Calentamiento de la atención sanitaria: abordar las consecuencias para la salud del calentamiento global
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¿Supone el cambio climático una amenaza existencial? Sin duda lo es para quienes ya han sido víctimas. Alrededor de 3600 millones de personas ya viven en zonas altamente susceptibles al cambio climático.[1] En las últimas dos décadas, las muertes relacionadas con el calor solo entre los mayores de 65 años han aumentado un 70 %.[2] El Sexto Informe de Evaluación (AR6) del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) concluyó que los riesgos climáticos están apareciendo más rápido que nunca.[3] Según los datos del Banco Mundial, un incremento de las temperaturas podría provocar al menos 21 millones de muertes adicionales para 2050, debido a solo cinco riesgos para la salud: calor extremo, retraso en el crecimiento, diarrea, malaria y fiebre del dengue.[4] Muchos más vivirán para sufrir las consecuencias.
¿Daño ineludible para millones?
Se espera que el coste directo del cambio climático para la salud oscile entre 2000 y 4000 millones de USD al año para 2030.[5] Un clima cambiante aumenta la gravedad o la frecuencia de los problemas de salud existentes y crea otros nuevos, tanto directa como indirectamente. Supone riesgos para la salud a corto y a largo plazo, al tiempo que afecta negativamente a los sistemas en los que confían las personas para gozar de buena salud, desde los alimentos y el agua hasta los medios de vida, las comunidades, la atención sanitaria y la economía. Esto lo convierte en un multiplicador de amenazas mortal.
Los impactos sobre la salud relacionados con el cambio climático incluyen:
- Lesiones y muertes por fenómenos meteorológicos extremos.
Las tormentas, inundaciones, incendios forestales y sequías ponen en riesgo vidas. También pueden evitar que las personas accedan a la atención que necesitan, especialmente en el caso de poblaciones vulnerables, como las mujeres embarazadas, los niños, las personas mayores o las personas con enfermedades crónicas, además de exacerbar otros riesgos para la salud.
- Enfermedades relacionadas con el calor.
En 2023, el mundo experimentó las temperaturas globales más altas en más de 100 000 años.[6] La exposición al calor extremo o prolongado puede causar agotamiento, golpes de calor, enfermedades renales y cardíacas, así como complicaciones en el embarazo.[7] Alrededor del 37 % de las muertes relacionadas con el calor se deben al cambio climático antropogénico.[8] Si se mantiene la trayectoria actual del calentamiento global, las muertes anuales relacionadas con el calor aumentarán en un 370 % a mediados de siglo.[9] - Enfermedades respiratorias.
Los fenómenos meteorológicos extremos y el calor extremo relacionados con el cambio climático, incluidos los incendios forestales y el polvo, suelen empeorar la calidad del aire, lo que tiene un impacto negativo en las enfermedades respiratorias.[10] Las sequías causan polvo, mientras que el calor puede aumentar los niveles de ozono perjudicial a nivel del suelo[11] y las inundaciones pueden provocar la aparición de bacterias y moho peligrosos.[12] La mala calidad del aire aumenta los riesgos de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares, asma y otras enfermedades respiratorias, complicaciones del embarazo y algunos tipos de cáncer.[13],[14] Los niños y las personas con problemas de salud son especialmente vulnerables. - Riesgos para la salud transmitidos por el agua.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que 2000 millones de personas carecen de agua potable segura.[15] El aumento de las lluvias, las tormentas y las inundaciones pueden contaminar los recursos hídricos con virus y bacterias, causando enfermedades gastrointestinales y de otro tipo.[16] El aumento de las temperaturas puede conducir a la floración de algas, que producen toxinas nocivas.[17] - Enfermedades y zoonosis transmitidas por vectores.
Los entornos más cálidos y húmedos crean condiciones favorables para los vectores de enfermedades, que portan enfermedades por sí mismos y pueden transmitirlas de otros animales a los seres humanos. Actualmente, los vectores de enfermedades representan más de 700 000 muertes al año.[18] Por ejemplo, las especies de mosquitos y garrapatas, portadoras del virus del Nilo Occidental y del virus Usutu, están ganando terreno en Europa y otras partes del mundo.[19] Se calcula que a mediados de siglo las costas que albergan patógenos vibrio se expandirán entre un 17 % y un 25 %, con un aumento de la transmisión del dengue del 36 % al 37 %.[20] - Alimentos, agua y saneamiento.
