Si eligiera un nombre para uno de los hábitats más importantes del mundo, probablemente no elegiría “humedales”. Este términos evoca imágenes de páramos empapados, ciénagas, barrizales y otros entornos generalmente despreciables (al menos para los humanos). Una colección de hábitats dominados por el agua que tradicionalmente han sido considerados por muchos humanos “modernos” como un desperdicio de espacio que debía drenarse y recuperarse para que pudiera destinarse a propósitos más “productivos”.

Sin embargo, con frecuencia nuestra percepción del mundo natural es, en el mejor de los casos, errónea y sesgada, ya que ignora el papel vital que desempeñan estas áreas en el ecosistema de nuestro planeta. En la actualidad, los humedales se consideran absolutamente fundamentales. Algunos expertos los llaman los “riñones de la tierra” debido a su alta capacidad para filtrar los contaminantes del agua que fluye a través de ellos a largo plazo.

Incluso desde una perspectiva humana, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que entre 300 y 400 millones de personas viven cerca de humedales y dependen de ellos, puesto que también apoyan cultivos como el arroz, un alimento básico en la dieta de la mitad de la población mundial. También son un hábitat vital, controlan las inundaciones, proporcionan agua limpia, materiales y medicamentos y protegen las costas y contra las tormentas.

Durante muchos años, la mayoría de nuestros esfuerzos medioambientales se centraron en proteger los bosques, especialmente las selvas tropicales, como las del Congo y el Amazonas. Sin embargo, los humedales pueden ser sumideros de carbono aún más eficaces que los bosques. Las investigaciones sugieren que los manglares y los humedales costeros secuestran el carbono diez veces más rápido que los bosques tropicales maduros. También almacenan de tres a cinco veces más carbono por área equivalente que los bosques tropicales. Desafortunadamente, los humedales, desde pantanos hasta marismas y arrecifes de coral, están desapareciendo a un ritmo tres veces más rápido que los bosques de los que siempre estamos hablando.

Wetlands can fight climate change

Más del 80 % de los humedales se han “degradado” de alguna manera desde el siglo XVIII, mientras que el 35 % se ha perdido desde 1970. No es casualidad que desde entonces haya habido un asombroso colapso del 83 % en las poblaciones de especies de agua dulce[1].

Por suerte, no todo está perdido. En las últimas décadas hemos visto un creciente reconocimiento internacional, tanto en las comunidades como entre los legisladores, de que estamos ante un problema crítico que requiere una acción urgente.

¿Qué es un humedal?

US Fish and Wildlife service La definición de humedal es “un área de tierra interior o costera parcialmente cubierta, o saturada por agua”, aunque existen descripciones más formales, como la utilizada por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. (USFWS[2]): “…tierras de transición entre sistemas terrestres y acuáticos donde el nivel freático está normalmente en la superficie o cerca de ella, o donde el terreno está cubierto por aguas poco profundas…” que son necesarios para el cumplimiento de la protección legal.

Se presentan de muchas formas y hay ejemplos en todos los continentes. Algunos están entre las regiones más conocidas del mundo, como los Everglades de Florida, la Gran Barrera de Coral de Australia y la cuenca del Amazonas.

En términos muy generales, hay varias categorías principales de humedales[3][4]:

