África: La crisis climática es una amenaza existencial

Ninguna parte del mundo es inmune a los estragos del cambio climático.
Desde olas de calor e incendios forestales en Europa[1] hasta crisis de biodiversidad en el Amazonas[2] y la inundación por agua de mar de numerosos grupos de islas en los océanos Pacífico e Índico[3], todas las sociedades se enfrentarán a duras elecciones en la lucha por sobrevivir a la inminente transición ambiental.
Sin embargo, el calentamiento global está reservando sus consecuencias más crueles para una zona del mundo que ya se ve afectada por la desigualdad, la privación y el conflicto: África.
África, hogar de 54 países y más de mil millones de personas, tiene una herencia turbulenta. La aridez y las altas temperaturas han actuado durante mucho tiempo como un hervidero para la sequía y la inanición, que se han cobrado millones de vidas en las últimas décadas. Con este telón de fondo, el malestar social y la lucha transfronteriza han perjudicado aún más a una población ya de por sí desfavorecida.
Aunque los peores impactos del cambio climático aún no se han llegado a notar por completo, África ya está experimentando múltiples desastres humanitarios.
El Cuerno de África, en torno a Etiopía, Kenia y Somalia, está actualmente sumido en su sequía más grave en 40 años. Cinco años sin apenas lluvias han afectado a 50 millones de personas, 20 millones de las cuales se enfrentan a una posible hambruna.[4] Resulta chocante que más del 20 % de las personas que viven en África estén clasificadas como desnutridas.[5]
Un clima tan caluroso y seco hace que la vegetación en el suelo sea muy propensa a sufrir incendios. De hecho, Argelia y Túnez no han sido en absoluto las únicas naciones que experimentaron incendios forestales provocados por el calor durante 2022.
Los ciclones también han tenido un impacto grave. En 2022 el sur de África sufrió una serie de tormentas tropicales implacables que causaron desplazamientos masivos y sufrimiento humanitario, especialmente en la isla de Madagascar.
Frente a la costa, las subidas del nivel del mar han sido igualmente amenazadoras. A lo largo del mar Rojo y del océano Índico occidental, los niveles del mar han aumentado 3,7 y 3,6 mm al año, respectivamente, superando el aumento medio anual global de 3,4 mm.[6]
Es posible que lo peor aún este por venir. y que el desafiante escenario en África siga agravándose en los próximos años, especialmente con el continente a merced del cambio climático.
Las temperaturas suben más rápido que en ningún sitio
Dada su ubicación y topografía, África es muy vulnerable a las consecuencias del calentamiento global. Es probable que aquí las temperaturas continúen subiendo más y más rápido que en otros lugares del mundo.
Entre 1991 y 2022, África se calentó a una media de 0,3 oC por década, un aumento más rápido que la media de 0,2 oC por década que experimentó el continente entre 1961 y 1990.[7] Para 2040, los “estados frágiles” de África (aquellos que destacan por una gobernanza débil, tensiones sociales, crisis humanitarias y conflictos armados), desde la República Centroafricana hasta Somalia y Sudán, podrían estar soportando 60 o más días al año con temperaturas superiores a 35 oC, cuatro veces más que los “estados no frágiles”.[8]
Al mismo tiempo, es probable que los patrones de lluvia se vuelvan aún más impredecibles. Para las personas esto tiene implicaciones existenciales: catástrofes climáticas extremas, fallos de cultivos, pérdida de sustento y desertificación acelerada.
En la mayoría de los países desarrollados, el calentamiento global significa facturas más caras, menos opciones en el supermercado y quizás interrupciones en las vacaciones. Sin embargo, para quienes viven en África, podría suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Qué le depara el futuro a esta región del mundo tan vulnerable? ¿Está África condenada a sufrir eternamente a medida que el clima global continúa degradándose, o podría salvarse a través de políticas, tecnología e iniciativas de inversión? Abordar la vulnerabilidad única de este vasto y complejo continente frente a la amenaza del cambio climático exigirá mayores niveles de empatía y comprensión.