El cambio climático está deteriorando la seguridad del agua, la producción de alimentos y el saneamiento. La superficie terrestre del planeta afectada por las sequías extremas ha aumentado del 18 % entre 1951 y 1960 al 47 % entra 2013 y 2022, lo que pone a millones de personas en riesgo de desnutrición y las expone a efectos potencialmente irreversibles para la salud.[21] Un aumento de las temperaturas puede prolongar algunos ciclos de cultivo. Sin embargo, también puede limitar la biodiversidad y aumentar las plagas.[22] - Salud mental y psicosocial.
El cambio climático puede desencadenar o intensificar la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático. Además, sumado a la inestabilidad laboral, los desastres naturales y los desplazamientos migratorios puede alterar la cohesión social y las redes de apoyo, lo que conduce a un mayor consumo de drogas y al aumento de la violencia.[23]
¿Quiénes corren más riesgo?
La vulnerabilidad de una persona al cambio climático depende de numerosos factores, como la geografía, la demografía, la salud y la biología, la situación sociopolítica y socioeconómica, la capacidad del sistema sanitario y el sexo.
Las poblaciones de alto riesgo[24] incluyen:
- Niños
- Personas socialmente vulnerables
- Poblaciones indígenas
- Personas mayores
- Personas con enfermedades crónicas
- Personas con discapacidades
- Trabajadores
- Mujeres embarazadas, en periodo de lactancia y posparto
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los EE. UU. ha definido un marco de evaluación que identifica tres factores clave que determinan la vulnerabilidad de una persona al cambio climático:
- Exposición:
Cada persona se enfrentará a los riesgos que crea el cambio climático de forma diferente. La exposición dependerá de dónde y cuánto tiempo pase ante el peligro y de lo que haga. Por ejemplo, las personas que pasan mucho tiempo al aire libre pueden estar más expuestas al calor extremo. - Sensibilidad:
Algunas personas son más sensibles que otras a los riesgos que crea el cambio climático debido a factores como la edad y la salud. Por ejemplo, los niños y adultos con asma son muy susceptibles a los contaminantes atmosféricos y al humo de los incendios forestales. - Capacidad adaptativa:
Las personas pueden adaptarse, aprovechar o responder a los riesgos que crea el cambio climático. La capacidad de una persona para adaptarse puede depender de sus ingresos, edad, situación vital, acceso a la atención médica y muchos otros factores.
Las personas desfavorecidas y los países de renta baja corren mayor riesgo
La educación, la situación laboral, el sexo y el origen étnico están estrechamente relacionados con la salud.[25] El cambio climático amenaza con ampliar las desigualdades sanitarias preexistentes entre las poblaciones y dentro de ellas.
Según un artículo publicado por la ONU, lo hace de tres maneras:
- Aumentando la exposición de los grupos desfavorecidos a los riesgos que crea el cambio climático.
- Aumentando su susceptibilidad a daños relacionados.
- Disminuyendo su capacidad para sobrellevarlo y recuperarse.[26]
En la última década, la tasa de mortalidad debida únicamente a fenómenos meteorológicos extremos fue 15 veces mayor en regiones vulnerables.[27] La mayoría de estas poblaciones suelen incluir países con rentas bajas y pequeños estados isleños.
Según la OMS, “las personas cuya salud se está viendo perjudicada primero y peor por la crisis climática son las que menos contribuyen a sus causas y las que menos pueden protegerse a sí mismas y a sus familias contra ella: las personas de países y comunidades con rentas bajas y desfavorecidos”.[28]
El acceso inadecuado a la atención sanitaria agrava el problema
Unos 930 millones de personas destinan al menos el 10 % de su presupuesto familiar a la atención sanitaria, y los costes sanitarios empujan a otros 100 millones de personas a la pobreza cada año.[29]
La Organización Meteorológica Mundial estima que el 30 % de las personas en todo el mundo no pueden acceder a servicios sanitarios esenciales, y 2000 millones de personas se enfrentan a las consecuencias del empobrecimiento del gasto sanitario.[30] En un estudio internacional de la revista Lancet, al 27 % de las ciudades encuestadas les preocupaba que sus sistemas sanitarios se vieran desbordados por los efectos del cambio climático.[31]
La mala salud limita la capacidad de las personas para trabajar, lo que tiene un efecto dominó sobre la economía y la capacidad para proporcionar atención médica. Solo los fenómenos meteorológicos extremos costaron a las economías 264 000 millones de USD, lo que supone un aumento del 23 % entre 2010 y 2014 y entre 2018 y 2022.[32] Un estudio del Banco Mundial calcula que el cambio climático podría empujar a otros 132 millones de personas a la pobreza extrema para 2030, de los cuales 44 millones sería a causa de las repercusiones sanitarias.[33] Más de la mitad de los afectados viven en el África subsahariana y el sur de Asia.