  • Wetlands BirdsMarismas: son pantanos inundados permanentemente o durante los períodos de aguas altas en los bordes de ríos, arroyos, lagos o estanques. Las marismas pueden estar dominadas por vegetación sumergida, de hojas flotantes o emergente. Pueden ser de agua dulce o salada, dependiendo de si son de interior o costeras y si se alimentan de ríos u océanos. En estas regiones los niveles de agua a menudo fluctúan según las mareas, las corrientes y las estaciones.
    • Las marismas emergentes se encuentran alrededor de las costas hasta aguas relativamente poco profundas, y generalmente se caracterizan por albergar hasta un 100 % de las especies de plantas emergentes.
    • Las semi-marismas se encuentran en aguas más profundas y se caracterizan por contar con vegetación emergente y/o de hojas flotantes entremezclada con una comunidad de plantas sumergidas.
  • Praderas de junco (o praderas húmedas): son pantanos con suelos permanentemente, o casi permanentemente, saturados que a menudo forman una zona de transición entre las marismas y otros humedales con suelos menos saturados, en depresiones húmedas o alrededor de zonas de descarga de aguas subterráneas. Estas praderas húmedos a menudo están dominadas por juncos y unas pocas plantas con flores de hojas anchas.
  • Ciénagas y rezumaderos: se alimentan de agua subterránea que se filtra hacia la superficie. La vegetación que se encuentra aquí depende de la química del agua y la acidez.
    • Ciénagas: suelen ser alcalinas, con aguas subterráneas que emergen de suelos calcáreos y dolomíticos o del lecho rocoso, y contienen una capa de turba de material vegetal muerto, normalmente con vegetación herbácea.
    • Los rezumaderos se encuentran a lo largo de la base de las laderas o depósitos glaciales donde el agua emerge de suelos saturados o un manantial.
  • Lodazal: son humedales de agua dulce cuya única fuente son las precipitaciones, dado que no se alimentan de aguas subterráneas o arroyos. Por lo general, son terrenos esponjosos, dominados por una capa de musgo que prevalecen en los climas más fríos de Europa, Asia, Norteamérica y las regiones del Ártico. Los musgos acidifican el agua a niveles tan bajos como 3,0 pH, comparables a la lluvia ácida, creando un microclima con poco oxígeno y escasos nutrientes. Suelen evolucionar a partir de lagos llenos de residuos vegetales. Con el tiempo, estos residuos se descomponen parcialmente para formar turba y son una fuente importante de almacenamiento de carbono.
  • Pantanos: son humedales de agua dulce o salada dominados por vegetación amaderada que normalmente tienen agua estancada durante ciertas épocas del año y a menudo se encuentran en llanuras con baja elevación a lo largo de ríos o arroyos de movimiento lento. A diferencia de los lodazales, ofrecen un entorno rico en nutrientes.
    • Los pantanos boscosos están dominados por árboles tolerantes al agua, como manglares o cipreses.
    • Los pantanos de arbustos, a veces también conocidos como humedales de arbustos, están poblados por arbustos cortos.

Refugios de biodiversidad

World Wetlands DayLos humedales superan ampliamente sus expectativas en términos de biodiversidad. Aunque cubren solo una pequeña parte de la superficie terrestre del planeta, el 40 % de todas las especies de plantas y animales, incluido el 30 % de todas las especies de peces conocidas, viven o se crían en humedales[5]. Hasta el momento se han identificado más de 100 000 especies de agua dulce en humedales y cada año se descubren 200 nuevas.

Son el hogar de muchos anfibios y reptiles amenazados, albergan aves acuáticas migratorias y residentes, y nutren miles de especies de plantas. Los humedales costeros, como los manglares y los arrecifes de coral, se encuentran entre los lugares más biológicamente diversos de la Tierra, mientras que muchas especies endémicas solo se encuentran en un área de humedales específica. Desafortunadamente, una cuarta parte de estas especies están en peligro de extinción. Por ejemplo, en Nueva Gales del Sur, Australia, se conocen 71 especies de ranas, de las cuales 47 dependen de humedales[6]. Cuando estos humedales están amenazados, también lo están hasta 18 especies de ranas locales. Para combatirlo, el gobierno estatal de Nueva Gales del Sur ha promulgado una serie de políticas para proteger los humedales, más recientemente la Ley de Conservación de la Biodiversidad de 2016, y la región ha añadido 200 000 hectáreas de humedales a sus reservas protegidas desde 2005.

Amanecer en Pantanal, Brasil. Pantanal es el humedal más grande del mundo

Impulsar la reducción de carbono

Los humedales son capaces de almacenar mucho más carbono del que liberan, lo que los convierte en uno de los “sumideros de carbono” más importantes del mundo. Las investigaciones sugieren que, a pesar de sumar menos del 5 % del área terrestre mundial y menos del 2 % del océano, almacenan aproximadamente el 50 % de todo el carbono enterrado en sedimentos oceánicos.[7] Como tal, son fundamentales para lograr el objetivo del Acuerdo de París de limitar “el aumento de la temperatura media global a muy por debajo de 2 °C por encima de los niveles preindustriales”, con un objetivo de 1,5 °C.

La capacidad de los humedales para capturar y almacenar carbono depende de una serie de factores. Un elemento crucial son las condiciones húmedas y bajas en oxígeno de los suelos sumergidos e influenciados por mareas comunes en los humedales costeros, condiciones que ralentizan de forma natural la descomposición de las plantas y otros materiales orgánicos. Durante la fotosíntesis, las plantas absorben el dióxido de carbono del aire y el agua y lo utilizan para apoyar su crecimiento. Cuando las plantas mueren o desprenden hojas o raíces viejas, el carbono de la materia orgánica en descomposición queda bloqueado en el suelo, lo que evita que se libere a la atmósfera y contribuya al cambio climático.

