Se publican muchos hechos y cifras sobre el cambio climático. Demasiadas políticas y programas complejos, visiones y principios. Todo es muy útil y, sin duda, muy necesario. No obstante, en medio de la complejidad, a veces es fácil olvidar la sencilla realidad del calentamiento global: nuestro planeta, como lo conocemos, está en riesgo. La sociedad experimentará un cambio irrevocable y nuestras economías se verán diezmadas.

He escrito anteriormente sobre cómo la crisis climática está cambiando los ritmos circadianos de nuestro entorno natural, cómo está cambiando nuestros patrones climáticos, aumentando las temperaturas y amenazando nuestros sistemas alimentarios e hídricos. Esta crisis existencial no solo amenaza nuestros medios de vida, hogares y comunidades individuales. Países enteros podrían desaparecer del mapa, hundiéndose bajo los mares en constante crecimiento de nuestro afligido planeta.

Puede parecer una escena de una película de ciencia ficción distópica, pero ya está sucediendo. Tomemos como ejemplo las Maldivas, un archipiélago en el Océano Índico famoso por ser un destino vacacional de lujo. Hace unos 14 años, las Maldivas se hicieron un hueco al frente del debate sobre el cambio climático.

La frágil nación de las islas del atolón de la República de las Maldivas, vista desde el espacio. Crédito de la fotografía: © NASA https://lance.modaps.eosdis.nasa.gov/

Su presidente, Mohamed Nasheed, más 11 ministros, el vicepresidente y el secretario del gabinete, celebraron una reunión de 30 minutos en el fondo de una laguna de cuatro metros de profundidad. En escenas transmitidas por todo el mundo, dibujaron “SOS” en una pizarra blanca. El argumento, tan contundente, era que gran parte de las Maldivas desaparecerían bajo las olas si el ritmo actual del cambio climático y la subida del nivel del mar no disminuían.

Este acto de teatro político podría haber parecido más propio de jóvenes manifestantes que de políticos serios, pero llamó la atención no sólo sobre Maldivas, sino también sobre la difícil situación de los países y regiones de baja altitud en todo el mundo, estableciendo una agenda que ha cobrado aún más relevancia en los años posteriores. Preparada antes de la Cumbre sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (ONU) en Copenhague, la escena proporcionó una plataforma para que el presidente Nasheed declarara que, si las Maldivas se ven afectadas, también lo estaría gran parte del resto del mundo.[1]

En los Estados Unidos, casi el 30 % de la población vive en áreas costeras, donde el nivel del mar juega un papel importante en las inundaciones, la erosión de la costa y los peligros de las tormentas. A escala mundial, 8 de las 10 ciudades más grandes del mundo están cerca de una costa, según el Atlas de los Océanos de la ONU.[2] Sin embargo, las naciones isleñas con baja elevación, como las Maldivas, son las que están en primera línea de esta batalla.

Atlántida prehistórica

No es la primera vez que el mundo se enfrenta a niveles marinos crecientes que inundan tierras habitadas, pero esto no sucede desde hace muchos miles de años. De hecho, más de 8000. Doggerland[3] fue una zona enorme, de casi 46 620 kilómetros cuadrados, entre Gran Bretaña y el continente europeo que se sumergió cuando los glaciares de la edad de hielo se derritieron e inundaron la tierra para crear el Mar del Norte[4].

Hace tiempo que existen mitos sobre mundos submarinos y ciudades hundidas, como Atlantis, pero hoy en día estas leyendas van camino de convertirse en realidad. Los niveles del mar están aumentando más rápido que en ningún otro momento de los últimos 6000 años, con un nivel del mar global medio 13-20 cm más alto que en 1900[5].

Las herramientas para medir el nivel global del mar son mucho más precisas que hace 25 años. En su día nos basábamos en medidores de mareas fijados a una estructura, como un muelle, mientras que ahora usamos satélites que rebotan señales de radar desde la superficie del océano[6]. Ambas medidas muestran que el mar no solo está subiendo, sino que lo está haciendo más rápido. Entre 1900 y 2000, el nivel del mar mundial aumentó entre 1,2 y 1,7 milímetros por año de media. En la década de 1990, esa tasa aumentó a unos 3,2 milímetros al año[7].