Ciento millones de personas sufren la crisis del cambio climático
Los problemas climáticos de África son tremendamente injustos. En conjunto, todo el continente africano tan solo representa el 3,8 % de los gases de efecto invernadero globales al año, en comparación con China (23 %), EE. UU. (19 %) y la Unión Europea (13 %).[9] Del mismo modo, las emisiones de dióxido de carbono per cápita son solo 1,04 toneladas métricas al año, mucho menos que la media global de 4,69 toneladas métricas.[10]
A pesar de esta relativa falta de culpa, la Organización Meteorológica Mundial destaca seis áreas de preocupación en el futuro a corto y medio plazo del continente.
Estas incluyen la aceleración del ritmo de aumento de la temperatura, la disminución de la productividad agrícola, el clima extremo que agrava los problemas relacionados con la seguridad alimentaria, los desplazamientos y los conflictos, la falta de financiación para adaptarse, el aumento del coste de las pérdidas y los daños, así como la inadecuación de los sistemas de alerta temprana.
Las olas de calor, las inundaciones, los ciclones y las sequías son devastadoras en cualquier momento y lugar. Sin embargo, en una parte del mundo con dificultades económicas como África, con un PIB per cápita medio de algo más de 2000 USD en 2023, son particularmente problemáticas.[11] En África, el marco de respuesta ante desastres está poco desarrollado. Los sistemas de saneamiento anticuados contribuyen a que las enfermedades prosperen y el hambre puede convertirse en hambruna con solo un empujoncito.
Para muchas personas es cuestión de supervivencia.
Las cifras muestran que más de 1000 millones de personas que vivían en África se vieron afectadas por los peligros climáticos en 2022, cuando se registraron 5000 muertes debido a sequías e inundaciones. Es probable que las cifras reales sean considerablemente más altas, ya que en un terreno tan amplio y con comunicaciones poco fiables resulta difícil elaborar estadísticas.
Aparte del impacto humano del cambio climático, las estimaciones conservadoras también calcularon que los daños financieros sufridos en 2022 ascendieron a más de 8500 millones de USD, un golpe devastador en una región cuya economía ya está rezagada con respecto a gran parte del mundo desarrollado.
Desastres climáticos y relacionados con el agua en África en 2022. Nota: debido a la falta de disponibilidad de datos en los gráficos no se incluyen los daños económicos de algunos desastres.
La agricultura es un salvavidas para muchas familias y economías africanas, ya que ocupa más de la mitad de toda la fuerza laboral en el África subsahariana. Sin embargo, el cambio climático ha provocado una disminución de la productividad agrícola de aproximadamente un tercio desde 1961.[12] Esto supone una caída más pronunciada que en cualquier otra región del mundo, lo que significa que África ha tenido que triplicar la cantidad de alimentos que importa anualmente para mantener a su población.[13] Solo el 3 % de las áreas cultivadas de África han sido irrigadas con canales o embalses, dejando a los demás cultivos expuestos a los estragos de las inundaciones y las sequías.[14] La falta de financiación de mantenimiento puede condenar cualquier proyecto de irrigación al ostracismo. Por ejemplo, en la actualidad la red de irrigación Gezira de Sudán cubre menos de la mitad del área de 8000 km2 que ocupaba en su momento. En algunos casos, para 2060 el cambio climático podría obligar a 50 millones de personas más a pasar hambre en los frágiles estados africanos.[15]
El Centro Africano de Políticas Climáticas de la UNECA tiene como objetivo cuantificar el impacto económico de las pérdidas y daños provocados por el clima. Se estima que en África ascenderá a entre 290 000 millones y 440 000 millones de USD, dependiendo de la gravedad del calentamiento que finalmente se produzca.