Sin embargo, cuando los humedales se degradan, por ejemplo, al drenarse, el carbono almacenado se libera a la atmósfera en forma de tres gases de efecto invernadero: dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Se estima que cada año se emiten alrededor de 450 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono por culpa de la destrucción de humedales costeros.[8]

Wetlands Carbon Sequention

Filtros de agua natural

Como sugiere su título de “riñones de la tierra”, los humedales también son extraordinariamente eficaces para purificar el agua. A medida que el agua que contiene sedimentos pasa a través de los humedales, el flujo de agua se ralentiza, por lo que los sedimentos se desprenden y se convierten en parte de la capa subterránea[9]. De esta manera, el agua se vuelve más transparente y se eliminan los sedimentos, que de lo contrario enturbiarían el agua. Esto es particularmente útil para tratar el escurrimiento agrícola y los efluentes de aguas residuales que contienen altos niveles de nutrientes, como fósforo y nitrógeno.

Los humedales pueden impedir que estos nutrientes alcancen niveles tóxicos en las aguas subterráneas utilizadas para beber y reducir la eutrofia, el proceso por el cual provocan un aumento masivo del crecimiento de algas, agotando el oxígeno y bloqueando la luz que otras plantas y animales acuáticos necesitan para sobrevivir.

La eliminación de sedimentos beneficia a humanos, plantas y animales, porque los sedimentos a menudo contienen toxinas y, en los humedales, estos contaminantes quedan atrapados dentro de la capa de sedimentos. Siempre que esta capa permanezca intacta, los contaminantes se mantienen atrapados de forma efectiva y se vuelven inofensivos, mientras que el agua más clara permite que florezcan los organismos que filtran el agua para los alimentos, como las almejas.

Incluso las plantas que habitan los humedales juegan un papel en la purificación del agua. Muchas de ellos pueden eliminar sustancias tóxicas de pesticidas, vertidos industriales y actividades mineras[10]. Por ejemplo, los tejidos de algunas plantas flotantes, especialmente los jacintos de agua, las algas de pato y los helechos de agua son capaces de absorber y “almacenar” metales pesados, como hierro y cobre, contenidos en las aguas residuales. La cantidad de metales pesados que absorben las plantas depende de una amplia variedad de factores, como la velocidad del agua, el clima y el tipo de plantas, pero los niveles suelen ser mucho más altos en los tallos, las hojas y las raíces de las plantas que en las aguas residuales que se tratan.

Estos principios se han aplicado con éxito, a escala, en una de las ciudades más concurridas del mundo. Calcuta, en la India, construida originalmente para albergar a un millón de personas, ahora concentra a más de 10 millones, muchas de los cuales viven en barrios pobres.

East Kolkata Wetlands
Las 8000 hectáreas de humedales de Calcuta Oriental. Crédito de la fotografía © East Kolkata Wetlands Management Authority https://ekwma.in/

Sin embargo, las 8000 hectáreas de humedales en Calcuta Oriental[11] y las 20 000 personas que trabajan allí pueden reutilizar un tercio de las aguas residuales de la ciudad y la mayoría de sus residuos domésticos para apoyar el desarrollo de pescado libre de toxinas y verduras frescas.

Protección extrema contra las inclemencias del tiempo

Uno de los grandes beneficios del hábitat de los humedales para cualquier persona que viva cerca es que actúa como defensa contra muchos peligros naturales distintos. Forma una barrera contra las inundaciones de la costa, ya que intercepta las mareas altas y distribuye la fuerza del agua entrante sobre los terrenos inundables, almacena agua para reforzar la seguridad hídrica durante sequías, puede ayudar a regular los climas costeros y es capaz de reducir el riesgo de inundaciones al absorber fuertes lluvias en el suelo poroso bajo la superficie del humedal.

Esto se debe a que los humedales contienen suelos amantes del agua llamados histosoles[12], que comprenden entre el 20 % y el 30 % de materia orgánica y se desarrollan en áreas mal drenadas, lo que hace que el material vegetal o animal descompuesto se convierta en parte del suelo. Los histosoles pueden absorber grandes cantidades de agua: una hectárea de humedales puede absorber hasta 14 000 metros cúbicos de agua.

El poder protector de los humedales fue demostrado en 2012 por el huracán Sandy, una de las peores tormentas que golpeó la costa este de EE. UU[13]. En los cuatro estados con mayor cobertura de humedales, los daños por inundaciones se redujeron entre un 20 % y un 30 % en comparación con las áreas sin protección. Solo en Nueva Jersey, donde los humedales cubren el 10 % del terreno, se estima que el estado ahorró casi 430 millones de USD en daños por inundaciones.