¿Qué se puede hacer?
Las medidas inmediatas de resiliencia y adaptación son esenciales para proteger a las poblaciones de alto riesgo. Al mismo tiempo, debemos seguir avanzando con la vista puesta en el largo plazo para reducir las emisiones y evitar que las temperaturas superen umbrales peligrosos, por ejemplo, limitando el aumento de la temperatura media de la Tierra a 1,5 °C.
Hora de pagar
Es justo que el mundo desarrollado asuma la mayor parte del coste. Sin embargo, hasta ahora los países más ricos han fracasado sistemáticamente a la hora de aportar los 100 000 millones de USD anuales necesarios para apoyar la acción climática en esos países, tal y como se define en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Transición a las energías limpias
Reducir la dependencia de los combustibles contaminantes podría reducir las 1,9 millones de muertes debidas a la contaminación atmosférica, al tiempo que brindaría oportunidades laborales. A nivel mundial, más de medio millón de personas aún viven sin electricidad, y casi mil millones dependen de instalaciones sanitarias que no proporcionan energía fiable.[34] En los países con bajo índice de desarrollo humano (IDH), solo el 2,3 % de la electricidad procede de energías renovables modernas, y más de 9 de cada 10 hogares siguen utilizando biomasa, en comparación con el 11 % y el 7,5 %, respectivamente, en los países con un IDH alto.[35]
Sin embargo, se han hecho bastantes avances. Las muertes debidas a la contaminación atmosférica derivada de combustibles fósiles han caído un 15,7 % desde 2005, en su mayoría gracias a abandonar el carbón como combustible.[36] Además, en 2022, la electricidad renovable representó el 90 % del crecimiento de la capacidad eléctrica, y la inversión mundial en energías limpias alcanzó los 1,6 billones de USD, superando la inversión en combustibles fósiles en un 61 %,[37] lo que sugiere que vamos en la dirección correcta.
Además de la transición hacia una producción de energías más limpias, la comunidad global también puede apoyar lo siguiente:
- Transporte ecológico:
Los combustibles fósiles siguen representando el 95 % del transporte por carretera, lo que supone una gran oportunidad para seguir progresando.[38] - Edificios y espacios más eficientes:
Crear más espacios verdes y azules y reducir la dependencia del aire acondicionado aumentará la salud mental y física. - Incentivar cambios en el estilo de vida:
Animar a las personas a utilizar el transporte público y hacer más ejercicio puede ayudar a reducir las 460 000 muertes causadas anualmente por la contaminación relacionada con el transporte y los 3,2 millones de muertes atribuidas a la falta de actividad física.[39] - Reducción del carbono de las dietas:
La producción y distribución de alimentos representa el 30 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. En concreto, el 57 % de las emisiones agrícolas en 2020 procedían de la producción de carne roja y leche (indicador 3.3.1). Promover un acceso asequible a dietas más saludables y bajas en carbono puede mejorar la salud y reducir el impacto del cambio climático.[40]
Mejorar la salud pública y garantizar un acceso más justo a la atención sanitaria
Las desigualdades sanitarias conducen a una menor productividad, a una reducción de las contribuciones fiscales, a un aumento de las prestaciones sociales y a un incremento del gasto público en sanidad. El Parlamento Europeo calcula que las desigualdades sanitarias representan alrededor del 1,4 % del PIB de la UE, casi tanto como su gasto combinado en defensa.[41]
Mejorar el agua y el saneamiento son soluciones obvias. Del mismo modo, la vacunación infantil contra amenazas comunes relacionadas con el cambio climático, como la difteria, la tos ferina y el tétanos, está estrechamente relacionada con una mayor esperanza de vida.[42]
En última instancia, aunque la cobertura sanitaria universal (CSU) puede suponer un elevado coste inicial, debería amortizar la inversión a largo plazo, ayudando a las personas a vivir más tiempo, estar más sanas y ser más productivas.
