Aprovechamiento del potencial de la gestión simplificada en Arabia Saudí y Oriente Próximo
Arabia Saudí y Oriente Próximo avanzan a pasos agigantados en el siglo XXI y las economías de la región están experimentando una notable transformación. Se fomenta la inversión extranjera, una diversificación estratégica alejada de la dependencia de sectores tradicionales contribuye a reformar el paisaje empresarial y las organizaciones comerciales y los gobiernos que miran hacia el futuro están al tanto de las oportunidades que se presentan.
Estos cambios ejercen presión sobre las empresas de la región que luchan por mejorar su rendimiento, fortalecer su eficiencia, desarrollar su negocio y ofrecer mejores productos y servicios a sus clientes.
Para conseguir alcanzar estos objetivos hace falta mucho más que esfuerzo y ambición. Las empresas necesitan evaluar con seriedad sus métodos de trabajo, el planteamiento operativo y su cultura para identificar dónde hay que realizar cambios más profundos y atrevidos.
Una de las metodologías más habituales para respaldar y guiar las iniciativas de las empresas es la gestión simplificada, también conocida como «Lean Management» en inglés o «kaizen», un concepto pionero de las grandes empresas japonesas que aspira a reforzar la eficiencia y el funcionamiento, eliminar residuos y optimizar el uso de recursos.
¿En qué consiste la gestión simplificada?
El concepto de gestión simplificada es desde hace más de un siglo una de las metodologías de empresa más destacadas del mundo. Es necesario un planteamiento detallado y paulatino para que cada empresa aproveche todos sus recursos con la máxima eficiencia.
Las empresas que aplican la gestión simplificada se plantean cada actuación, por muy insignificante que sea, en busca de la respuesta a una pregunta sencilla: ¿puede mejorarse para añadir más valor al producto o para el cliente? Cualquier actividad que no pasa esta
prueba se considera un residuo, y se reduce o se elimina de los procesos de la organización.
Las empresas que aplican la gestión simplificada para eliminar residuos y optimizar procesos tienen mejor capacidad de respuesta frente a turbulencias inesperadas, ya sea en el mercado en el que operan o en un ámbito mayor de la economía. «La gestión simplificada consiste en aplicar el sentido común para conseguir eficiencia y efectividad», explica Patrick Wiebusch, cofundador de la consultora de gestión simplificada Four Principles.
Se atribuye a Henry Ford la creación del primer proceso rudimentario para simplificar la fabricación cuando introdujo una línea de montaje móvil en sus fábricas en 1913. Sin embargo, fueron Kiichiro Toyoda, Taiichi Ohno y otros técnicos de Toyota los que refinaron y desarrollaron la idea original de Ford en la década de 1930 para crear un sistema de fabricación y de gestión verdaderamente simplificados.
Siguieron los métodos de Ford y se inspiraron en su obra para crear el Sistema de Producción de Toyota y pusieron en marcha una revolución que a lo largo de las décadas siguientes transformó las empresas tanto en Japón como en Estados Unidos.
Los japoneses denominaron «kaizen» a este proceso de mejora continua a partir de los procesos de fabricación; si bien este principio puede aplicarse de la misma manera a las empresas de servicios. Las organizaciones que adoptan la gestión simplificada evalúan cada acción y cada actividad en busca de posibles mejoras, por muy pequeñas que sean. Todos esos cambios pueden ser insignificantes por separado, pero en su conjunto pueden generar mejoras significativas que impulsan cambios positivos.
¿Qué se puede conseguir con la gestión simplificada?
Los efectos de la gestión simplificada pueden ser espectaculares y aportar grandes beneficios económicos. Empresas de todo el mundo han disfrutado de sus ventajas y han adaptado todos sus sistemas internos en torno a los principios de simplificación.
Posiblemente uno de los éxitos más reconocidos en la gestión simplificada es el rescate y la rehabilitación de la famosa marca de automóviles Porsche a mediados de la década de 1990. Cuando Wendelin Wiedeking se hizo cargo de la dirección ejecutiva en 1992 con tan solo 41 años de edad, las pérdidas de la empresa eran notables y las perspectivas eran bastante negativas. Tenía un objetivo muy sencillo: nada más, y nada menos, que garantizar la supervivencia de Porsche.
