La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de revolucionar la forma en que trabajamos y automatizar muchas tareas que actualmente requieren mano de obra humana. Algunos expertos creen que la IA dará lugar a un importante desplazamiento laboral en las próximas décadas, mientras que otros creen que creará nuevas oportunidades e impulsará la productividad.

Suena convincente, ¿verdad? Pues lo será aún más cuando sepa que este párrafo no lo ha escrito un ser humano, sino que lo ha generado la IA, en concreto: ChatGPT.

Este pionero chatbot de OpenAI se dio a conocer en noviembre de 2022 y utiliza un enorme modelo de lenguaje que aprovecha el procesamiento del lenguaje natural (Natural Language Processing, NLP). Se trata de una rama de la IA que pretende analizar, comprender y comunicarse con el lenguaje.

La IA GPT-3 (Generative Pretrained Transformer 3) se entrenó con cantidades masivas de datos y comentarios de usuarios para sonar como un humano y es capaz de generar cualquier cosa, desde recetas hasta currículums (incluso en el estilo de Shakespeare[1]). Traducción, análisis de sentimientos, introducciones a artículos sobre IA… ChatGPT puede incluso crear código a partir de sencillas órdenes de texto. Con 175 000 millones de parámetros, es uno de los mayores y más potentes modelos de procesamiento de lenguaje a través de IA hasta la fecha.[2]

Parece que los ordenadores están asumiendo cada vez más tareas complejas que antes se consideraban reservadas a los humanos (incluido engañar a traidores profesionales en el juego Diplomacy[3]).

En vista del potencial, Microsoft ha invertido hasta 10 000 millones de USD en OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT.[4] Los redactores profesionales aún no están buscando empleos alternativos, ¡pero sí que están escribiendo un poco más rápido!

Desde la imprenta hasta los ordenadores, pasando por las máquinas que leen, escriben y producen bellas artes, la historia humana se basa en un continuo proceso de innovación tecnológica y automatización. ¿Nuestro futuro está en manos de la IA?

Sin duda, el mundo empresarial así lo cree.

La IA es un movimiento inteligente

Según la encuesta State of AI 2022 de McKinsey[5], donde el 50 % de los encuestados incorporaron IA en al menos un área empresarial, la adopción de la IA se duplicó con creces entre 2017 y 2022. La media de capacidades de IA por organización también se ha duplicado, de 1,9 en 2018 a 3,8 en 2022. La automatización de procesos robóticos y la visión artificial siguen siendo las principales prioridades, mientras que el NLP ha pasado de estar en mitad de la tabla en 2018 a ocupar el tercer lugar.

¿A qué se debe este auge en el interés por la IA?

La IA puede analizar grandes cantidades de datos, automatizar procesos y proporcionar información y recomendaciones que permiten a las empresas incrementar su precisión, su eficiencia y su productividad, mejorar la toma de decisiones, aumentar la personalización y agilizar la gestión de personas. Pero eso no es todo.

La IA puede impulsar los ingresos, la eficiencia y el ahorro de costes en múltiples ámbitos. En 2018, la fabricación y el riesgo fueron los objetivos más jugosos. Ahora las ventas y el marketing, el desarrollo de productos y servicios y la estrategia y las finanzas corporativas están logrando las mayores ganancias, mientras que la gestión de la cadena de suministro registra los recortes de costes más significativos. 

Según un informe de PwC, la IA podría contribuir al PIB mundial con hasta 15,7 billones de USD para 2030.[6] Una dosis de innovación de esta magnitud tiene potencial para revertir la disminución de la productividad laboral y reavivar la economía global, que aún sufre las cicatrices de la pandemia de COVID-19 y la crisis financiera de 2007-2009.