La capacidad de África para sobrevivir a la transición climática requerirá el apoyo de socios internacionales. En aras de mantener un mundo fuerte y estable, ayudar a África a evitar los fantasmas del hambre, la guerra y la migración masiva debe convertirse en una misión global.
La autosuficiencia es fundamental para garantizar soluciones duraderas
Imagine lo que África podría lograr si pudiera aprovechar el potencial de sus envidiables recursos: no solo una energía casi ilimitada, sino una energía limpia casi ilimitada. Al fin y al cabo, este soleado continente recibe más de la mitad del potencial solar mundial, pero la capacidad instalada en todo el continente equivale a la de un pequeño país europeo.[16]
Aprovechar la energía solar en África, junto con otras fuentes sostenibles como la energía eólica, hidroeléctrica y geotérmica, aportaría beneficios inigualables: no solo un entorno más limpio capaz de sobrevivir mejor a la crisis climática, sino más empleos, mayor prosperidad, mejor salud y más igualdad en todos los niveles de la sociedad.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU para garantizar el acceso universal a la energía para 2030 parece una utopía en África, donde los costes de capital de los nuevos proyectos energéticos son de dos a tres veces más altos que en las economías maduras.[17] Esta disyuntiva hace que cientos de millones de personas carezcan de electricidad, lo que limita gravemente sus perspectivas educativas y laborales.
Ahora es el momento de realizar un despliegue masivo de opciones de energía renovable en África. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en África la electricidad verde se volverá más barata que las alternativas fósiles para 2030.[18]
Sin embargo, los progresos siguen siendo lentos y actualmente solo alrededor del 3 % de las inversiones mundiales en energía se destinan a África.[19] Cambiar este paradigma requerirá movimientos atrevidos, tanto del sector público como del privado.
Las principales instituciones financieras mundiales están intentando acelerar el progreso, reduciendo de forma efectiva el riesgo de las inversiones del sector privado y sentando las bases para un crecimiento económico duradero. Los hogares y las industrias necesitan fuentes de alimentación fiables para prosperar. Dependiendo de la ubicación, algunas de estas necesidades las satisfarán redes eléctricas robustas en el corazón de las comunidades; en otros lugares, las instalaciones solares y de baterías podrían respaldar sistemas fuera de la red en áreas más remotas.
La comunidad internacional sabe que la mejor manera de apoyar a África es ayudándola a ser económicamente autosuficiente. Eso significa empoderar a sus habitantes para que establezcan una base industrial y una capacidad de fabricación sólidas. La inversión en el sector público probablemente proporcionaría una relación calidad-precio excepcional. Algunas cifras sugieren que 28 000 millones de USD de capital concesional de las agencias de desarrollo desbloquearían más del triple de esa cantidad en financiación privada.[20]
Aprovechando la iniciativa, el nuevo informe de la AIE “Financiación de energía limpia en África” exige duplicar las inversiones energéticas en África para finales de la década, hasta más de 200 000 millones de USD al año. Su análisis examina cómo lograr este drástico impulso en la inversión y, en última instancia, reducir el coste de financiar la energía limpia por completo.
Las soluciones de la AIE para la inversión sostenible en África incluyen:
- Movilizar el capital de gobiernos, agencias de desarrollo e inversores privados, este último se multiplicaría por seis de aquí a 2030.
- Poner en marcha proyectos de cocina limpia para reducir la dependencia de la leña.
- Garantizar el mismo apoyo para los países con menor renta de África, que albergan tres cuartas partes de la población del continente, pero solo atraen una fracción de la financiación para el desarrollo.
- Invertir ambiciosamente en redes de energía para mejorar la fiabilidad, democratizar el acceso a las oportunidades y ayudar a la rápida integración de las energías renovables.
- Fomentar una inversión más amplia para proyectos de eficiencia energética que reduzca la demanda siempre que sea posible.
- Canalizar la financiación hacia proyectos tecnológicos de vanguardia, con mecanismos de entrega optimizados, estructuras financieras combinadas y bancos de desarrollo multilaterales que reduzcan el riesgo de las inversiones privadas.