Wiedeking creía que simplificar la fabricación era lo único que podía salvar a la empresa del cierre. Habló con dos de los consultores de gestión simplificada más importantes del mundo, Yoshiki Iwata y Chihiro Nakao, que habían trabajado a las órdenes de Taiichi Ohno en Toyota. Después de declinar la oferta un par de veces, Iwata y Nakao finalmente aceptaron ayudar a Wiedeking a transformar el fabricante alemán de coches que se encontraba en horas bajas.
La fe y la persistencia de Wiedeking produjeron frutos. Iwata y Nakao hicieron cambios muy profundos en los procesos, los procedimientos y las políticas de toda la fábrica de Porsche. Una de las decisiones más espectaculares fue la reducción de la cantidad de piezas disponibles en la fábrica, que pasó de 28 días de producción a suficiente para solamente 30 minutos.
Este cambio permitió reducir gastos en todos los aspectos, desde los alquileres de instalaciones para almacenar piezas y componentes hasta la seguridad, así como ampliar las reservas de efectivo de Porsche y recortar las pérdidas de tiempo, ya que los empleados ya no necesitaban buscar en un surtido enorme de piezas para encontrar el componente que necesitaban en cada momento.
Pero los éxitos más espectaculares de este planteamiento simplificado tardaron un poco más de tiempo: tan solo un año después, el tiempo de producción de un Porsche Carrera se había recortado a dos tercios de su tiempo original.
Incluso a día de hoy, 25 años después de que Wiedeking introdujera el planteamiento de gestión simplificada, y ocho años después de que dejara el cargo, la productividad de Porsche sigue creciendo a una media del 6 por ciento al año, sobre todo porque el compromiso con la simplificación de las operaciones es total.
Aprovechar el potencial de Oriente Próximo
Desde sus raíces japonesas, la gestión simplificada ha ido expandiéndose por Europa occidental y Estados Unidos en el transcurso de las últimas tres décadas. Hoy en día, las empresas que miran al futuro en Oriente Próximo y en el norte de África recurren a la gestión simplificada para conseguir la transformación necesaria que les permita seguir prosperando en el siglo XXI.
A medida que las economías crecen y se abren, las empresas se están dando cuenta de que las marcas con más aspiraciones crean un entorno dinámico y en rápida evolución en el que las grandes empresas ya establecidas tendrán que buscar cualquier resquicio para mejorar la eficiencia y poder competir.
El potencial de la gestión simplificada para ayudar a las empresas a enfrentarse a esos desafíos y catalizar la actividad empresarial y el desarrollo económico en Oriente Próximo se refleja en el anuncio de una nueva agrupación empresarial entre Abdul Latif Jameel y la consultora de gestión simplificada Four Principles.
La nueva empresa ofrece servicios de asesoría e implementación que mejorarán la eficiencia de los gobiernos y las empresas de la región. Funcionará, entre otros, en los sectores de bienes de consumo, construcción, industria pesada, petróleo, gas y aviación.
Seif Shieshakly, cofundador y accionista gerente de Four Principles, cree que las empresas de Oriente Próximo se enfrentan a desafíos parecidos a los que encontró Toyota en la década de 1930. «Ellos [Toyota] fueron los primeros en adoptar esta mentalidad porque necesitaban sobrevivir en un mercado que cambiaba a un ritmo muy rápido», comenta Shieshakly. «Sabían que tenían que cambiar. No querían, pero tuvieron que adoptar una mentalidad completamente diferente y cambiar por completo su forma de pensar».
«Con todos los cambios que se están produciendo en Oriente Próximo y en el norte de África, con las reformas del mercado y con la presión para reducir la dependencia del petróleo, son muchas las empresas que se enfrentan a esta situación: tienen que cambiar si quieren seguir funcionando a largo plazo».
Shieshakly y Wiebusch han trabajado en materia de gestión simplificada con organizaciones de todo el planeta y han identificado varios desafíos comunes en las empresas que implementan la gestión simplificada por primera vez.
Muchas veces, los empleados se resisten a la profundidad de los cambios asociados con la gestión simplificada, habitualmente por miedo a perder su estatus o su autoridad dentro de la jerarquía de la organización.
