Sistemas de alimentos acuáticos: una inmersión profunda

Para muchas personas, el pescado y el marisco son una entre muchas opciones de comida. Para algunas, su principal fuente de proteínas. Para otras, la clave de su propia existencia. Más de 800 millones de personas en países en desarrollo dependen de los sistemas acuáticos para sustentarse y mantener su salud.[1]En 2030 habrá 8500 millones de bocas que alimentar y 600 millones ya están crónicamente desnutridas hoy en día.[2]
El océano alberga alrededor del 80 % de los seres vivos y actualmente proporciona alimentos a 3000 millones de humanos.[3] Podría alimentar seis veces más (sin incluir ríos, lagos ni hábitats artificiales)[4], pero solo si gestionamos los sistemas de alimentos acuáticos de forma sostenible y justa.
¿Qué podemos hacer para aprovechar al máximo los alimentos acuáticos de forma sostenible? ¿Cómo podemos mejorar la manera en que se produce y se desecha? ¿Cómo nos aseguramos de que proporcione seguridad alimentaria, nutrición y sustento a tantas personas como sea posible?
¿Qué son los sistemas de alimentos acuáticos?
Los alimentos acuáticos incluyen cualquier planta o animal cultivado o cosechado en el agua, desde pescados y mariscos hasta algas y sustitutos artificiales.
Los sistemas de alimentos acuáticos abarcan todo lo necesario para apoyar y nutrir los alimentos acuáticos y los beneficios que proporcionan. Como explica el World Fish Center:
“Un sistema de alimentos acuáticos es una compleja red que aúna todos los elementos y actividades relacionados con los alimentos del agua, junto con partes de los entornos económicos, sociales y naturales más amplios en los que se integran. Abarca desde la producción hasta el consumo, así como los resultados relacionados con la nutrición, la salud pública, la seguridad alimentaria, la prosperidad social y económica y la sostenibilidad medioambiental”.[5]
Más que una delicia
Además de su valor culinario, los alimentos acuáticos tienen numerosos beneficios que los convierten en compañeros esenciales, si no superiores, de la agricultura terrestre en varios aspectos:
- Los rendimientos acuáticos están en máximos históricos y pueden aumentarse considerablemente con una gestión sostenible.
- Nutrición. Los alimentos acuáticos, llenos de proteínas y micronutrientes, incluidos ácidos grasos poliinsaturados omega-3, vitaminas esenciales y minerales, suelen ser mejores que muchas otras fuentes de alimentación fácilmente disponibles.[6]
- Seguridad alimentaria. En 2019 el mundo consumió 158 millones de toneladas de alimentos acuáticos, más del doble que carne de vacuno y considerablemente más que cerdo y aves de corral.[7] Alrededor de 3300 millones de personas obtienen el 20 % de su ingesta media de proteínas, o más, de los alimentos acuáticos. En los países de renta baja y media, los alimentos acuáticos suelen ser la principal, o la única, fuente de proteínas y nutrientes esenciales.[8]
- Fuente de sustento. Solo en la producción primaria en las pesquerías y la acuicultura se estima que trabajan 62 millones de personas.[9] Asia representa la mayor cuota de empleo, seguida de África.[10] La pesca costera a pequeña escala (small-scale fisheries, SSF) realizada con medios artesanales genera alrededor del 40 % de las capturas globales, emplea al 90 % del sector y da sustento a casi 500 millones de personas en los países en desarrollo.[11]
- Efectos positivos para el comercio y el desarrollo sostenible. En 2022, los sistemas de alimentos acuáticos generaron un récord de 195 000 millones de USD. China domina con exportaciones por valor de 22 400 millones de USD, seguida de Noruega (15 500 millones de USD) y Vietnam (11 200 millones de USD).[12]
- Más ecológicos que la agricultura. El océano es el sumidero de carbono más grande del mundo y los alimentos acuáticos liberan menos carbono que los cultivos y el ganado terrestres.[13]
La producción de alimentos acuáticos alcanza máximos históricos
El mundo produce cinco veces más alimentos acuáticos que hace seis décadas. La producción pesquera tradicional lleva décadas manteniéndose constante.