- Adoptar marcos normativos y de supervisión verificables para atraer inversiones de los mercados de carbono.
Ya podemos ver algunas de estas iniciativas en acción. Yibuti, con una media de 130 mm de lluvia al año, es uno de los lugares más sedientos de la Tierra.[21] En sus zonas costeras, unos 30 000 yibutianos están a la merced de las inundaciones oceánicas cada año. Sin embargo, Yibuti ha conseguido recientemente un seguro contra múltiples desastres de cinco años que abarca una serie de socios internacionales.
El acuerdo reúne al Gobierno de Yibuti, el Grupo Africano de Capacidad de Riesgo (ARC), Descartes Insurance y el Banco Mundial. Al proteger a las comunidades vulnerables de sequías y precipitaciones imprevistas, el plan complementa el proyecto de reducción de riesgos, inclusión y mejora del valor de las economías pastorales (DRIVE) del Banco Mundial, diseñado para proteger a los ganaderos del Cuerno de África de los impactos del calentamiento global.
El acuerdo de Yibuti establece una prueba de concepto. Las organizaciones asociadas esperan que se den a conocer planes similares para otros 200 millones de personas en África. Solo mediante la agrupación de recursos técnicos y fondos se puede garantizar la planificación de contingencias y la respuesta ante emergencias, protegiendo los hogares y los medios de subsistencia.
Según David Maslo, de ARC, este acuerdo ejemplar demuestra que “la financiación de riesgos de desastres no solo funciona, sino que es fundamental en África, donde las consecuencias del cambio climático afectan de forma desproporcionada a los más vulnerables”.[22]
El calentamiento global dificulta el desarrollo económico en África: corre el riesgo de paralizar los sistemas agrícolas, amenaza con revertir décadas de progreso en la educación y la atención sanitaria, y pone en peligro el patrimonio cultural de la tierra. Una acción rápida puede ayudar a limitar estos peligros y aumentar la resiliencia del continente africano, en beneficio de todo el mundo.
La temperatura y la población aumentan a la par
Sin una mitigación adecuada del clima, más de 100 millones de africanos podrían verse obligados a reubicarse a mediados de siglo. En el Cuerno de África, casi el 10 % de las personas podrían verse obligadas a mudarse y buscar refugio contra el clima o a proteger sus medios de subsistencia.[23]
Para preparar estas tierras propensas al clima para el futuro será necesario invertir en ciudades conectadas y sostenibles, así como una gestión cuidadosa de la tierra, el agua y otros recursos naturales. La esperanza se encuentra potencialmente en el horizonte gracias a iniciativas como la Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad del Fondo Monetario Internacional (FMI). El fondo ofrece financiación asequible a largo plazo para naciones más pequeñas comprometidas a fortalecer su resiliencia contra los impactos climáticos.[24]
Los foros, como la Cumbre sobre el Clima de África 2023 celebrada en Nairobi, también son vitales para mantener el impulso en el camino hacia la sostenibilidad. Esta cumbre, que unió el talento de líderes de gobiernos, empresas, ONG y la sociedad civil, formuló un llamamiento a la acción para impulsar la resiliencia climática en todo el continente. Las medidas propuestas incluían:
- Reestructurar la deuda heredada de África y desbloquear nuevos fondos climáticos.
- Garantizar que la comunidad internacional honre el compromiso de la COP15 de proporcionar 100 000 millones de USD en financiación climática anual.
- Continuar con la rápida reducción gradual de la energía de carbón y la eliminación paulatina de los subsidios a combustibles fósiles.
- Asegurar inversiones climáticamente positivas para catalizar una trayectoria de crecimiento, permitiendo que los países africanos alcancen un nivel de renta medio para 2050.
- Activar el fondo de “pérdidas y daños” de la COP27 para compensar el impacto de la industrialización histórica del mundo desarrollado.
