Forjar un nuevo modelo para el tratamiento del cáncer
Entrevista con el profesor R. Charles Coombes, recientemente nombrado asesor científico especial de Abdul Latif Jameel Health
El último asesor científico especial en unirse al Consejo Asesor de Abdul Latif Jameel Health es el profesor Charles Coombes, una reconocida autoridad en el ámbito del cáncer a nivel mundial, que se centra sobre todo en el cáncer de mama. Hablamos con el profesor Coombes sobre su investigación, su nuevo cargo en Abdul Latif Jameel Health y su visión del futuro de la sanidad mundial.
Como parte de su misión de acelerar el acceso a la atención sanitaria moderna de alta calidad en todo el mundo, Abdul Latif Jameel Health busca continuamente establecer asociaciones con los principales innovadores, organizaciones e investigadores en la industria mundial de la salud.
El profesor R. Charles Coombes es profesor de Oncología Médica en el Imperial College London y asesor oncólogo médico honorario en Imperial College Healthcare Trust.
Entre otros puestos sénior en oncología, también es presidente del International Collaborative Cancer Group, un centro de ensayos multinacional (con sede en el Imperial College London) que se centra en estudios de fase II y III en el cáncer de mama.
El profesor Coombes, un entusiasta defensor de un enfoque interdisciplinar en la investigación del cáncer, ayudó a establecer el Convergence Science Centre en 2020.
También dirige un laboratorio traslacional que se centra en la detección de la enfermedad micrometastásica y la aplicación al tratamiento del cáncer de mama.
¿Podría hacer una breve descripción de su trabajo actual?
CC: Una de las iniciativas más importantes en las que estoy involucrado en este momento es el Convergence Science Centre, que es una asociación estratégica entre el Imperial College London y The Institute of Cancer Research, London, que se inició hace unos siete años.
El objetivo del programa es reunir la experiencia científica del Imperial College en una amplia gama de disciplinas para ayudar a las personas con cáncer.
Las ciencias más comunes utilizadas en la detección y el tratamiento del cáncer son la biología molecular y celular y el descubrimiento de fármacos, pero ahora se reconoce ampliamente que esto no basta.
Para avanzar realmente con esta compleja enfermedad también necesitamos aprovechar la experiencia más reciente de otros campos científicos, como la bioingeniería, las matemáticas, la física, las ciencias de la población, la informática, etc., que tradicionalmente se han pasado por alto en la investigación del cáncer.
Este trabajo se basó en el hecho de que he pasado una mitad de mi carrera en The Institute of Cancer Research y The Royal Marsden Hospital de Londres, y la otra en el Imperial College. Parecía lógico que reunir a estas dos grandes instituciones, las cuales, combinadas, probablemente se encuentren entre las mejores del Reino Unido, e incluso del mundo, en términos de experiencia en cáncer, podría ayudarnos a resolver este problema.
¿Podría explicar cómo funciona el Convergence Science Centre?
CC: Aunque tristemente el cáncer afecta a casi la mitad de la población, al menos en Occidente, no es fácil predecir qué persona va a desarrollar qué cáncer. Asimismo, si se desarrolla un cáncer, tampoco es fácil predecir cómo va a evolucionar en el cuerpo humano. Esta incertidumbre significa que no podemos aprovechar de la mejor manera los nuevos tratamientos moleculares ni la tecnología de diagnóstico. Ahora tenemos análisis de sangre y de esputo que pueden detectar el cáncer en una etapa extremadamente temprana, y análisis de sangre que pueden indicar cómo evoluciona el cáncer en el paciente. Sin embargo, hasta que tengamos formas de enriquecer estas tecnologías, no podremos perfeccionarlas para que estén disponibles para todo en el mundo.
El Convergence Science Centre ayuda a reunir múltiples disciplinas científicas para intentar salvar algunas de estas brechas en áreas cruciales, como las matemáticas extremadamente complejas en torno a la genética y el ADN.
¿Cuáles son los beneficios de este enfoque?