Sin embargo, la producción de acuicultura ha aumentado en un 6,6 % desde 2020 y ya aporta más del 57 % de los productos acuáticos de origen animal que consumimos.[14]

En la década de 1960, alrededor de dos tercios de la producción de animales acuáticos se destinaba al consumo humano. Hoy esta cifra es del 90 %. Entre 1961 y 2021 el consumo aumentó un 483 %. Esto representa un incremento de alrededor del 3 % anual, casi el doble de la tasa de crecimiento media de la población mundial.[15]
La evolución de las preferencias de los consumidores, las nuevas tecnologías y el aumento de la prosperidad han impulsado este drástico aumento del consumo per cápita.
No obstante, la producción aún no ha tocado techo. Se prevé que el mundo produzca 205 millones de toneladas de animales acuáticos para consumo humano para 2032. Alrededor de 111 millones de toneladas provendrán de la acuicultura y 94 millones de toneladas de las capturas pesqueras. La producción para el consumo humano representará el 90 % del total, pasando de 20,7 kg per cápita en 2022 a 21,3 kg en 2032.[16]
Si se gestiona adecuadamente y se invierte en innovación, la producción de alimentos acuáticos podría multiplicarse por seis, lo que supondría más de dos tercios de la proteína animal que necesitamos para alimentar a las generaciones futuras.
¿Cuál es el problema?
A pesar de estas impresionantes cifras, y en gran parte debido a ellas, las poblaciones de alimentos acuáticos están disminuyendo. En 1974 se consideraba que el 90 % de las acciones supervisadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estaban dentro de niveles biológicamente sostenibles. En 2021, el porcentaje descendió hasta el 62,3 %.[17] Los principales culpables son la sobrepesca, los cambios en los ecosistemas y los residuos.
¿Cuántos alimentos acuáticos estamos desperdiciando?
Reducir las pérdidas y los desperdicios de alimentos (PDA) acuáticos es crucial para mejorar la sostenibilidad del sistema alimentario y apoyar el punto 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuya meta es reducir a la mitad los desperdicios de alimentos per cápita en todo el mundo para 2030.[18]
Resulta difícil conocer la verdadera magnitud de los desperdicios, pero son muchos. Según estimaciones de la FAO, en 2021 las pérdidas y los desperdicios de alimentos acuáticos comestibles globales alcanzaron un total de aproximadamente 23,8 millones de toneladas, lo que equivale al 14,8 % de la producción. Las mayores pérdidas se produjeron durante el procesamiento (39 %) y la pesca de captura silvestre (35 %).[19]
Las PDA varían según la región. Los países con rentas bajas y medias pierden más durante la postcosecha y el procesamiento debido a prácticas de manipulación e infraestructura inadecuadas, mientras que las naciones con rentas más altas desperdician más debido al comportamiento de los consumidores.
Hay pérdidas y desperdicios en todas las etapas de la cadena de valor[20], incluyendo:
- Descartes en alta mar: muchos alimentos acuáticos de “poco valor” se lanzan por la borda y, a menudo, mueren poco después debido a traumatismos físicos o a su susceptibilidad ante los depredadores.
- Acuicultura: la producción se ve afectada por enfermedades, fugas, parásitos, deformidades, condiciones deficientes y contaminación.
- Procesamiento en alta mar: los subproductos incluyen cabezas de peces, colas, vísceras, sangre, escamas y otros materiales orgánicos que se arrojan de vuelta al mar.
- Pesca a pequeña escala (SSF): un estudio de 2014 estimó las pérdidas de pescado postcosecha en la SSF entre el 20 % y el 75 %, principalmente debido a deficiencias en el almacenamiento en frío, el transporte, la manipulación y la formación.