- Priorizar el crecimiento económico de África y la creación de empleo para reflejar las ambiciones del Acuerdo Climático de París.
- Evitar la etapa tradicional del desarrollo industrial de los combustibles fósiles al pasar directamente a los combustibles ecológicos y los principios de economía circular.
- Reforzar las acciones para detener y revertir la pérdida de biodiversidad.
- Ampliar los sistemas de alerta temprana y los servicios de información climática, a la vez que se adoptan los conocimientos indígenas y la ciencia ciudadana.
Todas estas acciones conllevan un aire de urgencia, dado que se prevé que la cifra de 1200 millones de habitantes de África se duplique en los próximos 30 años[25], al igual que los efectos más dañinos del cambio climático, que apenas comienzan a manifestarse en nuestros ecosistemas.
El sector privado, nacional e internacional, desempeñará un papel clave en esta necesaria transición.
El sector privado se enfrenta a la crisis climática mortal de África
Empresas como Abdul Latif Jameel están utilizando el poder del capital privado para ayudar de diversas formas a comunidades vulnerables al clima de todo el mundo.
Reconocemos que el clima se encuentra en el corazón de muchas crisis inminentes y ponemos de nuestra parte para limitar el calentamiento global financiando el desarrollo de la energía verde en todo el mundo.
Nuestro negocio insignia de energías renovables, Fotowatio Renewable Ventures (FRV), gestiona una versátil cartera de proyectos de energía solar, eólica e híbrida y de almacenamiento de energía en todo Oriente Medio, Latinoamérica, Europa y Australia.
En regiones como África, con abundante luz solar, la energía solar tiene el potencial de alimentar innumerables hogares y empresas. Ese es uno de los motivos por los que FRV-X, la sección de innovación de FRV, ha invertido 10,6 millones de USD en ecoligo , un proveedor alemán de “energía solar como servicio”. Fundada en 2016, ecoligo está ayudando a socios comerciales e industriales de todo el mundo, incluido África, a financiar proyectos solares a través de una innovadora plataforma de inversión colectiva.
Las comunidades afectadas por la sequía en África son una prioridad para Almar Water Solutions, parte de Jameel Environmental Services. Almar Water Solutions está trabajando para ampliar el acceso a suministros fiables de agua limpia en áreas secas a través del desarrollo y la gestión de instalaciones de desalinización de última generación, servicios de redes inteligentes e infraestructuras hídricas locales digitalizadas.
La seguridad alimentaria también es una preocupación continua en África, donde más de 55 millones de niños menores de cinco años sufren retrasos en su crecimiento debido a la extrema desnutrición.[26]
Son las estadísticas como esta las que inspiran al Laboratorio de sistemas de agua y alimentos de Abdul Latif Jameel (J-WAFS) en el ITM, cofundado por Community Jameel en 2014. J-WAFS financia la investigación de ambiciosos avances agrícolas, como semillas resistentes a la sequía o granjas del futuro impulsadas por la tecnología, que son medidas vitales en un continente que está experimentando una rápida transición climática.
Del mismo modo, el Laboratorio de acción contra la pobreza Abdul Latif Jameel (J-PAL), un centro de investigación global que trabaja para reducir la pobreza garantizando que los descubrimientos científicos impulsen la política pública, también tiene una fuerte presencia en África. Aquí, el equipo de J-PAL trabaja en colaboración con C40, una red global de alcaldes de las principales ciudades del mundo unidos por el deseo de controlar la crisis climática antes de que sea ella la que nos controle. J-PAL opera una serie de laboratorios climáticos pioneros para abordar todos los ámbitos del calentamiento global desde una perspectiva africana. Los miembros trabajan con legisladores gubernamentales desde Egipto, en el norte, hasta Sudáfrica, en la región subsahariana.
J-PAL Africa, con sede en la Universidad de Ciudad del Cabo, realiza evaluaciones aleatorizadas y ayuda a los socios a ampliar programas eficaces en una amplia gama de iniciativas sociales, desde mercados laborales y servicios urbanos hasta participación política.