Los casos de uso en la industria incluyen:

  • Sanidad: analizar imágenes médicas, predecir los resultados de los pacientes y mejorar la precisión de los diagnósticos (p. ej., analizar radiografías e identificar anomalías que puedan indicar una afección en particular). Empresas farmacéuticas, como Moderna, utilizaron la IA para desarrollar vacunas contra la COVID-19[7] y, en 2020, la Jameel Clinic en el ITM identificó Halicin a través del aprendizaje automático y los modelos de IA.
  • Finanzas: analizar datos financieros, hacer recomendaciones de inversión, detectar patrones de transacciones sospechosas y prevenir actividades fraudulentas. Business Insider estima que la IA podría ahorrar a los bancos y las instituciones corporativas 447 000 millones de USD para 2023[8].
  • Fabricación: mejorar el control de calidad, optimizar la producción y predecir las necesidades de mantenimiento (p. ej., supervisar los equipos de producción e identificar patrones que podrían indicar posibles fallos). La gigafábrica de Tesla es una maravilla de la automatización impulsada por IA.
  • Comercio minorista: personalizar las experiencias de los clientes, optimizar la gestión de precios e inventarios y mejorar el marketing (p. ej., analizar los datos de compra de los clientes y proporcionarles recomendaciones personalizadas en función de sus compras anteriores). La tecnología “Just Walk Out” de Amazon Go permite a múltiples minoristas experimentar con tiendas sin cajeros.
  • Transporte y logística: gestionar cadenas de suministro, predecir la demanda, instruir robots de almacén, optimizar las rutas, mejorar de la seguridad y reducir el consumo de combustible (p. ej., análisis de datos de tráfico en tiempo real y recomendación de los viajes más eficientes para los camiones de reparto). Walmart utilizó simulaciones de la cadena de suministro mediante IA para redirigir rápidamente las entregas y predecir los cambios en la demanda después de que el huracán Ian forzara el cierre de un importante centro de distribución en Florida.[9]
  • Ventas y marketing: crear contenido, generar clientes potenciales, mejorar sus experiencias y gestionar las relaciones con ellos (p. ej., analizar datos para mejorar las campañas dirigidas y ofrecer una mayor personalización a través de chatbots). Einstein Analytics de Salesforce aplica la IA para anticipar el comportamiento de los clientes y proponer recomendaciones.

Abdul Latif Jameel ya está explorando cómo aprovechar los beneficios de la IA en las comunidades y mercados a los que presta servicios en todo el mundo. Por ejemplo, la IA está en el centro de una serie de tecnologías sanitarias en las que ha invertido Abdul Latif Jameel Health. Estas incluyen un dispositivo ecográfico portátil desarrollado por Butterfly iQ+TM y la tecnología quirúrgica en entorno virtual 3D de realidad extendida (extended reality, XR) desarrollada por Holoeyes.

Otra empresa de Abdul Latif Jameel, Fotowatio Renewable Ventures (FRV, parte de Abdul Latif Jameel Energy, también aprovecha el poder de la IA a través de su rama dedicada a la innovación, FRV-X. En concreto, implementa el software de puja automática de Tesla en sus sistemas de almacenamiento de baterías (BESS) en el Reino Unido (Holes Bay, Dorset; Contego, West Sussex; Clay Tye, Essex) y en Australia (Terang, Victoria y una planta híbrida en Dalby, Queensland).

Almar Water Solutions, también parte de Abdul Latif Jameel Energy, invirtió en una empresa tecnológica que proporciona productos y servicios de IoT impulsados por IA para la transformación digital en los sectores del agua, la energía y la movilidad: Datakorum. Posteriormente, Datakorum consiguió un proyecto de 5 años con el operador de comunicaciones líder e& Enterprise (anteriormente Etisalat Digital) para facilitar la transformación digital de los sistemas de gestión de agua y energía en la ciudad de Abu Dhabi, EAU.