Atención sanitaria: predicar con el ejemplo
La atención sanitaria genera alrededor del 5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.[43] La OMS está identificando oportunidades para descarbonizar los sistemas sanitarios de altas emisiones e incorporar la sostenibilidad medioambiental en las inversiones.[44] El uso de energías limpias en infraestructuras, flotas y medicamentos y equipos con bajas emisiones de carbono es un buen punto de partida. Mientras tanto, el Banco Mundial está ayudando a los sistemas sanitarios a aumentar su resiliencia mediante la creación de sistemas de vigilancia y alerta temprana basados en datos climáticos, el aumento de la capacidad del personal sanitario en lo que respecta a los riesgos para la salud asociados con el cambio climático y la adecuación de las infraestructuras sanitarias para reducir el impacto del cambio climático.[45]
Coaliciones globales
Trabajando conjuntamente, las partes interesadas del ecosistema sanitario global pueden contribuir a poner en marcha iniciativas intersectoriales para hacer frente a algunas de las peores repercusiones adversas para la salud relacionadas con el cambio climático.
La OMS ya colabora con el sector sanitario mundial para incorporar prioridades sanitarias como la cobertura sanitaria universal y la neutralidad en cuanto a emisiones de carbono para 2030. Aprovecha una red mundial de expertos para monitorizar el cambio climático y los avances con el fin de fundamentar políticas eficaces. También lidera la Alianza para la Acción Transformadora sobre el Cambio Climático y la Salud (ATACH) y capacita a socios y gobiernos para apoyar sus compromisos con los sistemas sanitarios con bajas emisiones de carbono.[46]
Por su parte, el Banco Mundial es el mayor inversor climático y financiador de sistemas sanitarios. Como parte de su Programa de clima y salud, la organización está incorporando consideraciones climáticas en su cartera sanitaria de 34 000 millones de USD, activa en más de 100 países. Alrededor del 80 % de las inversiones se asignan a intervenciones de adaptación, incluidos apoyo nutricional, sistemas de vigilancia y centros de respuesta ante emergencias.[47]
En Madagascar, por ejemplo, unos 3 millones de niños se han beneficiado de inversiones específicas para ampliar la seguridad alimentaria de los más vulnerables al cambio climático. Los sistemas de vigilancia y alerta temprana están ayudando a Yemen y Haití a detectar el cólera y otros brotes de enfermedades sensibles al cambio climático, mientras que en Nagaland (India), el Banco Mundial ha asegurado energía fiable para 175 instalaciones sanitarias a través de energía solar fuera de la red.[48]
La Carrera hacia el cero de la ONU abarca 77 instituciones sanitarias, tanto públicas como privadas, que se han comprometido a lograr las cero emisiones netas para 2050, con sus correspondientes objetivos provisionales.[49]
Por otro lado, la Alianza para la Resiliencia al Calor Extremo (EHRA), una alianza de más de 60 organizaciones, tiene como objetivo mejorar la resiliencia de 500 millones de personas vulnerables, incluidas las mujeres, para 2030 con soluciones como seguros paramétricos, sistemas de advertencia temprana y estructuras para proporcionar zonas de sombra que contribuyan a mitigar los efectos del calor extremo. Los proyectos en India y Sierra Leona beneficiaron directamente a más de 2300 mujeres, y la alianza tiene el potencial de ayudar a más de 2 millones de personas en un futuro cercano.[50]
Saneamiento y Agua para Todos (SWA) es la mayor asociación mundial de defensa del agua, el saneamiento y la higiene (WASH). Durante 2023, SWA prestó asistencia técnica a Burkina Faso, Bangladesh, el Chad, República Dominicana, Fiyi, México, Nicaragua, Nepal, Nigeria y Perú, y a la Secretaría de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa.[51]
El progreso saludable se prepara para lo peor
Las empresas comerciales tienen un papel que desempeñar, especialmente las más grandes. En los próximos 10 años, la multinacional farmacéutica y biotecnológica GSK, por ejemplo, tiene previsto invertir más de la mitad de su presupuesto mundial de 1000 millones de libras esterlinas en I+D sobre salud en enfermedades agravadas por el cambio climático que afectan de forma desproporcionada a los países con rentas más bajas.