- Procesamiento en tierra: mientras que los países de renta baja tienden a comprar pescado entero y fresco, los países de renta alta prefieren productos fileteados, enlatados y listos para comer, lo que genera más desperdicios.
- Venta minorista y servicio de alimentos: los productos contaminados o que superan la fecha de caducidad se desechan debido a una gestión deficiente del inventario y a una manipulación y almacenamiento inadecuados.
- Consumo doméstico: los consumidores tiran los productos que no quieren, no comieron o no almacenaron correctamente. Esto es menos problemático en los países de renta baja y media, donde tienden a usar pescado entero fresco.
¿Cómo podemos hacer que los sistemas de alimentos acuáticos sean sostenibles?
Según World Fish Center, “un sistema de alimentos acuáticos es sostenible cuando garantiza la seguridad alimentaria y la nutrición de todos sin comprometer las bases económicas, sociales y ambientales para generar seguridad alimentaria y nutrición para las generaciones futuras”.[21]
Entonces… ¿cómo lo estamos haciendo? Según la siguiente tabla, solo el 62 % de los recursos pesqueros se explotan de forma sostenible, menos que el 90 % de los años 70. No obstante, el 78,9 % de las mayores fuentes de pescado del mismo año se pescaron de forma sostenible, lo que sugiere que una gestión adecuada puede marcar la diferencia.[22]
Según la FAO, se están realizando mejoras significativas en el procesamiento y el uso de los alimentos acuáticos, pero es necesario hacer más para reducir los desperdicios y aumentar la producción sostenible, principalmente[23]:
- Promover tecnologías innovadoras
- Implementar soluciones de economía circular
- Facilitar el acceso de los productores, especialmente los más pequeños, a los mercados regionales e internacionales
- Poner alimentos acuáticos a disposición de todos los consumidores
- Gestión eficaz
¿Es la acuicultura la respuesta?
La acuicultura es el cultivo de organismos acuáticos durante parte o todo su ciclo de vida. Varía en sofisticación, desde operaciones domésticas a pequeña escala hasta grandes empresas multinacionales que utilizan tanques, estanques o corrales de red en entornos de aguas abiertas.
En 2022, la producción de acuicultura alcanzó los 94,4 millones de toneladas, superando las capturas de pesca y proporcionando una fuente de sustento fundamental para las comunidades costeras y de interior.[24]
La acuicultura, más fácil de manejar que los alimentos acuáticos capturados en la naturaleza, ofrece altos rendimientos de especies específicas y tiene una gran capacidad de reducir las pérdidas a través de la tecnología, la formación y la inversión. Sin embargo, el sector está dominado por relativamente pocos países, con China, India e Indonesia a la cabeza. África y Asia, los mayores productores de alimentos acuáticos, aún no han aprovechado todo su potencial.