El manual estratégico de la IA

Los líderes en IA ya están avanzando, mientras que los rezagados lo tendrán cada vez más difícil para ponerse al día. ¿Por qué? Según McKinsey, tienen la ventaja de ser pioneros, adoptan una visión a largo plazo, invierten de forma cada vez más acertada, atraen al mejor talento y siguen un conjunto emergente de principios para integrar y ampliar la IA. Estas “prácticas fundamentales” incluyen vincular la estrategia de IA con los resultados empresariales, comprender cómo integrar la IA en los procesos de la empresa y la toma de decisiones, priorizar la adquisición y formación de talento y garantizar que la IA y las personas trabajen juntas para generar más valor.

También hay una serie de “prácticas fronterizas” que permiten el desarrollo y la implementación de la IA a escala en la denominada “industrialización de la IA”. Estas incluyen: 

  • Arquitectura de datos modular de alta calidad que puede adaptarse de forma flexible a nuevas aplicaciones y automatizar los procesos relacionados con los datos.
  • Implicar a empleados no técnicos con programas low-code o sin código.
  • Ampliación con herramientas estandarizadas y plataformas internas de extremo a extremo.
  • Estandarización del código para que pueda reutilizarse en diferentes aplicaciones.
  • Mitigar el riesgo, por ejemplo, mediante el desarrollo de políticas de privacidad e imparcialidad.

Al menos, los rezagados no tienen que comenzar desde cero.

¿Mejores gerentes, mejor trabajo?

La IA puede supervisar condiciones peligrosas y mejorar el mantenimiento predictivo para crear entornos de trabajo más seguros (o eliminar completamente a los humanos de áreas peligrosas). También se puede utilizar para mejorar la formación y el desarrollo. Por ejemplo, el gigante tecnológico Honeywell utiliza una tecnología de reconocimiento de imágenes basada en IA para crear cursos de formación en realidad virtual para nuevos empleados.[10]

La IA también genera puestos de trabajo, desde roles específicos de IA hasta otros nuevos creados como consecuencia del crecimiento impulsado por la IA. Al automatizar una amplia gama de tareas, la IA permite que las formas de vida tradicionales basadas en el carbono (es decir, los humanos) se centren en tareas más complejas y creativas, incluidas ocupaciones que aún no existen. Incluso puede automatizar aspectos de la selección y contratación de personal, así como de la evaluación del rendimiento y la participación de los empleados. Por ejemplo, usar chatbots para entrevistar a los candidatos y analizar datos sobre asistencia, productividad y satisfacción del cliente para proporcionar evaluaciones del rendimiento más objetivas. La denominada “gestión de algoritmos” tiene el potencial de agilizar la gestión y proteger contra sesgos. Sin embargo, como veremos más adelante, también podría reforzar la discriminación e infringir los derechos de los trabajadores.

Un nuevo mundo, las mismas preocupaciones

Antes de que los robots se rebelen y exterminen a la raza humana, como creen algunos alarmistas, las empresas tienen otros obstáculos urgentes de los que preocuparse, la mayoría de los cuales aún se están desarrollando.

En primer lugar, la IA no es sencilla. Los algoritmos requieren datos de entrenamiento masivos y pueden ser difíciles de generalizar entre todos los casos de uso. Asimismo, el talento es escaso. Las empresas necesitan gerentes y estrategas experimentados, con conocimientos digitales generales y específicos de IA, incluidos ingenieros de software que puedan desarrollar interfaces intuitivas para que los usuarios legos en la materia interactúen con los algoritmos.

En cuanto a los demás trabajos…

Algunos cambiarán, otros desaparecerán. La mano de obra manual en entornos predecibles será la primera víctima, pero incluso los conocidos como “trabajadores del conocimiento” están en riesgo. Por ejemplo, la IA ya está ayudando a los radiólogos a analizar imágenes, y cada vez lo hace mejor. ¿Qué sucederá cuando sea constantemente más fiable? Asimismo, los grandes modelos de lenguaje generan incertidumbre entre las personas que se ganan la vida escribiendo.

¡Más allá del borde! © Warner Bros.