CC: En Occidente el tratamiento del cáncer se basa en un conjunto de tratamientos bastante tóxicos, como radioterapia y quimioterapia citotóxica, etc. Estas son tecnologías imprecisas y no dirigidas que, además de combatir el cáncer, también dañan las células normales. Para el “sur global”, el objetivo es eludir estos tratamientos, potencialmente más bien dañinos, y pasar directamente a los últimos enfoques diagnósticos y terapéuticos modernos. Por ejemplo, la inteligencia artificial puede definir qué pacientes deben ser examinados y el tipo de cáncer y su evolución pueden diagnosticarse mediante análisis de sangre. No se necesitan sistemas de radioterapia complejos ni grandes infraestructuras sanitarias. Lo que necesitaremos en el futuro son tecnologías diagnósticas útiles y tratamientos dirigidos que nos permitan evitar los tratamientos dañinos a los que las personas han tenido que someterse para luchar contra el cáncer en los últimos 50 años.
La combinación de un diagnóstico sencillo y un tratamiento dirigido después de la cirugía es la respuesta para mejorar la tasa de supervivencia del cáncer en el sur global.
¿Cuándo conoció Abdul Latif Jameel Health?
CC: Es un nombre que conozco desde hace tiempo: una organización que sabía que estaba interesada en mejorar el acceso a una atención sanitaria de calidad en los mercados emergentes de Oriente Medio, África y Asia, que es un problema que me preocupa profundamente. Asisto regularmente a conferencias y me invitan a dar charlas en lugares de todo el mundo, especialmente en la región MENA, y Abdul Latif Jameel es un nombre que se menciona con frecuencia. Así que, cuando se me planteó la oportunidad de involucrarme más directamente, estaba deseando aprender más.
¿Qué espera aportar a la organización en su función como asesor científico especial?
CC: Soy especialista clínico y científico en cáncer. Existe una gran brecha entre lo que las personas descubren en los laboratorios y cómo se introduce en el uso clínico para aplicarlo a los pacientes. A menudo se ignora, porque los científicos siempre están pensando en la siguiente etapa de su investigación, para perfeccionar y mejorar constantemente sus resultados.
Hace falta que alguien como yo en Imperial College tome lo que han desarrollado y diga: “Sé que todavía estás trabajando en esto, pero lo que tienes hasta ahora tiene muy buena pinta. No hay nada similar en el mercado, así que veamos si podemos usarlo para ayudar a la gente”. Llevo haciendo esto a lo largo de toda mi carrera. He participado en el desarrollo de nuevos fármacos y nuevas pruebas diagnósticas para el cáncer, principalmente de mama, durante 40 años, y eso es lo que quiero seguir haciendo a través de mi función en Abdul Latif Jameel Health.
Abdul Latif Jameel Health se centra especialmente en mejorar el acceso a la atención sanitaria en el sur global. ¿Esto es importante para usted?
CC: Sin duda. Es un problema que me apasiona. Por ejemplo, he dado conferencias en Nigeria, donde había un único centro oncológico con equipos funcionales para todo un país de 160 millones de personas. He estado en muchos países de la región donde hay una gran pobreza, desigualdad y falta de capacidad diagnóstica.
Además de los obstáculos financieros, a menudo también hay trabas culturales a la hora de educar a las personas sobre el cáncer y ayudarles a comprender que no es algo de lo que avergonzarse.
¿Cuáles considera que son los mayores desafíos para la investigación y el tratamiento del cáncer?
CC: Creo que la educación es lo más importante. Podríamos invertir cualquier cantidad de dinero, pero sin educación solo tendrá un impacto limitado. Lo primero que hay que hacer es educar a las personas sobre las enfermedades y lo que se puede hacer al respecto. La siguiente prioridad es examinar a las personas en riesgo e introducir un camino claro para que puedan obtener ayuda fácilmente. En cierta medida, gran parte de esto podría hacerse de forma remota utilizando tecnología moderna. En el mundo moderno, la idea de que las personas tengan que viajar cientos de kilómetros y esperar horas en un hospital con la esperanza de ver a un médico no funciona.
Una cosa que nos enseñó la pandemia de COVID-19 es que la comunicación en todo el mundo es mucho más fácil de lo que pensábamos. Deberíamos aprovechar esto para lograr que la atención sanitaria sea mucho más accesible en los mercados que más la necesitan.
¿Cómo podrían tecnologías como la inteligencia artificial y el big data ayudar a mejorar esta situación?
CC: Este tipo de tecnologías son muy importantes para la lucha contra el cáncer, y cada vez más. A veces la inteligencia artificial (IA) se considera una disciplina independiente, pero no lo es. Ya está integrada en el trabajo que hacemos yo y muchos otros investigadores del cáncer.
La mitad de los científicos que empleamos ahora son especialistas en IA. No son solo expertos en matemáticas, sino profesionales que también comprenden la genética, la biología y el cáncer, por lo que pueden salvar las brechas y unir esos conocimientos. En eso consiste la investigación moderna sobre el cáncer, que es lo que pretende hacer el Convergence Science Centre.