Las compañías de seguros tomaron nota. Ahora Zurich Canada, junto con otras 14 aseguradoras, está colaborando con la organización sin ánimo de lucro medioambiental Ducks Unlimited Canada para formar Nature Force. Mediante herramientas de modelado, Nature Force identificará áreas urbanas en Canadá susceptibles a inundaciones y, a continuación, desarrollará proyectos para restaurar o gestionar humedales que proporcionen resistencia a las inundaciones.

Wetlands natural protection

Bajo ataque

Si los humedales son tan importantes para la biodiversidad y el secuestro de carbono, ¿por qué se drenaron en primer lugar? La respuesta, como de costumbre, es una combinación de pensamiento cortoplacista e ignorancia. Por ejemplo, el drenaje de las lagunas Pontinas en Italia parecía una buena idea en aquel momento, ya que resguardaban a los mosquitos portadores de malaria que plagaban Roma[14]. En Irak, Saddam Hussein escurrió las marismas de Mesopotamia en la década de 1980 para negar el refugio a sus oponentes. No obstante, la mayoría de los humedales que se han perdido en los últimos siglos ha sido por culpa de la agricultura y las prioridades comerciales.

Esto se relaciona con que durante tanto tiempo se haya creído que los humedales no eran más que tierras residuales; terrenos improductivos que podrían aprovecharse mejor una vez drenados o llenados. Por ejemplo, en el delta del Mekong, el Informe sobre los humedales de Indo-Birmania de la ONU para 2022 advierte de que “los humedales naturales se han llenado y recuperado” para el desarrollo de infraestructuras a medida que la expansión urbana continúa arrasando en los alrededores de las llanuras inundables”.[15]

Avances hacia la protección

Afortunadamente, en los últimos años ha habido un creciente reconocimiento mundial de la contribución crítica que los humedales hacen a la sostenibilidad medioambiental de nuestro planeta, y de la necesidad de preservarlos y restablecerlos, en lugar de drenarlos.

La lucha para proteger los humedales comenzó con las organizaciones benéficas de vida silvestre, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que en 1963 compró tierras en el Coto de Doñana, España, un humedal de descanso crucial para las aves migratorias[16]. Ha seguido trabajando con gobiernos y otras organizaciones benéficas para comprar y proteger millones de hectáreas de humedales. Por ejemplo, en el año 2000 cooperó con los gobiernos de Bulgaria, Rumanía, Ucrania y Moldavia para establecer un corredor verde protegido a lo largo de los tramos inferiores del Danubio, un plan que ahora cubre 1,4 millones de hectáreas de humedales.

Sin embargo, la mayor contribución del WWF puede ser su trabajo para establecer el Convenio de Ramsar en 1971.[17] Nombrado en honor a la ciudad iraní en la que fue redactada, el Convenio de Ramsar sobre los Humedales es el único tratado mundial que se centra en un único ecosistema y el número de países suscritos a él ha crecido de los siete originales hasta 170[18], casi el 90 % de todos los miembros de la ONU. Los firmantes se comprometen a:

  • Designar humedales de alto valor en la lista de humedales de importancia internacional (sitios Ramsar)
  • Usar todos los humedales de manera inteligente y cooperar en cuestiones transfronterizas.

En la actualidad, hay alrededor de 2500 sitios Ramsar, en países tan diversos como Austria, Kazajistán, Emiratos Árabes Unidos y Zimbabue, que cubren una superficie total de más de 250 millones de hectáreas (un área ligeramente más grande que Argelia).

Wetlands around the world

El Convenio sobre Humedales, uno de los primeros acuerdos medioambientales multilaterales, convive con otros seis importantes convenios globales relacionados con la biodiversidad[19], como el Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD) y el Convenio del Patrimonio de la Global Wetlands outlook Humanidad (WHC). En 2015 se produjo un nuevo avance con el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, cuyo objetivo era lograr un “futuro mejor y más sostenible para todos” para 2030. Muchos de los ODS individuales solo pueden lograrse mediante un enfoque concertado en la conservación y protección de los humedales, como deja claro el Convenio de Ramsar en su informe de 2018 sobre humedales y los ODS.[20]

Esto no es todo. En 2022, en la Conferencia de la ONU sobre la Biodiversidad[21], los países alcanzaron un acuerdo de referencia para proteger la naturaleza, que incluía una provisión para restaurar al menos el 30 % de los cuerpos de agua del interior degradados y conservar los ecosistemas de agua dulce saludables de forma equitativa. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 2023, se dio a conocer el “Freshwater Challenge” (reto del agua dulce). Se trata de una iniciativa ambiciosa liderada por una coalición de gobiernos, incluidos Colombia, República Democrática del Congo, Ecuador, Gabón, México y Zambia, cuyo objetivo es revitalizar 300 000 km de ríos y restaurar 350 millones de hectáreas de humedales (un área más grande que la India) para el año 2030.