“Deberíamos dejar de formar a radiólogos ahora. Si trabajas como radiólogo, eres como el Coyote de los dibujos animados: te has pasado del borde del acantilado, pero aún no has mirado hacia abajo”, cree el Dr. Geoffrey Hinton, psicólogo cognitivo y científico informático de la Universidad de Toronto y asesor de Alphabet, la empresa matriz de Google.[11]

Muchos trabajadores necesitarán cambiar de ocupación dentro de organizaciones y sectores en todo el mundo. La actividad física en entornos altamente estructurados, así como la recopilación y el procesamiento de datos disminuirán. Mientras tanto, las actividades y trabajos complejos en entornos físicos impredecibles seguirán estando dominados por humanos (buenas noticias tanto para los gerentes como para los fisioterapeutas).

Los defensores argumentan que la IA y los seres humanos trabajarán juntos, como ya ocurre en muchas ocasiones. En estos casos, los humanos normalmente pasan de ejecutores a controladores, como cuando las carretillas elevadoras de Amazon se convierten en operadores robóticos.[12] Después de todo, con las tecnologías actuales solo podrían automatizarse por completo el 5 % de las ocupaciones.

Otros dicen que esto es ser un poco iluso. La tecnología está mejorando muy rápido y es inevitable que la IA reemplace a los humanos siempre que la automatización sea posible. Según algunas estimaciones, la IA y la automatización podrían desplazar a unos 400 millones de trabajadores entre 2016 y 2030.

En cualquier caso, es fundamental mejorar y volver a desarrollar las habilidades. Naturalmente, la experiencia digital y basada en IA está muy demandada. Sin embargo, hay otras habilidades cuya importancia aumentará a medida que la IA se haga cargo y automatice más actividades. Estas incluyen habilidades sociales, emocionales y cognitivas más profundas, como la creatividad y el pensamiento crítico.

¿Colaboradores en lugar de competidores?

No todo es negatividad y pesimismo. Una encuesta de Boston Consulting Group (BCG)[13] sugiere que la IA es ampliamente positiva para las personas y las organizaciones, y el 60 % de los encuestados afirman que consideran las herramientas de IA como un compañero de trabajo. De hecho, la IA está tan integrada en los productos empresariales y de consumo que a menudo pasa desapercibida. Además, las organizaciones con empleados que obtienen valor de la IA personalmente tienen 5,9 veces más probabilidades de obtener beneficios financieros significativos de la IA, en comparación con las organizaciones cuyos empleados no obtienen valor de la IA. Los gerentes que deseen maximizar el ROI de la IA deben cultivar la confianza, la comprensión, la voluntad y la concienciación entre los empleados. “La IA puede mejorar la autodeterminación de una persona a través de una mayor competencia, de un incremento de la autonomía y de relaciones más sólidas”, dice el informe.

¿Qué hay de los salarios?

Si la IA y la automatización realizan tareas de forma más rápida, económica, segura y fiable, la demanda de empleados humanos podría disminuir, y con ella, también los salarios. Es posible que los trabajos con salarios altos aumenten, pero muchos trabajos “seguros” que no se pueden automatizar, como la enfermería, reciben una menor remuneración. Esto podría exacerbar la desigualdad de ingresos y los disturbios políticos y sociales.

Para compensar el impacto de la automatización habrá una mayor necesidad de apoyo financiero y redes de seguridad, como la renta básica universal, una retribución común para todos los ciudadanos, como defendió Andrew Yang, excandidato a la presidencia de los EE. UU. Por su parte, los gobiernos deberían crear empleos más sustanciales y sostenibles, por ejemplo, a través de la inversión en infraestructura y adaptación al cambio climático.

