigue siendo pesimista”, dice Fady. “Dondequiera que vivamos y cualquiera que sea nuestra riqueza relativa, el calentamiento global sigue siendo una amenaza para nuestro modo de vida.

“En Abdul Latif Jameel nos apasiona predicar con el ejemplo, demostrando cómo la inversión privada puede estimular el sector público para mejorar tangiblemente las vidas y perspectivas de las personas, ahora y en el futuro.

“Nadie quiere un planeta cuyo calentamiento esté cerca de los 2 grados, igual que nadie predijo que una pandemia se iba a extender por todo el mundo. Sin embargo, no debemos perder tiempo en lamentarnos por lo que no podemos cambiar, ya que hay demasiado trabajo que hacer”.

De cara al futuro, GWEC describe varios pasos clave, desde lo práctico hasta lo psicológico, para situar la energía eólica en el centro de la transición de la energía verde:[21]

  • Honestidad: los legisladores y reguladores deben crear un sentido de urgencia, enfatizando la diferencia entre dónde estamos ahora y dónde debemos estar.
  • Urgencia: los planificadores deben adoptar un enfoque de “emergencia climática”, reduciendo la burocracia y agilizando los permisos para los nuevos parques eólicos.
  • Equidad: los gobiernos deberían ayudar a reducir la proporción de combustibles fósiles en el sistema energético y garantizar que las deudas sociales de las emisiones de carbono se resuelvan de forma justa.
  • Coordinación: los actores en el mercado de las renovables deben unirse para ayudar a descarbonizar los sectores en los que la transición es más difícil, como la química, la agricultura y el transporte.

“El tiempo puede ser amigo o enemigo, la elección es nuestra”, añade Fady Jameel. “Si trabajamos al unísono y aprovechamos el poder de la naturaleza, juntos podemos impulsar la energía del viento en la agenda energética y ayudar a proteger nuestro planeta”.

 

[1] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf

[2] https://www.irena.org/-/media/Files/IRENA/Agency/Publication/2019/Sep/IRENA_Transforming_2019_Summary.pdf

[3] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf

[4] https://www.iea.org/reports/world-energy-outlook-2021

[5] https://www.theguardian.com/environment/2021/oct/13/carbon-emissions-will-drop-just-40-by-2050-with-countries-current-pledges

[6] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf

[7] https://www.theguardian.com/environment/2021/oct/12/china-coal-fired-plants-uk-cop26-climate-summit-global-phase-out

[8] https://www.mckinsey.com/~/media/McKinsey/Industries/Oil%20and%20Gas/Our%20Insights/Global%20Energy%20Perspective%202019/McKinsey-Energy-Insights-Global-Energy-Perspective-2019_Reference-Case-Summary.ashx

[9] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf

[10] https://www.consilium.europa.eu/en/policies/green-deal/eu-plan-for-a-green-transition/

[11] https://windeurope.org/newsroom/press-releases/its-official-the-eu-commission-wants-30-gw-of-new-wind-a-year-up-to-2030/

[12] https://windeurope.org/newsroom/press-releases/money-pouring-into-wind-energy-despite-covid-but-are-there-enough-projects-out-there/

[13] https://www.rechargenews.com/wind/britain-bets-on-floating-wind-with-220m-kickstart-pot-for-coastal-industrial-hubs/2-1-1091349

[14] https://www.rechargenews.com/energy-transition/britain-launches-developing-nations-angled-green-funding-package-plan/2-1-1091929

[15] https://www.rechargenews.com/wind/equinor-eyes-gigawatt-scale-floating-wind-off-scotland-with-new-foundation-concept/2-1-1091513

[16] https://etipwind.eu/files/reports/Flagship/fit-for-55/ETIPWind-Flagship-report-Fit-for-55-set-for-2050.pdf

[17] https://windeurope.org/newsroom/press-releases/money-pouring-into-wind-energy-despite-covid-but-are-there-enough-projects-out-there/

[18] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf

[19] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf

[20] https://www.climate-transparency.org/g20-climate-performance/g20report2021

[21] https://gwec.net/wp-content/uploads/2021/03/GWEC-Global-Wind-Report-2021.pdf