Wiebusch explica: «El desafío está en implementar la gestión simplificada, no en comprender lo que implica. Lo habitual es que los directivos de alto nivel lo comprendan sin problemas, y los operarios de planta también lo suelen entender a la primera. El problema está en los niveles medios de gestión, porque a veces intentan reservarse información. La simplificación de las operaciones permite crear un entorno transparente donde los indicadores clave de rendimiento (KPI) y la rendición de cuentas pueden medirse a diario. Por eso el nivel medio de gestión es el que más tiene que perder, y muchas veces intentan torpedear la iniciativa del cambio. Basta una sola manzana podrida para detener todo el proceso, y eso es lo más complicado».
Shieshakly destaca asimismo que un exceso de familiaridad puede hacer que se pasen por alto oportunidades significativas. Ha afirmado: «El problema que presentan muchas empresas es que tienen su propio sistema interno de supervisión de la excelencia operativa, pero con el paso del tiempo el cumplimiento se relaja a medida que cada empleado se asienta en nuevas rutinas y procesos. Están tan acostumbrados a hacer las cosas de una manera determinada, incluso la supervisión, que es difícil alejarse de la situación para ver otras posibles opciones».
Para él, un factor clave para contribuir a la transformación de las empresas es la capacidad de Four Principles para detectar puntos de mejora que hasta ese momento han pasado desapercibidos porque los equipos internos están demasiado cerca del sistema para poder identificar claramente los fallos existentes.
Aflorar nuevas oportunidades de crecimiento
Abdul Latif Jameel adoptó la cultura kaizen por primera vez cuando empezó a importar vehículos Toyota de Japón a Arabia Saudí, hace ya más de 60 años. Desde entonces, ha experimentado de primera mano cómo la gestión simplificada contribuye a la fortaleza de una empresa a la hora de adaptarse y evolucionar ante los cambios que se producen en el entorno.
La inversión diversificada de la empresa de propiedad de la familia saudí en Four Principles refleja la estabilidad de su relación con Japón y es consecuencia del reciente acuerdo Visión 2030 entre Arabia Saudí y Japón con vistas a estrechar lazos entre los dos países.
Fady M. Jameel, Presidente adjunto y Vicepresidente de Abdul Latif Jameel, afirma: «Abdul Latif Jameel y Four Principles comparten un compromiso de ofrecer a los clientes soluciones innovadoras y de alta calidad. Las diferentes organizaciones, tanto en el sector privado como en el público, buscan impulsar la eficiencia y mejorar la efectividad para posicionarse con vistas a poder aprovechar las grandes oportunidades de la región. Esta nueva agrupación empresarial atiende a esa necesidad, ya que proporciona una oferta sólida a un mercado con demanda».
La agrupación empresarial es igualmente resultado del compromiso de Abdul Latif Jameel para trabajar con organizaciones locales y japonesas con el objetivo de fundar una empresa kaizen y una academia de formación de personal para los sectores público y privado de Arabia Saudí.
Mohammed Abdul Latif Jameel, Presidente y CEO de Abdul Latif Jameel, ha declarado: «El gobierno de Arabia Saudí está aplicando su estrategia de diversificación económica en el marco del plan Visión 2030. En esta iniciativa, la filosofía “kaizen” puede contribuir a racionalizar el funcionamiento en diferentes ámbitos tanto en el sector privado como en el público, además de desempeñar un papel clave en la mejora de los resultados».
En línea con estos objetivos, Four Principles quiere inspirar el crecimiento económico de Arabia Saudí y su región en años venideros, tanto a escala micro como macro.
Shieshakly afirma: «Trabajar con Abdul Latif Jameel nos permite apreciar la voluntad y la pasión por difundir la simplificación de los planteamientos y, lo que es más importante, las ventajas y los resultados reales de la implementación en más empresas y sectores. La gestión simplificada ha demostrado su potencial de beneficios para las empresas de la región a una escala mucho mayor, lo que reporta ventajas para más clientes y más mercados de los que tenemos en la actualidad. Estamos plenamente decididos a contribuir a hacer realidad esta visión».
Si desea más información acerca de los orígenes de la gestión simplificada, los principios que explican su éxito y qué podría ofrecerle a su organización, visite www.fourprinciples.com.