Los países formados por atolones y archipiélagos tienen un alto riesgo de desaparecer. Los más bajos y amenazados de inmediato se encuentran principalmente en el océano Pacífico e Índico e incluyen: Kiribati, las Maldivas, Fiyi, Palaos, Micronesia, las Islas Salomón, las Seychelles, las Islas del Estrecho de Torres, Tuvalu, las Islas Marshall y las Islas Carteret.

Las Islas del Carteret, de Papúa Nueva Guinea, ofrecen un ejemplo de lo que podría ocurrirle al resto. Actualmente este atolón está compuesto por cinco islas bajas dispersas en forma de una herradura de 25 kilómetros de largo. Se estima que su masa terrestre es inferior al 40 % de lo que era originalmente, cuando había siete islas. Muchos habitantes se han visto obligados a trasladar sus hogares a terrenos más altos o a mudarse a otro lugar. Ursula Rakova, de la organización de reubicación de las islas, asistió a la COP27 en Egipto en 2022 para solicitar 2 millones de USD para trasladar a 350 familias al continente.

Estrategias para el futuro

Para la mayoría de los países afectados, la respuesta a largo plazo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y detener el aumento de los niveles del mar, pero podría ser demasiado tarde para eso. El aumento del nivel del mar está causado por la combinación de una serie de procesos diferentes, incluido el calentamiento del océano y la fusión de glaciares, especialmente de las enormes capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. Ambos procesos pueden continuar mucho después de que se hayan detenido las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano. En particular, la fusión de las capas de hielo es un proceso que puede ser difícil de detener una vez que se pone en marcha. Incluso después de que las temperaturas globales se estabilicen, y hasta si se mantienen dentro del umbral de 2o C establecido en el Acuerdo Climático de París, el calentamiento producido previamente puede desestabilizar los glaciares hasta el punto de que la pérdida continua de hielo se vuelva imparable en el futuro.

Ahora las islas en riesgo están planificando su futuro.

A corto plazo, necesitan encontrar alguna forma de adaptarse al aumento de los niveles del mar y reducir su vulnerabilidad. A largo plazo, las islas buscan soluciones que, en primer lugar, garanticen a sus ciudadanos un lugar seguro para vivir y, a continuación, preserven tanto los derechos legales como el legado que tenían cuando su país estaba por encima de las olas. Es probable que cualquier solución resulte enormemente cara, por lo que estas naciones insulares, en su mayoría pequeñas, desean que los países que se han beneficiado de las causas del cambio climático paguen para hacer frente a sus efectos medioambientales.

Reducir la vulnerabilidad

Las tierras ganadas al mar, los malecones y los arrecifes artificiales son algunas de las soluciones tecnológicas que se considera que tienen el potencial de proporcionar alivio, aunque solo a corto plazo.

En las Maldivas, una de las iniciativas más recientes consiste en crear más terrenos. En 2022, el gobierno de las Maldivas encargó un importante plan de protección de la costa y recuperación de tierras[8] utilizando arena extraída de una laguna. El desarrollo generará 194 hectáreas de tierra, incluidos tres nuevos resorts de cuatro estrellas en el atolón al sur de la ciudad de Addu. El plan costará 147,1 millones de USD y se financiará a través del Export-Import Bank of India (Exim Bank), en nombre del Gobierno de India[9].

Al igual que con muchas obras correctivas, existen inconvenientes. El primero, aunque sea irónico, es el medioambiente. Según Van Oord, el contratista holandés responsable del desarrollo, se dragarán hasta 5 millones de metros cúbicos de arena desde una laguna en medio de las seis islas, que albergan al menos 20 000 personas. Otras estimaciones estiman que la cantidad de arena que se eliminará será de 6,9 millones de metros cúbicos. Los ecologistas argumentan que arrastrar toda esta arena elevará sedimentos que podrían asfixiar los ecosistemas cercanos y afectar su capacidad de recuperación a largo plazo, y que el robo de terreno al mar podría enterrar 21 hectáreas de corales y 120 hectáreas de praderas marinas.