Ética frente a algoritmos

El uso de la IA plantea varias cuestiones e inquietudes éticas que deben abordarse. Todos estos aspectos requieren la supervisión humana:

  • Equidad y justicia. Los sistemas de IA basados en datos sesgados podrían conducir a un trato injusto de ciertos grupos de personas. Esto se puede evitar mediante datos de entrenamiento diversos y representativos, pruebas sólidas y medidas de responsabilidad.
  • Transparencia y justificación. Muchos algoritmos de aprendizaje automático, como los modelos básicos, son cajas negras que no pueden justificar sus decisiones. “El ordenador dice que no” no es una respuesta válida. La agencia de defensa estadounidense DARPA está desarrollando algoritmos que “aportan una justificación, caracterizan sus fortalezas/debilidades y explican cómo se comportarán en el futuro”.[14]
  • Los sistemas de IA deben ser responsables de sus decisiones y acciones. Las empresas deben definir el alcance y las limitaciones de los sistemas de IA y establecer políticas y procedimientos claros para garantizar que se utilicen de forma responsable y conforme con los requisitos pertinentes, incorporando la supervisión humana y mecanismos para abordar las consecuencias negativas.
  • La IA profundizará la vigilancia en el lugar de trabajo, con la capacidad de analizar expresiones escritas, verbales y faciales para evaluar los estados de ánimo y la productividad de los trabajadores. Las empresas deben actualizar sus políticas y procedimientos de gobernanza de datos para garantizar que los datos personales se gestionan de forma responsable y en cumplimiento de las leyes de privacidad vigentes.
  • Por lo general, la IA y la automatización mejoran la seguridad al eliminar a los trabajadores de las áreas peligrosas. Sin embargo, las organizaciones no deberían arriesgarse, especialmente con vehículos autónomos y robots colaborativos (cobots). Las auditorías periódicas de salud y seguridad son fundamentales.
  • Seguridad y resiliencia. Los sistemas de IA y los datos que utilizan y generan son objetivos muy valiosos para los delincuentes, los servicios de inteligencia y los empleados descontentos. Además, los desastres naturales pueden poner en riesgo o destruir la infraestructura. La ciberseguridad y la resiliencia son las principales prioridades, tanto para las empresas como para los gobiernos.

Abordar los riesgos

En los últimos años, pese a la adopción generalizada de la IA, no ha habido aumentos sustanciales en la mitigación de riesgos. ¿Es hora de que los gobiernos y los legisladores den un paso adelante?

Como afirma la OCDE en un documento técnico sobre cómo garantizar que la IA siga siendo fiable,[15] la mayoría de las preocupaciones se pueden abordar aplicando políticas y normativas existentes, como la antidiscriminación, la protección de datos (p. ej., el RGPD), las prácticas engañosas y los derechos al debido proceso, y utilizándolas como base para desarrollar nuevas políticas que protejan a los trabajadores.

La Ley de IA de la UE[16] pretende clasificar y calificar los sistemas de IA utilizados en el empleo, prohibiendo algunos y sometiendo a otros a requisitos legales en lo que respecta a protección de datos, transparencia, supervisión humana y solidez. En EE. UU., algunos estados requieren el consentimiento del solicitante para utilizar herramientas de reconocimiento facial en la selección de personal, mientras que el Consejo Municipal de Nueva York exige que se lleven a cabo auditorías para evitar el sesgo algorítmico en las “herramientas de decisión de empleo automatizadas”.

Cuando los robots gobiernen el mundo

La IA es un fenómeno global. Todos los países y sectores se beneficiarán de ella, especialmente aquellos con salarios relativamente altos. Para 2030, la automatización podría desplazar entre el 20 % y el 25 % de la plantilla en países como Francia, Japón y EE. UU., más del doble que en India.[17]

Debido a la importancia estratégica y económica de la IA, los gobiernos de China, América y el resto del mundo están aplicando varias estrategias para impulsar la adopción de la IA. Como parte de su Plan de desarrollo de IA de nueva generación,[18] China está creando desgravaciones y subsidios fiscales y aumentando cada año el gasto en I+D en más de un 7 % para convertirse en líder mundial en IA. El gobierno también ha implementado normativas para fomentar el intercambio de datos entre empresas e impulsar el desarrollo de la IA. En EE. UU., el gobierno está financiando instituciones académicas y centros de investigación, así como relajando las normativas sobre el uso de la IA en sectores como los vehículos autónomos. Del mismo modo, la Estrategia europea de IA pretende lograr que la UE un centro de la IA a escala mundial y garantizar que la IA sea fiable y se centre en el ser humano.[19]