Toda esta actividad es un buen augurio. En un informe de la Southern University of Science Technology de China[22], los investigadores calcularon que restaurar humedales secos podría evitar unas emisiones equivalentes a más de 100 000 millones de toneladas de dióxido de carbono para finales del siglo, aproximadamente una décima parte de todas las emisiones esperadas causadas por el ser humano durante el mismo período[23]. El mismo estudio también concluyó que la prevención de la degradación de humedales intactos evitaría entre 150 000 y 650 000 millones de toneladas adicionales de emisiones para finales del siglo. Las regiones con mayor potencial de reducción de emisiones incluyen Siberia, Canadá, el Congo, Brasil e Indonesia.

Nuevas tecnologías

Abordar el desafío global del cambio climático requiere esfuerzos significativos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las medidas inmediatas a corto plazo también pueden proporcionar beneficios tangibles.

Las estrategias incluyen aumentar el tamaño de los humedales añadiendo sedimentos frescos. También se están explorando métodos de vanguardia, como “puertas inteligentes” que controlan los flujos de mareas para proteger los humedales costeros. Estas puertas evitan que el agua de mar suba demasiado y han demostrado resultados prometedores en lugares como Hunter Wetlands National Park, en Australia[24].

Esperanza, no exageración

Desde que se reconociera formalmente por primera vez su importancia en Ramsar hace más de 50 años hasta la actualidad, el mundo admite cada vez más el inmenso valor y potencial de los humedales. Estos ecosistemas complejos no solo sirven como sumideros de carbono cruciales y purificadores naturales, sino que también proporcionan una defensa de primera línea contra los impactos adversos del cambio climático.

Lo que es más importante: el ritmo del cambio está aumentando, y debe hacerlo, porque podríamos estar en el buen camino, pero aún vamos rezagados. Según el Instituto de Recursos Mundiales[25], la reforestación y la restauración de los humedales costeros debería multiplicarse por tres para cumplir los objetivos del Acuerdo de París para 2030. Sin embargo, los indicios son positivos y el progreso es innegable. Los humedales están reconocidos como un activo natural vital, esencial para la sostenibilidad medioambiental, social y comercial de nuestro planeta. Si los cuidamos, todos nos beneficiaremos. De lo contrario, nuestras esperanzas de un futuro más sostenible podrían desaparecer bajo las aguas crecientes de nuestros océanos.

[1] https://www.unep.org/news-and-stories/press-release/largest-river-and-wetland-restoration-initiative-history-launched-un

[2] https://pondinformer.com/wetland-types/

[3] https://www.greenpeace.org.uk/news/wetlands-biodiversity-climate-change

[4] https://www.wetlands-initiative.org/what-is-a-wetland

[5] https://www.un.org/en/observances/world-wetlands-day

[6] https://www.zurich.com/en/media/magazine/2022/why-we-should-care-about-and-protect-our-wetlands

[7] https://bg.copernicus.org/articles/2/1/2005/

[8] https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0043542

[9] https://sciencing.com/do-wetlands-filter-water-6398284.html

[10] https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/services_05_e.pdf

[11] https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/services_05_e.pdf

[12] https://www.zurich.com/en/media/magazine/2022/why-we-should-care-about-and-protect-our-wetlands

[13] https://www.zurich.com/en/media/magazine/2022/why-we-should-care-about-and-protect-our-wetlands

[14] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20812795

[15] https://www.iucn.org/sites/default/files/2022-11/indo-burma-wetland-outlook-2022_v4.5_pages-compressed.pdf

[16] https://wwfint.awsassets.panda.org/downloads/wwf_50_years_ddd__lrsm_1.pdf

[17] https://www.ramsar.org/

[18] https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/services_05_e.pdf

[19] https://www.ramsar.org/about/partnerships/partnerships-other-conventions

[20] https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/wetlands_sdgs_e.pdf

[21] https://www.unep.org/un-biodiversity-conference-cop-15

[22] https://www.newscientist.com/article/2335373-rewetting-dried-wetlands-could-stop-100-billion-tons-of-co2-emissions

[23] https://www.newscientist.com/article/2335373-rewetting-dried-wetlands-could-stop-100-billion-tons-of-co2-emissions

[24] https://www.wrc.unsw.edu.au/news/turning-the-tide-on-the-hunter-wetlands

[25] https://www.wri.org/insights/climate-action-progress-indicators-2030-2050-targets