Los planificadores también han mejorado la resiliencia de las islas actuales del país mediante la creación de nuevas islas. Por ejemplo, Hulhumalé[10] es una isla artificial recientemente construida que se diseñó para aliviar la aglomeración en la capital, Malé. El trabajo comenzó en 1997 en una laguna cerca del aeropuerto y desde entonces ha crecido hasta cubrir 4 km2, lo que la convierte en la cuarta isla más grande de las Maldivas. La población de Hulhumalé ya es de más de 50 000 personas, y se espera que otras 200 000 se muden allí.

La nueva isla, construida bombeando arena desde el fondo del mar hasta una plataforma de coral sumergido, se eleva a unos dos metros sobre el nivel del mar, aproximadamente el doble que la propia Malé. Esta altura adicional podría convertir la isla un refugio para los maldivos, que eventualmente tendrán que abandonar las islas más bajas debido al aumento del nivel del mar. También podría ser una opción para evacuaciones durante futuros tifones y tormentas[11].

Hulhumalé no es la única isla de las Maldivas que ha experimentado cambios importantes desde la década de 1990. En las últimas décadas, los proyectos de recuperación han ampliado otros atolones de formas similares. Entre ellos se encuentra Thilafushi[12], una laguna al oeste que se ha convertido en un vertedero de rápido crecimiento, y Gulhifalhuea, otro proyecto de recuperación de tierras que está abriendo nuevos espacios industriales y de fabricación.

La ciencia de los malecones

A menudo los malecones se citan como otra posible solución para proteger a las comunidades en zonas de baja elevación de los mares invasores, pero esta medida también es controvertida. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU advierte que el uso de malecones como medio de protección contra el aumento del nivel del mar y las tormentas puede ser contraproducente[13], ya que, al interferir con el ecosistema costero local, a menudo pueden causar más problemas de los que resuelven. Por ejemplo, es posible que aumenten los riesgos de inundación al obligar a las aguas crecientes a encontrar nuevos canales de escape, mientras que las paredes en las playas pueden impedir que animales, como las tortugas, lleguen a las zonas necesarias para la cría.

También hay pruebas[14] de que los malecones podrían obstaculizar los procesos naturales que hacen que los atolones de los arrecifes de coral, como los del Pacífico y las Maldivas, sean más resistentes a los aumentos del nivel del mar. Según estudios, la mayoría de los atolones de coral en las Maldivas y otros lugares se han mantenido estables o han crecido en las últimas décadas. Investigadores de la Universidad de Plymouth, Reino Unido, llevaron a cabo un estudio[15] basado en un modelo a escala de la Isla Fatato en Tuvalu, en el Pacífico Sur. Descubrieron que las tormentas e inundaciones que azotan las islas pueden mover sedimentos de alta mar a la superficie de la isla, elevando la isla en el proceso, pero un malecón evitaría que esto ocurriera.

“Una isla completamente cerrada por un malecón no puede adaptarse al aumento del nivel del mar a medida que se evitan las inundaciones, que son las que traen el sedimento necesario para desarrollar la isla”, dijo Gerd Masselink, coautor del informe de Plymouth. “A menos que el malecón se actualice para lidiar con el elevado nivel del mar, estas islas probablemente serán inhabitables en unos 20-50 años”.

Los expertos sugieren que las soluciones basadas en la naturaleza, como los manglares[16], son generalmente una forma mejor, y más barata, de lidiar con los aumentos del nivel del mar que las infraestructuras duras, como los malecones y los diques. Sin embargo, plantar manglares no siempre es posible, especialmente en zonas urbanas. Para obtener lo mejor de ambas opciones, los ingenieros están examinando combinaciones de infraestructura verde y gris, como los malecones precedidos por un cinturón de manglares.

Soluciones innovadoras

Una opción prometedora es la restauración artificial de los arrecifes para reducir la altura de las olas y estabilizar el ancho de las playas[17]. Un proyecto piloto en Estados Unidos utilizó “bolas de arrecife” para crear arrecifes artificiales. Las bolas de arrecife son semiesferas de hormigón con orificios que permiten que los peces y otras especies marinas naden a través de ellos. El proyecto en Connecticut[18], similar a otros que se están llevando a cabo por todo el país, descubrió que las bolas redujeron la altura de las olas a la mitad y que, al romperlas antes de llegar a la costa, disminuyeron su fuerza en una proporción aún mayor.