Las nuevas investigaciones y estrategias se centran en mejorar la producción de acuicultura y, al mismo tiempo, en reducir la pérdida de alimentos acuáticos:
- Fuentes de proteínas alternativas en la alimentación de los peces: como proteínas vegetales, microalgas e insectos, podrían reducir la dependencia de las reservas de pescado. Se ha demostrado que los alimentos a base de microalgas mejoran el crecimiento y aumentan la actividad antioxidante en los peces cultivados.[25]
- Formación y certificación: ayudarán a minimizar el estrés de los animales durante la cosecha y las posteriores pérdidas debido a una manipulación inadecuada.[26]
- Cría selectiva y modificación genética: pueden mejorar la resistencia a las enfermedades, las tasas de crecimiento y otros factores para generar poblaciones más resilientes y productivas.[27]
- Supervisión en tiempo real: el uso de sensores permite la detección temprana de enfermedades e intervenciones oportunas para contener los brotes y minimizar las pérdidas.[28]
Cómo abordar los desperdicios y aumentar el rendimiento
La acuicultura desempeñará un papel vital, pero no será suficiente por sí sola. La industria acuícola global debe adoptar un enfoque integral para proteger los entornos y sustentos, al mismo tiempo que garantiza la salud animal y la seguridad alimentaria. El FEM enumera varias intervenciones para mitigar las PDA en los sistemas de alimentos acuáticos:
Usar más subproductos
Pueden incluirse subproductos en la harina y el aceite de pescado para la acuicultura y los alimentos agrícolas, el compost, el ensilado, el fertilizante, el biocombustible y los alimentos para mascotas.[29] Por ejemplo, los productores islandeses de bacalao han aumentado su producción hasta en un 20 % durante las últimas dos décadas utilizando piezas como la cabeza, los huesos, la piel y los intestinos.[30] Los subproductos también tienen un número creciente de aplicaciones potenciales en productos farmacéuticos, nutracéuticos, biomedicina, cosméticos y materiales biodegradables.[31]
Mejorar la refrigeración
El transporte eficiente y, especialmente, el control de la temperatura son fundamentales para evitar la pérdida de alimentos, un problema significativo en las cadenas de suministro más largas y en las zonas de renta baja. Los congeladores solares ofrecen una forma relativamente asequible de mantener fresco el pescado desde la captura hasta el mercado. En los países de renta alta, las pesquerías a gran escala pueden equipar los barcos con ultracongeladores para congelar rápidamente las capturas y evitar el deterioro debido al crecimiento bacteriano, la oxidación y las reacciones enzimáticas.
Integrar tecnología emergente
La IA, el análisis de big data, el blockchain y la impresión 3D están ayudando a mejorar la transparencia y la trazabilidad, a perfeccionar las previsiones sobre las tendencias del mercado, a abordar las ineficiencias de la cadena de suministro, a optimizar los procesos de producción y a habilitar métodos de embalaje automatizados y personalizados.
En particular, la IA y el análisis de big data pueden ayudar a optimizar el tratamiento de la alimentación y las enfermedades y reducir la mortalidad para aumentar los rendimientos. La IA también está mejorando la distribución de productos mediante la optimización logística de la cadena de suministro y la previsión de la demanda, que reducen el transporte innecesario y las pérdidas por ventas escasas.
Animar a los consumidores a comer pescado de otras formas
Promover productos alternativos infrautilizados, por ejemplo, utilizando cocinas de diferentes culturas para inspirar a los consumidores, puede ayudar a reducir la demanda de productos desperdiciados. El enlatado tiene una pérdida mínima en comparación con los filetes. España es el líder europeo en alimentos enlatados y produce más de 343 000 toneladas de productos con un valor de 1500 millones de EUR.[32] Por su parte, las ventas de pescado enlatado en EE. UU. han aumentado de 2300 millones de USD en 2018 a más de 2700 millones de USD en 2023.[33] Del mismo modo, los collares de pescado (conocidos como “kama” en Asia) han comenzado a ganar terreno en los mercados occidentales. Esto garantiza que los consumidores aprovechen mejor el producto y reduce los desperdicios.[34]
Mejorar las habilidades
Las mejoras en la manipulación, el procesamiento, el almacenamiento y el transporte ayudarán a garantizar que lleguen a la mesa más alimentos de alta calidad. La FAO ha desarrollado un curso en línea, manuales de mejores prácticas y métodos de evaluación para ayudar a reducir los desperdicios a lo largo de toda la cadena de suministro. La formación promueve la sostenibilidad, más inversión en tecnología y, en última instancia, mayores márgenes. Aumentar la concienciación entre los consumidores sobre la manipulación, el almacenamiento y la planificación de comidas también ayudará a reducir los desperdicios.
Colaborar
La acción global coordinada en múltiples sectores producirá resultados y economías de escala más eficaces. Champions 12.3 es una coalición que engloba a toda la industria cuya meta es cumplir el ODS 12.3: reducir a la mitad los desperdicios alimentarios globales y disminuir significativamente la pérdida de alimentos para 2030.