Los investigadores afiliados de J-PAL tienen 391 proyectos en curso y completados en África. Las evaluaciones recientes, que ayudarán a las comunidades a afrontar la crisis climática, han incluido:
- Generar confianza en la calidad de los fertilizantes entre los agricultores de Tanzania.
- Fomentar la adopción de tanques de recolección de agua de lluvia a través de préstamos garantizados en Kenia.
- Promover la inscripción en el seguro médico y de salud en Ghana.
- Mejorar las cosechas y la salud a través de una variedad de arroz de alto rendimiento en Sierra Leona.
- Vincular el crédito y el seguro del índice meteorológico para mejorar la productividad agrícola en la Etiopía rural.
Community Jameel promueve otras iniciativas para ayudar a fortalecer este continente tan amplio y diverso contra el cambio climático.
Por ejemplo, el Observatorio Jameel utiliza pruebas basadas en datos para anticipar y mitigar los impactos climáticos, especialmente en sociedades de renta baja. Sus dos programas insignia incluyen la Red de sistemas de alerta temprana en resiliencia climática del Observatorio Jameel (Jameel Observatory-CREWSnet), que refuerza las comunidades agrícolas con tecnología de vanguardia para la previsión climática y el refuerzo de la resiliencia; y el Observatorio Jameel para la acción temprana en materia de seguridad alimentaria , que fusiona el conocimiento local con la innovación científica para superar la desnutrición en las áreas más secas.
Algunas iniciativas requieren presencia en el terreno para tener éxito. Un investigador del observatorio Jameel, por ejemplo, viajó al condado de Meru, Kenia, para cuantificar las dietas del ganado y su impacto en las emisiones de GEI. La visita ayudó a cerrar brechas de datos cruciales, prometiendo tanto mejorar la nutrición animal como reducir los niveles de metano, gracias a unos resultados que habrían resultado imposibles si los miembros del equipo se limitaran a procesar datos de manera remota.
Dados los recientes avances en la tecnología de modelado climático y el análisis de datos, el argumento para una mayor financiación para la acción anticipada es más convincente que nunca[27]. Por lo general, los inversores se han mostrado más propensos a actuar durante las emergencias. No obstante, el dinero gastado por adelantado puede ser mucho más efectivo y esta ironía exige un cambio de perspectiva urgente.
Una doble estrategia puede ayudar a África a lograr una seguridad sostenible
Los países del mundo desarrollado deben aprender las lecciones de su propia evolución perjudicial para el medioambiente y garantizar que África tenga una ruta más sostenible hacia la riqueza y la seguridad. Esto exigirá una estrategia doble. En primer lugar, potenciar la economía del continente empoderando a las naciones africanas para que prosperen en un mundo moderno impulsado por la tecnología con sistemas financieros sofisticados. En segundo lugar, coordinar los esfuerzos para combatir las causas subyacentes del calentamiento global, que anuncian cambios devastadores en las temperaturas y los sistemas meteorológicos en las regiones ecuatoriales.
Como mi compañero, el Dr. Guyo Roba, del Observatorio Jameel para la acción temprana en materia de seguridad alimentaria, discutió en un podcast de Philanthropy Age, la filantropía desempeñará un papel importante en la protección de las vidas africanas durante esta nueva era de incertidumbre medioambiental. La reducción de los presupuestos de ayuda ya está provocando recortes en el racionamiento y advierte de riesgos aún mayores, ya que el límite de temperatura objetivo de la ONU de +2 oC parece cada vez más una utopía. Como evidencia, esto demuestra que la trayectoria futura de un niño está determinada por lo que come durante sus primeros mil días de vida, cuando se produce hasta el 90 % del desarrollo cerebral. La tecnología de predicción del clima mejora constantemente y ahora la financiación internacional necesita ponerse al día para garantizar que estos conocimientos adicionales sienten las bases para acciones concretas.