Otro enfoque que se está probando es el de “seguir la corriente” y construir desarrollos que floten.

Al ser unas de las islas amenazadas más ricas, las Maldivas han podido asociarse con los arquitectos Waterstudio y Dutch Docklands para crear Maldives Floating City[19].

Este proyecto se construirá dentro de una laguna de 200 hectáreas cerca de Malé y contendrá 5000 casas flotantes bajas. La ciudad se asentará sobre una serie de estructuras flotantes de forma hexagonal que se elevarán a medida que aumenten los niveles del mar, mientras que los bancos de coral artificial unidos a la parte inferior estimularán el crecimiento natural de los corales. Cada residencia frente al mar tendrá una superficie de 100 m2, un embarcadero en la parte delantera y una terraza en el techo.

La arquitectura flotante podría proteger a las ciudades del aumento del nivel del mar. Crédito de la imagen: © Waterstudio.NL/Dutch Docklands

Conservación del patrimonio

La tecnología y la innovación pueden ser la respuesta para que las islas aprendan a sobrevivir pese a los aumentos del nivel del mar, pero mientras tanto, algunos están tratando de averiguar cómo preservar su estatus legal y su patrimonio. Las naciones isleñas tienen que lidiar con lo que podría significar que su tierra natal se convirtiera, como Doggerland, en una serie de bancos de arena y rocas. ¿Sigue siendo un país si está bajo el agua?

Para los isleños del Pacífico afectados, la respuesta es un “SÍ” enfático. En 2022, Tuvalu y las Islas Marshall lanzaron la Rising Nations Initiative (RNI) en la sede de la ONU[20]. La RNI es una mezcla de pragmática y preparación para el futuro. Pretende obtener apoyo internacional a fin de crear un programa integral para construir y financiar proyectos de adaptación y resiliencia que ayuden a mantener los medios de subsistencia de las comunidades locales frente al cambio climático. Asimismo, también quiere preservar su patrimonio, estableciendo un repositorio viviente de la cultura y el patrimonio único de cada país formado por atolones en el Pacífico y, a continuación, proporcionando apoyo para obtener la designación de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Otro objetivo igual de importante es lograr una declaración política de la comunidad internacional destinada a preservar la soberanía y los derechos de los países de atolones del Pacífico[21].

Protección de la soberanía

Si una isla queda sumergida y su población se desplaza a otro lugar, ¿qué sucede con todos los derechos que disfrutaban sobre esa tierra y el mar circundante? Si, por ejemplo, se encontraran depósitos minerales valiosos, ¿a quién pertenecerían?

El Pacific Islands Forum[22], un organismo regional compuesto por 18 países y territorios, ha dejado clara su posición. En 2022 declaró que sus límites marítimos se fijarán independientemente de cualquier cambio futuro en el tamaño o la forma de las islas. Estos límites están determinados por el tamaño de las masas terrestres de los países miembros en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, pero sigue siendo un enfoque polémico.

No obstante, hay unos precedentes similares. En 2022, un grupo de estudio[23] establecido por la Comisión de Derecho Internacional presentó alternativas destinadas a salvaguardar la condición de Estado de las naciones que podrían perder sus territorios debido al aumento del nivel del mar. Analizó la Santa Sede y la Orden Soberana de Malta, ambas con alguna forma de personalidad legal internacional, pero ninguna con un territorio definido, y sugirió que se podría aplicar el mismo concepto. Esto supondría la continuidad de la condición de Estado, incluso aunque no tuviera territorio.

Vanuatu ha adoptado una vía legal, lo que ha empujado al Tribunal Internacional de Justicia[24] a aclarar cómo se pueden emplear las leyes internacionales existentes para abordar el cambio climático. Ha solicitado una “opinión consultiva no vinculante” sobre las obligaciones de los estados en virtud del derecho internacional para salvaguardar los derechos de las generaciones actuales y futuras ante los efectos perjudiciales del cambio climático. Esto reforzaría el marco legal en torno al cambio climático y animaría a los países a tomar medidas más sólidas.