La red Ocean Cluster, liderada por Islandia, promueve la iniciativa 100 % Fish. Ocean Cluster de Namibia, una reciente incorporación a esta red, reúne a los distintos actores del sector de los mariscos en Namibia para minimizar las pérdidas postcosecha. Los comercios minoristas y las startups tecnológicas están utilizando tecnología móvil y datos digitales de la cadena de suministro para redirigir los excedentes, los productos con caducidades próximas o los alimentos deformes a consumidores y organizaciones benéficas, reduciendo así los desperdicios.
El FEM pide a más participantes del sector que establezcan medidas, informes y objetivos eficaces en toda la cadena de suministro para reducir los costes operativos y los desperdicios.[35] Los fabricantes de equipamiento también deben colaborar con los operadores de pesca para encontrar nuevas formas de minimizar la captura y eliminación de especies no deseadas.
Reforzar las políticas y normativas
La mayoría de las políticas se basan en directrices voluntarias, en lugar de en normativas aplicables. Instrumentos como el Codex Alimentarius (Código de prácticas para el pescado y los productos pesqueros) establecido por la FAO y la OMS ofrecen recomendaciones valiosas, pero carecen de reconocimiento internacional, lo que limita su impacto en la reducción de las PDA.[36]
La hoja de ruta Blue Transformation de la FAO proporciona estrategias para reducir a la mitad las pérdidas y los desperdicios de alimentos en todo el mundo para 2030. Establece una visión para ampliar los sistemas de alimentos acuáticos a fin de mejorar las dietas nutritivas y asequibles para las poblaciones vulnerables y fomentar un crecimiento equitativo, especialmente para las comunidades que dependen de la pesca y la acuicultura.[37] La iniciativa promueve:
- Intensificación y expansión de la acuicultura sostenible: aumentar la producción mundial de acuicultura hasta en un 40 % de aquí a 2030 para satisfacer las crecientes necesidades alimentarias y proporcionar ingresos y oportunidades de empleo.
- Gestión efectiva de la pesca: apoyar el desarrollo de sistemas de gestión que restablezcan los recursos y ecosistemas pesqueros a un estado saludable.
- Cadenas alimentarias mejoradas: implementar prácticas y tecnologías innovadoras para reducir las pérdidas y los residuos, mejorar la trazabilidad y la transparencia, facilitar el comercio y mejorar el acceso al mercado.
Aunque son voluntarios, dichos programas y normas pueden seguir influyendo en la formulación de políticas. Por ejemplo, los principios del Codex Alimentarius contribuyeron al Reglamento n.º 853/2004 de la Comisión Europea, que establece estándares de higiene para los alimentos acuáticos en la UE. Esto sugiere que, aunque las directrices por sí solas no sean suficiente para impulsar el cambio, tienen potencial para estimular los avances legislativos.
Las regulaciones específicas para las PDA van por detrás de los sectores agrícolas. Los legisladores deben centrarse en la colaboración, la recopilación de datos y la educación de los consumidores para crear políticas basadas en la evidencia que incentiven la reducción de las PDA sin obstaculizar la actividad comercial.
Las ONG desempeñan un papel clave en la concienciación de los consumidores y en la promoción del uso completo de pescado, reflejando las prácticas sostenibles de diversas culturas. El creciente reconocimiento de los sistemas alimentarios acuáticos en foros internacionales, como la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU y las negociaciones sobre el cambio climático, subraya su creciente importancia.
Un compromiso con el futuro
Los alimentos acuáticos son nuestra fuente de alimentación más conveniente: abundante, nutritiva y fácilmente disponible, satisface las necesidades calóricas y proteicas esenciales, mejora la salud, aleja a las personas de la pobreza y apoya el crecimiento sostenible. A través de una mayor concienciación, un esfuerzo coordinado y una innovación tecnológica continua, podemos garantizar este recurso abundante y vital para las generaciones futuras.