Más cerca de casa, la familia Jameel también apoya a organizaciones e iniciativas que trabajan tanto en el ámbito del cambio climático como en el de la salud.
En 2019, Community Jameel se asoció con el Imperial College London para establecer el Instituto Jameel (o el Instituto de Investigación de Enfermedades y Emergencias Abdul Latif Jameel). Es un centro de investigación de respuesta rápida para predecir y prevenir crisis de salud globales. También sirve como centro para que destacados científicos de datos, epidemiólogos, bioestadísticos y trabajadores de ayuda humanitaria colaboren para abordar los retos sanitarios a los que se enfrenta nuestro mundo, cada vez más afectado por el cambio climático.
El Instituto Jameel complementa la labor de la otra colaboración global de salud de Community Jameel, la clínica Abdul Latif Jameel para el Aprendizaje Automático, o Clínica Jameel, fundada en asociación con el ITM. La Clínica Jameel se centra en cómo el aprendizaje automático, o machine learning, puede prevenir, detectar y tratar afecciones debilitantes no infecciosas como el cáncer, la sepsis, la demencia y otros trastornos neurológicos.
Mientras tanto, Jameel Health se asocia con proveedores de soluciones sanitarias innovadoras de todo el mundo para impulsar la inclusión sanitaria, especialmente en el sur global. A principios de este año, Jameel Health también adquirió Genpharm, el líder regional en enfermedades raras con acceso al mercado en Oriente Medio, África del Norte y Turquía. El acuerdo marca un hito significativo para ambas empresas, que colaborarán para acelerar el acceso a la atención médica moderna para aquellos que más la necesitan.
En cuanto al cambio climático, Fotowatio Renewable Ventures (FRV), el negocio insignia de energías renovables de Jameel Energy, gestiona una cartera de proyectos de energía eólica, solar e híbrida y de almacenamiento de energía en toda Asia, Latinoamérica, Europa y Australia.
Por otro lado, FRV-X, la sección de innovación de FRV, tiene como objetivo introducir el tipo de soluciones tecnológicas de nueva generación que podrían llegar a hacer realidad los ambiciosos objetivos climáticos acordados en la COP28. En particular, explota plantas de sistema de almacenamiento de energía en baterías (BESS) a escala de servicios públicos en el Reino Unido en Contego, West Sussex; Holes Bay, Dorset; y el BESS operativo conjunto más grande de Europa en Clay Tye, Essex, además de tener una participación mayoritaria en un proyecto de BESS en Grecia. Además, en el Reino Unido están previstos más proyectos futuros.
En Australia, FRV-X explota una planta híbrida de energía solar y de BESS en Dalby, en el estado oriental de Queensland, y en febrero de 2024 se asoció con AMP Tank Finland Oy para ejecutar un proyecto de sistema de almacenamiento de energía en baterías (BESS) a escala de servicios públicos en Finlandia. Además, FRV-X se ha asociado con ecoligo, un proveedor alemán “energía solar como servicio”, con una inversión de 10,6 millones de USD. Fundada en 2016, ecoligo ayuda a socios comerciales e industriales de Sudamérica, África y Asia a financiar proyectos solares a través de una plataforma de inversión colectiva.
Del mismo modo, Almar Water Solutions, parte de Jameel Environmental Services, trabaja para mejorar el acceso al agua potable y al saneamiento a través de una cartera de proyectos de infraestructuras para la gestión sostenible del agua en Europa, Oriente Medio, Latinoamérica, África y la región Asia-Pacífico. A nivel mundial, alrededor de 1000 empleados de Almar trabajan en más de 150 contratos de agua independientes, en lugares como la planta de desalinización Shuqaiq 3, en la costa del Mar Rojo en Arabia Saudí, una de las desalinizadoras por ósmosis inversa más grandes del mundo, y la planta de tratamiento de aguas residuales de última generación de Muharraq, en Bahréin, que recicla las aguas residuales tratadas y las convierte en agua regenerada de alta calidad.