El aumento de los niveles del mar pone claramente en peligro muchas de las islas más bajas del mundo, pero, como ha demostrado el ingenio de las soluciones, todavía hay esperanza. Por ejemplo, las ciudades flotantes no requieren ninguna recuperación de tierra y, por lo tanto, tienen un impacto mínimo en los arrecifes de coral. De hecho, fomentan el crecimiento de nuevos arrecifes gigantes con el potencial de actuar como barreras hídricas[25]. Tal y como afirma Nasheed, el antiguo presidente de Maldivas: “No podemos detener las olas, pero podemos levantarnos con ellas”.

Las ideas innovadoras, como las islas flotantes, también muestran el papel que puede desempeñar el capital privado. Los inversores privados pueden adoptar una visión a largo plazo en lugar de requerir constantemente beneficios a corto plazo, lo que les da libertad y agilidad para respaldar el tipo de tecnología revolucionaria que marca la diferencia. Sin duda, se trata de un desafío ineludible. No debemos perder de vista que muchas de nuestras ciudades más pobladas y de nuestras regiones más productivas están ubicadas bajo el nivel del mar.

El retorno de cualquier inversión puede no solo ser financiero, sino también existencial.

 

[1] https://www.theguardian.com/world/2009/oct/11/mohamed-nasheed-maldives-rising-seas

[2] https://www.climate.gov/news-features/understanding-climate/climate-change-global-sea-level

[3] https://education.nationalgeographic.org/resource/doggerland/

[4] https://www.newscientist.com/article/2261173-tiny-island-survived-tsunami-that-helped-separate-britain-and-europe/

[5] https://ocean.si.edu/through-time/ancient-seas/sea-level-rise

[6] https://www.weforum.org/agenda/2022/09/rising-sea-levels-global-threat/

[7] https://ocean.si.edu/through-time/ancient-seas/sea-level-rise

[8] https://www.theguardian.com/environment/2022/may/23/maldives-plan-to-reclaim-land-for-tourism-could-choke-the-ecosystem#:~:text=The%20low%2Dlying%20island%20nation,on%20this%20Unesco%20biosphere%20reserve.

[9] https://storymaps.arcgis.com/stories/bc6264e026ad4fa3afbf6f8b1c794cf1

[10] https://earthobservatory.nasa.gov/images/148158/preparing-for-rising-seas-in-the-maldives

[11] https://earthobservatory.nasa.gov/images/148158/preparing-for-rising-seas-in-the-maldives

[12] https://earthobservatory.nasa.gov/images/148158/preparing-for-rising-seas-in-the-maldives

[13] https://www.climatechangenews.com/2022/03/03/scientists-warn-seawalls-can-make-rising-waters-worse-in-the-long-run/

[14] https://earthobservatory.nasa.gov/images/148158/preparing-for-rising-seas-in-the-maldives

[15] https://www.newsweek.com/coral-reef-islands-doomed-sea-level-rise-scientists-1509915

[16] https://www.ipcc.ch/srocc/chapter/chapter-4-sea-level-rise-and-implications-for-low-lying-islands-coasts-and-communities/

[17] https://www.ipcc.ch/srocc/chapter/chapter-4-sea-level-rise-and-implications-for-low-lying-islands-coasts-and-communities/ 4.4.2.3

[18] https://www.scientificamerican.com/article/reef-balls-gain-traction-for-shoreline-protection/

[19] https://www.weforum.org/agenda/2021/05/maldives-floating-city-climate-change/

[20] https://apnews.com/article/united-nations-general-assembly-drowning-island-nations-75f5390daf98d1d385da7dd4a869ae09

[21] https://climatemobility.org/rising-nations-initiative/#:~:text=The%20Rising%20Nations%20Initiative%20puts,%2C%20rights%2C%20culture%20and%20heritage.

[22] https://www.pbs.org/newshour/world/amid-rising-seas-island-nations-push-for-legal-protection

[23] https://www.pbs.org/newshour/world/amid-rising-seas-island-nations-push-for-legal-protection

[24] https://www.pbs.org/newshour/world/amid-rising-seas-island-nations-push-for-legal-protection

[25] https://www.independent.co.uk/travel/news-and-advice/maldives-floating-city-climate-change-b2108523.html