[1] https://worldfishcenter.org/research/aquatic-food-systems
[2] https://populationmatters.org/news/2024/07/the-road-to-10-billion-world-population-projections-2024/
[3] https://www.un.org/sw/node/51825
[4] https://oceanpanel.org/wp-content/uploads/2022/05/The-Future-of-Food-from-the-Sea.pdf
[6] Lund, E. K., “Health benefits of seafood; Is it just the fatty acids?”, Food Chemistry, vol. 140, issue 3, 2013, pp. 413-420.
[7] Investigating Global Aquatic Food Loss and Waste. World Economic Forum, 2024
[8] Stetkiewicz, S. et al., “Seafood in Food Security: A Call for Bridging the Terrestrial-Aquatic Divide,” Frontiers in Sustainable Food Systems, vol. 5, 2021
[9] ‘2024: The State of World Fisheries and Agriculture. Blue Transformation in Action.’ FAO
[10] https://www.fao.org/interactive/state-of-fisheries-aquaculture/en/
[11] https://www3.weforum.org/docs/WEF_Investigating_Global_Aquatic_Food_Loss_and_Waste_2024.pdf
[12] ‘2024: The State of World Fisheries and Agriculture. Blue Transformation in Action.’ FAO
[13] https://worldfishcenter.org/research/aquatic-food-systems
[14] ‘2024: The State of World Fisheries and Agriculture. Blue Transformation in Action.’ FAO
[15] https://www.fao.org/interactive/state-of-fisheries-aquaculture/en/
[16] https://www.fao.org/interactive/state-of-fisheries-aquaculture/en/
[17] https://www.fao.org/interactive/state-of-fisheries-aquaculture/en/
[18] https://sdgs.un.org/goals/goal12
[19] Investigating Global Aquatic Food Loss and Waste. World Economic Forum, 2024
[20] “FAO Terminology Portal”, FAO
[22] https://www.fao.org/interactive/state-of-fisheries-aquaculture/en/
[23] https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/7493258e-e420-4840-a95d-cfec8833219d/content
[24] https://www.fao.org/interactive/state-of-fisheries-aquaculture/en/
[25] Aragão, C. et al., “Alternative Proteins for Fish Diets: Implications beyond Growth,” Animals, vol. 12, issue 9, 2022
[26] “Fisheries and Aquaculture Techniques – Certificate,” Bellingham Technical College
[27] Muir, W.M., “The threats and benefits of GM fish”, EMBO Reports, vol 5, 2004, pp. 654-659
[28] Bohara, K., P. Joshi, K.P. Acharya and G. Ramena, “Emerging technologies revolutionising disease diagnosis and monitoring in aquatic animal health”, Reviews in Aquaculture, 2023
[29] “Fish Waste Production in the UK – The Quantities Produced and Opportunities for Better Utilisation”, Seafish, 2000
[30] Zimet, S. “Icelanders Turn $12 Cod into $3,500 Worth of Products”, Human Progress, 2018
[31] Marti-Quijal, F. J. et al., “Fermentation in fish and by-products processing: an overview of current research and future prospects”, Current Opinion in Food Science, vol. 31, 2020, pp. 9-16
[32] https://www.fao.org/in-action/globefish/fishery-information/resource-detail/en/c/338172
[33] Miller, J., “Will 2024 be the year of the tinned fish? – Responsible Seafood Advocate”, Global Seafood Alliance, 2 January 2024
[34] Okamoto, K., “For the Most Succulent Fish, Cook the Collar”, Epicurious, 3 February 2021
[35] Investigating Global Aquatic Food Loss and Waste. World Economic Forum, 2024
[36] https://www.who.int/publications/i/item/9789240013179
[37] https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/2f12c8a2-fc0a-4569-bb97-6b5dbf5b6fbe/content