También hay varias organizaciones internacionales que trabajan en diferentes niveles de gobierno, ONG y partes interesadas del sector privado dispuestas a abordar las implicaciones éticas, sociales y económicas de la IA, financiar la investigación y fomentar el desarrollo y un uso responsable. Estos incluyen el programa Horizon 2020 de la UE, la Asociación Global sobre Inteligencia Artificial (Global Partnership on Artificial Intelligence, GPAI), el Foro para la Cooperación sobre Inteligencia Artificial (Forum for Cooperation on Artificial Intelligence, FCAI) y la Asociación sobre IA. El Observatorio de políticas de IA de la OCDE realiza un seguimiento y analiza las políticas de IA de sus países miembros, muchos de los cuales han adoptado las directrices de la OCDE para el uso responsable de la IA. Por su parte, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución sobre la promoción del uso de la inteligencia artificial para el desarrollo en diciembre de 2020.

¿Cómo deben prepararse las empresas para la IA?

Por supuesto, no hay un solo camino hacia el éxito con la IA. Todas las empresas tendrán que encontrar su propia ruta para aprovechar el potencial de la IA y lograr nuevos beneficios, no simplemente destruir modelos antiguos.

¿Quizás la propia IA podría proporcionar una solución? Esto es lo que dijo ChatGPT cuando le preguntamos cómo podrían las empresas prepararse mejor para la revolución de la IA:

Todos son buenos consejos. Sin embargo, ningún superordenador puede predecir el futuro (todavía).

Afortunadamente, para darse cuenta de que la IA ha cambiado las reglas del juego para siempre solo se necesita el sentido común tradicional. Depende de nosotros asegurarnos de que esos cambios mejoren las cosas, en lugar de empeorarlas.

[1] https://www.economist.com/business/2022/12/08/how-good-is-chatgpt

[2] https://www.sciencefocus.com/future-technology/gpt-3/

[3] https://www.economist.com/science-and-technology/2022/11/23/another-game-falls-to-an-ai-player

[4] https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-01-23/microsoft-makes-multibillion-dollar-investment-in-openai

[5] https://www.mckinsey.com/capabilities/quantumblack/our-insights/the-state-of-ai-in-2022-and-a-half-decade-in-review

[6] https://www.pwc.co.uk/services/economics/insights/the-impact-of-artificial-intelligence-on-the-uk-economy.html

[7] https://sloanreview.mit.edu/audio/ai-and-the-covid-19-vaccine-modernas-dave-johnson/

[8] https://www.businessinsider.com/ai-in-banking-report?r=US&IR=T

[9] https://www.supplychaindive.com/news/walmart-grocery-AI-demand-operations/585424/    

[10] https://www.forbes.com/sites/sharongoldman/2020/12/08/how-honeywells-latest-vr-based-simulator-borrows-from-gaming-to-transform-industrial-training/

[11] https://www.emjreviews.com/radiology/article/artificial-intelligence-in-radiology-an-exciting-future-but-ethically-complex-j140121/

[12] https://www.nytimes.com/2017/09/10/technology/amazon-robots-workers.html

[13] https://web-assets.bcg.com/b8/55/97a0dcbe42cab65ed77794cc9dfe/achieving-individual-and-organizational-value-with-ai.pdf

[14] https://www.darpa.mil/news-events/2022-03-03

[15] https://doi.org/10.1787/840a2d9f-en

[16] https://artificialintelligenceact.eu/

[17] https://www.mckinsey.com/capabilities/quantumblack/our-insights/the-state-of-ai-in-2022-and-a-half-decade-in-review

[18] https://www.unodc.org/ji/en/resdb/data/chn/2017/new_generation_of_artificial_intelligence_development_plan.html

[19] https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/PDF/?uri=CELEX:52018DC0237&from=EN