Tenemos motivos para la esperanza. Especialmente en el sector privado, el éxito impulsa el éxito. A finales de 2023, la Universidad de Edimburgo y el Instituto Internacional de Investigación del Ganado (ILRI) renovaron un memorando de entendimiento decano que establece un apoyo continuo a múltiples programas de investigación, incluidos Community Jameel, J-PAL y el Observatorio Jameel para la acción temprana en materia de seguridad alimentaria[28]. La filantropía, como hemos visto, es una empresa conjunta, un esfuerzo de corazones y mentes que puede desencadenar una reacción en cadena de intervenciones humanitarias.
No actuar contra el cambio climático en África supondría un abandono moral que condenaría a más de mil millones de almas a vidas acortadas y difíciles, sin esperanzas ni oportunidades. La alternativa, empoderar a toda una sociedad para que se una a nosotros en nuestro viaje hacia el futuro, promete fomentar la igualdad y la prosperidad en todas partes.
[1] https://www.reuters.com/business/environment/how-climate-change-drives-heatwaves-wildfires-europe-2023-08-17/
[2] https://www.nature.com/articles/s41586-023-06970-0
[3] https://www.livescience.com/planet-earth/climate-change/which-islands-will-become-uninhabitable-due-to-climate-change-first
[4] https://www.theguardian.com/environment/2023/apr/27/human-driven-climate-crisis-fuelling-horn-of-africa-drought-study
[5] https://www.worldvision.org/hunger-news-stories/africa-hunger-famine-facts
[6] https://wmo.int/news/media-centre/africa-suffers-disproportionately-from-climate-change
[7] https://wmo.int/news/media-centre/africa-suffers-disproportionately-from-climate-change
[8] https://www.imf.org/en/Blogs/Articles/2023/08/30/africas-fragile-states-are-greatest-climate-change-casualties?
[9] https://www.cdp.net/en/research/global-reports/africa-report
[10] https://wmo.int/news/media-centre/africa-suffers-disproportionately-from-climate-change
[11] https://www.statista.com/statistics/1300864/gdp-value-per-capita-in-africa/
[12] https://library.wmo.int/records/item/67761-state-of-the-climate-in-africa-2022
[13] https://wmo.int/news/media-centre/africa-suffers-disproportionately-from-climate-change
[14] https://www.imf.org/en/Blogs/Articles/2023/08/30/africas-fragile-states-are-greatest-climate-change-casualties?
[15] https://www.imf.org/en/Blogs/Articles/2023/08/30/africas-fragile-states-are-greatest-climate-change-casualties?
[16] https://www.iea.org/commentaries/a-new-energy-pact-for-africa?
[17] https://www.iea.org/reports/financing-clean-energy-in-africa
[18] https://www.iea.org/reports/africa-energy-outlook-2022
[19] https://www.iea.org/commentaries/a-new-energy-pact-for-africa?
[20] https://www.iea.org/reports/financing-clean-energy-in-africa
[21] https://www.weforum.org/agenda/2023/05/climate-change-djibouti-multi-peril-insurance/
[22] https://www.weforum.org/agenda/2023/05/climate-change-djibouti-multi-peril-insurance/
[23] https://theconversation.com/climate-change-will-force-up-to-113m-people-to-relocate-within-africa-by-2050-193633
[24] https://www.imf.org/en/Blogs/Articles/2023/08/30/africas-fragile-states-are-greatest-climate-change-casualties?
[25] https://www.iea.org/commentaries/a-new-energy-pact-for-africa?
[26] https://www.oxfam.org/en/press-releases/over-20-million-more-people-hungry-africas-year-nutrition
[27] https://www.agtechnavigator.com/Article/2024/06/24/early-warning-systems-eliminate-hunger-so-why-the-lack-of-investment
[28] https://www.communityjameel.org/news/university-of-edinburgh-renews-partnership-with-international-livestock-research-institute