Una sola célula es probablemente más compleja que todos los ordenadores disponibles actualmente en todo el mundo. En una pequeña cucharadita de sangre de un paciente con cáncer hay más de un millón de fragmentos de ADN y ARN, que proporcionan información sobre el tipo de cáncer y cómo tratarlo. No obstante, descodificar y darle sentido a esta información sería imposible sin la IA. Determinar qué subpoblaciones tienen una mayor propensión a desarrollar cáncer y, por lo tanto, más probabilidades de beneficiarse de los exámenes es otra área crítica donde la IA es esencial. Por supuesto, también están las familias con antecedentes de cáncer. Aquí la IA es vital para ayudarnos a comprender la genética de la predisposición al cáncer.
Otra área en la que la IA es fundamental es en términos de química e identificación de objetivos. Por ejemplo, si un análisis de sangre muestra que hay cáncer presente, que está creciendo y dividiéndose por un determinado tipo de factor, para construir un fármaco que inhiba la proliferación del cáncer en ese paciente en particular es necesario conocer la estructura de la proteína a la que el fármaco debería unirse. Descubrir un nuevo fármaco es extraordinariamente complejo y requiere la IA en prácticamente todas las etapas.
¿Cómo ha cambiado la pandemia la narrativa respecto a la atención sanitaria global?
CC: Creo que la ha cambiado de dos maneras principales. En primer lugar, ha demostrado a la gente que la ciencia puede tener un impacto global. Antes de la pandemia había cierto cinismo sobre la ciencia moderna, por ejemplo, en relación con el cambio climático. La pandemia ha demostrado el impacto masivamente positivo que puede tener la ciencia y su capacidad de mejorar los resultados sanitarios para personas de todo el mundo.
El segundo gran cambio es que la pandemia ha puesto de relieve la desigualdad en la atención sanitaria entre diferentes regiones del mundo. Por ejemplo, en el sur global la proporción de personas que han sido vacunadas sigue siendo increíblemente baja.
En el campo del cáncer en concreto, cada vez se comprende más que, igual que los virus evolucionan y cambian su genética para superar los tratamientos, el cáncer también lo hace. Las personas se han acostumbrado a la idea de secuenciar virus y lo mismo ocurre con el cáncer. Debemos controlar el cáncer en el paciente para predecir qué tratamientos hemos de administrarle. Esto es muy similar al desarrollo de vacunas para virus mutados.
¿Cómo espera que Abdul Latif Jameel Health ayude a mejorar esta imagen y abordar algunos de estos desafíos?
CC: Creo que Abdul Latif Jameel Health tiene un papel bastante único, ya que está interesado en el diagnóstico temprano y trata de llevar los últimos avances sanitarios a mercados desfavorecidos en el sur global. El dispositivo ecográfico portátil Butterfly iQ+ es un ejemplo de una tecnología que podría marcar una gran diferencia en muchos mercados gracias a un diagnóstico más temprano.
El sólido legado de Abdul Latif Jameel en la región, su conocimiento, su comprensión y las asociaciones existentes también pueden ser una gran ventaja para sacar estas tecnologías al mercado y superar algunas de las barreras, que a menudo son tanto problemas culturales y prácticos como financieros.
De cara al futuro, ¿hasta qué punto es optimista para el futuro de la investigación y el tratamiento del cáncer?
CC: No soy imparcial. En mi área del cáncer de mama he visto cómo la tasa de curación mejoraba de forma bastante drástica a lo largo de mi carrera, así que en ese sentido soy muy optimista. Por supuesto, todavía hay grandes discrepancias en las tasas de curación del cáncer de mama en todo el mundo, pero en general, espero que en 10 años las hayamos mejorado significativamente.
Otros tipos de cáncer, como, por ejemplo, el cáncer de pulmón, de páncreas, de cerebro o de estómago, son muy difíciles de tratar, en parte porque se diagnostican demasiado tarde. Para ellos son fundamentales las tecnologías en torno a las pruebas, el cribado y el diagnóstico temprano. Si fuésemos capaces de aplicarlas de forma eficaz, podríamos revolucionar los tratamientos contra el cáncer, especialmente en el sur global.
Así que soy optimista, pero deberíamos trabajar casi a escala “industrial”, en lugar de con los métodos fragmentados que se han utilizado hasta ahora.