En marzo de 2024, Almar Water Solutions puso en marcha un nuevo proyecto en Arabia Saudí, la planta de tratamiento de aguas de Zuluf, que contará con una destacada capacidad de 185 000 m3/día y contribuirá significativamente a las soluciones para la gestión sostenible del agua en Arabia Saudí. Por otra parte, en Europa, la empresa tecnológica española Datakorum, un socio clave de Almar Water Solutions, contribuye a transformar el uso del agua en datos inteligentes, ayudando en última instancia a aumentar la eficiencia y a ahorrar recursos naturales vitales. Almar Water Solutions también estableció una agrupación empresarial con Hassan Allam Utilities en Egipto para formar AA Water Developments, cuyo objetivo es revitalizar la infraestructura hídrica del país. Esto condujo a la adquisición de Ridgewood Group, una importante empresa de servicios de desalinización egipcia. Ridgewood opera 58 plantas de desalinización en todo el país, con capacidad para proporcionar 82 440 m³ de agua potable limpia y segura cada día.
![Fady Jameel, Deputy President and Vice Chairman, Abdul Latif Jam](https://media.alj.com/app/uploads/2020/10/Fady-Jameel-300x225.jpg)
Vicepresidente internacional
Abdul Latif Jameel
“El mundo se calentará, y será más mortífero. El grado de calentamiento dependerá de lo que ocurra ahora. Sin embargo, no bastará con limitar las emisiones: los sistemas sanitarios y de salud pública, junto con la producción de alimentos y agua, deben priorizar la resiliencia y la adaptabilidad para proteger a los más vulnerables del mundo de los peores efectos del cambio climático”, afirma Fady Jameel, vicepresidente internacional de Abdul Latif Jameel.
[1] https://www.ipcc.ch/assessment-report/ar6/
[2] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[3] https://www.ipcc.ch/assessment-report/ar6/
[4] https://www.worldbank.org/en/topic/health/brief/health-and-climate-change
[5] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[6] https://climate.copernicus.eu/copernicus-2023-hottest-year-record
[7] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#9foot; https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#10foot
[8] https://www.nature.com/articles/s41558-021-01058-x
[9] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[10] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-air-quality
[11] https://www.epa.gov/ground-level-ozone-pollution
[12] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#19foot
[13] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#20foot
[14] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#21foot
[15] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[16] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#13foot
[18] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[19] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8776135/
[20] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[21] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[22] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#15foot
[23] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-impacts-health#28foot
[24] https://www.epa.gov/climateimpacts/climate-change-and-human-health
[25] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6392452/
[26] https://www.un.org/esa/desa/papers/2017/wp152_2017.pdf
[27] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[28] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[29] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[30] https://wmo.int/publication-series/2023-state-of-climate-services-health
[31] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[32] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[33] https://openknowledge.worldbank.org/server/api/core/bitstreams/ad7eeab7-d3d8-567d-b804-59d620c3ab37/content
[34] https://www.who.int/news/item/14-01-2023-close-to-one-billion-people-globally-are-served-by-health-care-facilities-with-no-electricity-access-or-with-unreliable-electricity
[35] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[36] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[37] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[38] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[39] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[40] https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(23)01859-7/abstract
[41] https://intelligence.weforum.org/topics/a1GTG0000000gLp2AI/key-issues/a1GTG0000000qt32AA
[42] https://intelligence.weforum.org/topics/a1GTG0000000gLp2AI/key-issues/a1GTG0000000qt32AA
[43] https://www.worldbank.org/en/topic/health/brief/health-and-climate-change
[44] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[45] https://www.worldbank.org/en/topic/health/brief/health-and-climate-chang
[46] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/climate-change-and-health
[47] https://www.worldbank.org/en/topic/health/brief/health-and-climate-change
[48] https://www.worldbank.org/en/topic/health/brief/health-and-climate-change
[49] https://climatechampions.unfccc.int/un-climate-change-high-level-champions/
[50] https://onebillionresilient.org/project/extreme-heat-resilience-alliance/
[51] https://www.sanitationandwaterforall.org/